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ESQUINA - Una Pasion con Dorados de Varios Tamaños - Argentina

 

E S Q U I N A

UNA PASION CON DORADOS DE VARIADOS TAMAÑOS

 

   

     Escrito por:  Jorge López Basavilbaso

     Fotografías e imágenes:   jclopezbasavilbaso@gmail.com

 
 

     El inusual fenómeno climático que atravesaron ésta y otras ciudades cercanas, con torrenciales lluvias, inundaciones y otros desastres, sumado a una altura importante durante meses del río Paraná produjo que se estirara un poco el plazo que nos habíamos puesto para volver.

     A principios de abril nos frustró la pesca de dorados con mosca que pensábamos realizar y mostrar a los lectores en este medio y, en el mismo, reflejamos algunos aspectos relacionados con el lugar, sus servicios y la "normal" buena pesca que se puede obtener.

     El majestuoso río Paraná en Esquina se encauzó en una altura adecuada con aguas claras en bajante y nos apuramos a volver temiendo que fríos repentinos pudieran aletargar a los dorados más grandes que estaban saliendo, según información recibida y en la que la creciente de meses seguramente ha jugado un papel de cierta importancia.

 
   

     Si Ud., lector, no leyó la nota anterior, considero conveniente lo haga para interiorizarse un poco más, en enlace directo para leerla es: ESQUINA – Pasión por los dorados más una promesa .

     Tras un acuerdo rápido con Arnoldo Rohner, propietario de Posada/Lodge Hambaré viajamos el 22 de mayo y llegamos, Luciano Pezzoni y quien escribe, esa tarde con anticipación a la caída del sol.

     Tiempo suficiente para ubicar nuestro equipamiento en la más que confortable habitación que cuenta con un generoso baño privado, Tv, Wi Fi, calefactores, aire acondicionado y todo lo necesario para una estadía muy cómoda. El balcón con dominio a los jardines, al río Corriente y el sector de riachos que conforman un delta detrás del mismo permiten una visión privilegiada donde las puestas de sol al frente son imperdibles.

 
   

     Todo esto y muchas cosas más con que cuenta el Lodge podría describirlas, pero en SERVICIOS figura la pagina web correspondiente y el lector puede consultarla donde encontrará todas las actividades. No me quiero extender sobre ello porque seguramente Ud. lector, estará esperando que le cuente un poco sobre la pesca que fuimos a buscar.

     Después de unos mates y fotos en el sector conversamos con pescadores que llegaban en algunas de las 20 lanchas pertenecientes al complejo, muchos de ellos lo habían hecho con carnada viva (morenas), otros con señuelos y alguno en Fly. La opinión general resultó que los dorados estaban activos con gran cantidad de ejemplares pequeños, muchos medianos y unos cuantos grandes coincidiendo con la información previa que teníamos en cuanto a que salían algunos entre 8 y 10 Kg mas alguna excepción mejorando aún el tamaño.

     Esa noche Rohner nos anunció que se pronosticaba una disminución importante de temperatura por viento proveniente del sector sur lo que podría generar que los grandes se refugiaran en las profundidades donde el agua se mantiene más templada que en superficie.

     La pesca con mosca sobre el río Paraná suele hacerse (quizás la opción más utilizada) efectuando lanzamientos pegados a los palos de árboles o ramas que, por acción de fuertes vientos o desprendimiento de sus raíces, han caído sobre el río y producen así aumentos de velocidad del agua y asimismo un cierto lugar de acecho para los dorados que esperan peces que pasan descontrolados por dicho aumento de velocidad en el flujo acuático.

 
  

     En muchas partes los primeros metros contando desde la costa pueden tener escasa profundidad, luego llega el veril y las profundidades aumentan drásticamente.

     En la superficie de esos primeros metros, con heladas o bajas temperaturas, el agua es más fría que en las profundidades y, por lo tanto, poner una mosca en sectores bajos puede significar no tener pique o tenerlo de pequeños ejemplares que no se sienten tan afectados. En conclusión, contra lo que suele pasar con temperaturas más altas, los dorados grandes seguramente no estarán pegados a los palos.

