Algunos de los mejores momentos que he tenido en el río han sido cuidadosamente fabricado, o más bien, me han sido del todo conocidos en forma previa.  A menudo puedo ensayar los eventos en mi mente que voy a enfrentar antes de que sucedan, sé de la roca que probablemente estará ahí, de las eclosiones cuando llegue la noche, predecir las moscas que voy a elegir a partir de una caja que ha sido cuidadosamente equipada para las eclosiones que conozco (o las que esperaba encontrar) y sé que tendrán lugar el río, y en particular durante en esa época del año.

      Incluso cuando estoy pescando un lugar que es nuevo para mí, puedo consultar los informes de pesca en la red o alguna revista, hablar con algunas personas que han estado allí, y obtener una comprensión de qué esperar.  Totalmente diferente y rara para lo que significa bajar a un río que no tiene nombre en ningún mapa conocido, y es probable que nunca antes haya sido pescado con anterioridad.

     Si ir de pesca en nuestras aguas cercanas podría compararse con una cita para cenar con tu pareja, cómodo, predecible y familiar, entonces la pesca de los ríos de la Isla Navarino en el sur de Chile, es como equivalente a la ruleta de la fortuna.  Tú no sabes lo que podrías pasar u obtener.

Explorando Isla Navarino - Patagonia Chile
 
Explorando Isla Navarino - Patagonia Chile

Trucha de mar captura en un riffles a menos de 100 metros del mar en la isla Navarino. Con la marea alta, el riffles está enterrado a las aguas del océano. Tenga en cuenta el brillo azul en las mejillas de este ejemplar macho - Foto de Grace Smith.

 

Ríos sin explorar

     En enero de 2013 me embarqué en un viaje de exploración a la Isla Navarino con otros ocho pescadores de mosca, para los cual nos ayudó el outfitter chileno Rafael González ( magallanesflyfishing.com ).  Rafael es una guía de larga experiencia en el Río Grande de Tierra del Fuego.  Tierra del Fuego a menudo es considerado como el más lejano destino de pesca en sur de la Patagonia, pero eso no es realmente cierto. Si usted está parado en la costa sur de Tierra del Fuego  y mirar a través del Canal Beagle hacia el Polo Sur, se pueden ver los picos nevados de la codillera Dentada que se levantan como los colmillos de un perro sobre la Isla Navarino.

     Esta remota y accidentada área silvestre recibe bastantes excursionistas, marineros, heli-esquiadores y eco-turistas apoyados por amplios y moderno operadores como Lakutaia Lodge, situado en el poblado de Puerto Wiliams.  Buscando una nueva clientes, y un nuevo alcance en el mercado de USA, Lakutaia y Rafael invitaron a nuestro grupo para explorar los lagos y ríos de la isla.  Como primer paso, Rafael nos llevó a dos de los pequeños ríos cerca de sus salidas de los lagos en la parte norte de la isla.

     Encontramos residentes de trucha de arroyo y marrones en las cabeceras, pero sobre todo en los ríos que fluyen hacia el sur y el oeste, y los cuales terminan su recorrido en los mares helados, entre el extremo final de América del Sur y la Antártica.  La esperanza de Rafeal era que estos ríos - como otros ríos de Tierra del Fuego  que conectan con el mar - podrían encontrarse corridas de trucha marrón de océano o  sea-run brown trout.

 

Volar con estilo

     Puerto Williams es una pequeña base naval chilena, llena de gente, entre las costas protegidas del Canal Beagle y los picos de más de 1000 metros de altura de la Cordillera de Dientes (Dientes de Navarino).  Los ríos de agua dulce de la isla, en su mayoría fluyen lejos de la ciudad, por los sectores sur y oeste de las montañas y hacia el mar. Estos ríos no tienen presión de pesca, porque la zona es muy remota, agreste y sin caminos. Si bien hay algunas buenas rutas de senderismo desde y hacia Puerto Williams, y la Cordillera de Dientes, más allá de los valles vírgenes se esta plagado de obstáculos: Enormes macizos, Pampas con estanques de castores, ciénagas, pantanos, bosques y pampas con musgos húmedos ( Sphagnum magellanicum ) .