     Una preocupación para el mosquero que como nosotros íbamos a buscar los grandes…

     Una sabrosa cena a la carta y a dormir para estar desayunando a las 7.00 AM.

 

PRIMERA JORNADA DE PESCA:

     A las 7.45 y después de cambiar opiniones con Arnoldo caminamos hasta el embarcadero propio donde nos presentaron al guía Pedro Silva, especialista en spinning, baicast y carnada pero no así en Fly Cast. Rohner nos dijo que estaba instruido para el manejo del motor eléctrico y que respetaría cualquier indicación que pudiéramos darle para mejorar nuestro desempeño en la pesca con mosca.

     Coordinamos con Pedro, al ver el pasto blanco, producto de la helada mañanera, que comenzaríamos con señuelos para intentar activar los peces cazadores.

 
 
  

     Río Paraná abajo comenzamos los lanzamientos. En un rato tuve 5 aproximaciones y Luciano un par. Digo aproximaciones porque la mayor parte no eran piques francos. Dos de ellos si los sentí como pique, uno de ellos lo acerqué hasta la embarcación y se soltó y el otro pudo ser capturado. Ambos eran de pequeñas dimensiones y uno de ellos prácticamente se tragó medio señuelo Alfers banana de Baicast pese a su escaso tamaño. No me agradó porque en esos casos aunque la practicamos, la devolución puede resultar inútil.

     Al rato, antes de lo previsto cambiamos los equipos y los de spinning y baicast no se usaron más, ni ese día ni el siguiente. Solamente nos dedicamos a pesca con mosca.

     Luciano con una Redington 890-4 Path Outfit SW 9 pies Línea 8 y un reel de la misma marca y líneas Scientific Anglers de distintos grados. En mi caso una Sage XP # 8, 4 tramos, reel Scientific Anglers 78L System II, Línea Cortland Quick Descent 225 grains y una de flote tipo Bass.

     Bajamos un par de kilómetros el río y comenzamos a castear con mejores resultados. En efectividad, no así en tamaño. La voracidad de esos pequeños dorados les hacía atacar moscas voluminosas, diseñadas para tentar a los grandes y debido a ello las estropeaban bastante.

     Luciano obtuvo varios seguidos y por mi parte de vez en cuando alguno.

     Entramos al riacho Correntoso donde hicimos un doblete, aunque una pena el hecho que fueran chicos.

     Retomando el Paraná y aumentando la temperatura mejoraron un poco los portes sin llegar a destacarse.

 
 
  

     Por mi cabeza pasaba preocupación pese a la actividad porque no era lo que quería pescar y fundamentalmente mostrarles a los lectores. Habíamos ido por grandes y no se daban.

     Pedro con actividad, se movió muchas veces. Los cambios de lugar se repitieron y los grandes no aparecían.

     Habíamos bajado 30 Km. desde el Lodge y Pedro sugirió que fuéramos consumiendo la vianda mientras navegamos con la intención de llegar a una isla cercana a Esquina y luego sobrepasar la ciudad para pescar a última hora el riacho Aguará.

     Éste último, casi a la caída de la tarde, otorgó a Luciano otro dorado pequeño y casi enseguida uno más cercano a lo que buscábamos. Nos cambió un poco la cara y la aproximación con la noche y el frio imperante produjo el regreso al confort del lodge.

     Esa primera jornada fue de mucho frio pero también activa, con peces chicos y uno solo diferente. Calculamos haber pescado y devuelto unos 15/20 ejemplares.  Después del esfuerzo el cansancio se nota en quienes no somos tan jóvenes y la ducha con mucha presión y agua bien caliente fue un merecido y valorado premio. Los salones del lodge y especialmente el bar y el comedor para la cena completaron un cuadro agradable.

 

SEGUNDA JORNADA DE PESCA:

     Mientras tomábamos el desayuno se acercó el dueño y tras los saludos nos anunció un cambio de planes: En el embarcadero, a las 7.45 nos esperaba un guía especialista en pesca con mosca llamado Fabián Marquez.