     La única forma de entrar y salir de estos ríos es por helicóptero, y Aerolíneas DAP (también interesado en desarrollar un negocio de pesca turismo futuro) se sumó a nuestro viaje para el manejo de los traslados y la logística.  Todos los días nuestro piloto (y propietario de esta empresa familiar) Nicolás Pivcevic voló con un grupo de tres pescadores y un guía, con destino a una lugar diferentes dentro de la isla para probar las aguas, tratando de encontrar ejemplares de sea-run brown trout. .

     Nicolás priorizaba encontrar lugares seguros donde aterrizar el helicóptero, y desde allí comenzábamos a explorar los ríos y lagos recorriendo las aguas río arriba o río abajo, a menudo a partíamos de un lago y avanzando río abajo, pescando en dirección hacia el océano.

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 David Dobbs muestra una residente de trucha de arroyo de la isla Navarino  -  Foto de Wayne Hoar

 

    Si éramos capaces de caminar, a veces, largas distancias, lanzar sobre las mejores correntadas, y luego mover la mosca rápidamente, el resultado era una pesca excepcional. No sólo nos encontramos con las sea-run brown trout, también encontramos sea-run brook trout , y unas pocas steelhead.

     También capturamos ejemplares residentes de todas las especies, era fácil distinguir la diferencia entre la trucha de agua salada y los peces residentes que se quedaron exclusivamente en agua dulce. Las residentes de trucha de arroyo eran excepcionalmente coloridas con tonos rojo fuego en el vientre y negros.  La trucha de arroyo recién llegadas del océano eran de color plateado con vientres pálidos, y manchas de color cereza con aletas de color claro.

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  Grace Smith fue la primera en confirmar la existencia de sea-run trout de la Isla Navarino - Foto de Ross Purnell

      Las trucha arcoiris de los ríos también eran oscuras, y muy manchadas, tal vez para camuflarse con el fondo oscuro y el teñido color té de las aguas.  Las arcoiris del océano eran de un tono cromado, y los marrones provenientes del mar eran de color plata con un brillo de azul tenue.  Los guías coinciden en que es una marca distintiva de las truchas frescas de mar, como las que se pueden capturar en el Río Grande.  Los marrones residentes tenían barrigas gorgas de color amarillo como el tono de las palomitas de maíz que se puede comprar en el cine.

     En mi mejor día que tuve la suerte de capturar un grand slam de las tres especies, cerca de donde el río desemboca en el océano. James Belken, Smith Grace, y yo pasamos casi todo el día explorando las aguas inferiores entre 3 a 4 kilómetros de río.  Desde el aire estimé que podríamos pescar desde nuestro lugar de aterrizaje,  todo el camino hasta el océano, y luego almorzaremos a orillas del mar.  Nuestro plan era pasar la tarde pescando aguas arriba nuevamente para cumplir con el helicóptero que nos esperaba en el mismo lugar de aterrizaje a las 6 pm.

     Sin embargo, las distancias desde el aire siempre parezca más corta y el terreno más plano. Una vez en tierra nos dimos cuenta de que esos tentadores "riffles" eran realmente rápidos y demasiado fuertes para derivar una mosca, por otro lado, las empinadas laderas atestadas de matorrales y troncos hacían imposible pescar por varios kilómetros. A las 2 pm, después de varias horas en ese enorme monte, esquivando los tranques de castores y sudando todo el camino hacia arriba y abajo de las laderas, por fin llegamos las curvas en "S" del estuario donde la niebla salina y la influencia mareal del río disminuyó y la vegetación crecía en menor medida

     Aquí fue donde Grace Smith capturó la primera trucha de mar de la expedición.  El pez dio un gran salto como lo hacen los pescados de mar, pese a que no era más grande que algunas de las truchas residentes que habíamos capturado, pero tenía el brillo azul que delataba que era un ejemplar fresco del océano. De hecho, Grace capturó dos truchas idénticas pescando de pie en el mismo lugar y para los cual utilizó una Gold Conehead Krystal Bugger. Justo abajo, James Belden capturó sus primeras ejemplares de sea-run brown trout (y una trucha arcoiris), mientras que yo capturé mis mejores truchas del viaje, una trucha de mar de 30 pulgadas que puede haber pesado 10 ó 12 libras (4 ó 5 kilos).

     Capturamos truchas de mar en dos ríos diferentes, en ambos casos, muy cerca de las agua afectas a mareas, y las sea-run trout que encontramos no compitieron en tamaño con los peces del Río Grande de Tierra del Fuego, donde son comunes los ejemplares de 25 libras (11 kilos).  Uno de los puntos más destacables fue que pudimos caminar por las orillas de ríos que nunca habían sido pescados, y capturamos truchas en la costa sur de Navarino, lo que representa probablemente la población más austral de truchas del mundo.

     Y si bien las truchas de mar fueron sin duda el objetivo de esta expedición, la captura de truchas residentes fueron en algunos casos mayores que las sea-run trout, y desde luego más prolífico. Tal vez el mejor día que observé, fue cuando yo pescaba con Joe Stevens, de Michigan, y caminamos por un pequeño arroyo que unía dos lagos. Empezamos en la entrada del río al lago, y pasamos el día caminando río arriba, golpeando los pozones con nuestras moscas. Grace Smith cogió algunas truchas hermosas, incluyendo una trucha arcoiris que tenía manchas negras en sus labios, los ojos, e incluso en su vientre blanco.

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Joe Stevens con una trucha macho residente que atrapó al pescar por un pequeño río entre dos lagos. Su trucha marrón  más grande del día (otra, no la de esta foto) fue de 26 pulgadas y aproximadamente 8 libras.

 

     Patricio Alfaro compartió el almuerzo con nosotros, y después que regresamos a pescar, parecía que las truchas grandes no podían resistirse a la Yuk Bug del N° 4 de Joe.  Con esta mosca lanzó bajo ramas sobresalientes, y moviéndola a lo largo de los troncos sumergidos para atrapar truchas marrones entre 20 a 22 pulgadas.  En  una corriente tan pequeña, yo esperaría a capturar  truchas de arroyo de no más de 6 pulgadas si estuviera en casa. Esa tarde Joe pudo atrapar una trucha grande en cada pozón en el que puso sus moscas, y cuando por fin llegó al lago, culminó el día con un trucha café de 26 pulgadas, la que probablemente pesaba 8 libras (3 kilogramos).

      Mirando bajo las rocas de estas corrientes se mostraron lechos de arroyos relativamente infértiles y estériles, con muy poco macroinvertebrados en el lecho. Estos no son ríos trucheros particularmente fecundos.  De hecho, me imagino que la mayoría de los mejores ríos trucheros en los USA son capaces de soportar una biomasa mucho mayor. La clave de nuestro éxito en Navarino no fue en un ecosistema que se distinga por la sobrealimentación,  todo lo contrario. Se trata de aguas frías, ecosistemas limpios, donde los peces no son molestados, donde hay unas pocas truchas grandes que dominan un territorio. Si se tiene la suerte en ser los primeros en encontrar estos peces, los resultados pueden ser simplemente sorprendentes.

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Expedición Isla Navarino. De izquierda a derecha Ross Purnell, Nicolás Pivcevic, Joe Stevens, James Belden, Max Logan, Ed McCormick, Wayne Hoar, (primera fila) Avi Hesterman, Patrick Alfaro, Grace Smith, David Dobbs, Marcelo (guía), y Rafael Gonzalez.

 

 

      Más información: Usted puede obtener más información de esta expedición a la isla Navarino en el sur de Chile, consultando la revista Fly Fisherman  o visitando su web site  www.flyfisherman.com  -  Reportaje "Exploring Navarino Island" .