     Ya en el embarcadero y habiendo tomado contacto con él, mientras acomodaba nuestras pertenencias en la lancha nos consultaba el recorrido que habíamos realizado el día anterior y qué respuestas habíamos tenido.

     Contrariamente a lo que supuse, comenzó un trayecto similar con pequeñas variantes. Siempre hacia el Sur.

 
 
  

     Comenzamos casteando en los primeros lugares, algunos exactamente los mismos, que los que habíamos efectuado el día anterior y con las mismas respuestas.

     No le gustó y paró en la boca del riacho Correntoso porque vio actividad, actividad que no conseguimos se tradujera en piques. Minutos después por el mismo riacho entramos por lugares difíciles para maniobrar la embarcación y también para castear. Por algo lo habrá hecho porque en 5 minutos clavé un poderoso dorado con poco espacio para maniobra y, previendo ésto y los tamaños que pueden aparecer, el tipett que había colocado era 0,40. Luciano había hecho un largo cast en un lance difícil cuando tuve el pique.

     En los relevamientos como equipo pescamos, filmamos y fotografiamos ambos, igualmente pasa con los otros componentes del equipo. Por ello le pasó enseguida su caña al guía y se ocupó de la cámara mientras por mi parte sostenía una batalla en distancias cortas a puro freno y exigencia a la XP para evitar enredos y cortes. Simultáneamente el guía, cuando venia sacando la línea de Luciano tuvo pique de otro buen dorado pero de dimensiones menores.

     Los tres ocupados, realmente nos desorganizamos un poco y pese a la buena voluntad seguí solo con mi dorado a puro rigor hasta que se pegó a la lancha y siguiendo el leader llegué al terminal de acero. Cuando me dispuse a tomar el pez por la cola consiguió, antes que yo obtuviera mi propósito, desprenderse de la mosca que lo tenía atrapado. Se fue y me dejó un cierto sabor a frustración.

 
   

     El guía le pasó la otra caña a su dueño con el dorado prendido y pronto estuvo arriba para las fotos.

     Ya hicimos mucho ruido, a la tarde volvemos dijo, y retomamos el Paraná.

     Uno tras otro los dorados chicos salían y de paso estropeaban bastante las moscas, la temperatura comenzaba a ser más agradable pues el mediodía estaba cerca. Probé unas moscas chiquitas (para evitar destrozos en las grandes) y el guía me sugirió no hacerlo anunciando que “en cualquier momento puede haber una sorpresa y la sorpresa se puede dar con una mosca grande de las que estabas usando”.

     Pedí un descanso de 30 o 40 minutos en tierra firme para almorzar y descansar pues me sentía agotado y llevaba ya un rato de hacer las cosas mal.

     Consumimos la vianda después que Fabián y Luciano bajaron mesa plegable, sillas, conservadora y todos los elementos necesarios mientras, con permiso, yo solamente comía y descansaba.

     Fue una transformación para mí.

     Subieron todo a la lancha y retomamos la pesca. La precisión y el alcance más un ánimo alto y una mejor temperatura significaron el cambio muy importante en mi rendimiento.

     El guía me recordó algunas instrucciones que me había dado antes y en algo parecido a una hora de tiempo conseguí tres dorados de buen porte, uno de ellos solamente un poco menor que el que había perdido esa mañana.

     Cabe señalar que he pescado mucho en el sur argentino y chileno y que, según mi criterio, en igualdad de tamaños de truchas y salmones por un lado y dorados por el otro, este último gana en potencia y fiereza y ya piezas del porte conseguido son un desafío y un placer para pescarlas.

     Una mosca cabezona que diseñé, “la argentina” fue la carta que jugamos y que correspondió en un alto porcentaje a la pesca de los dorados más grandes. Me quedaba una y se la pase a Luciano que venía por entonces sacando chicos y medianos y con esa mosca consiguió otro de los buenos.

 
 
  

     Volvimos al Correntoso donde consiguió uno mediano y yo ya cansado y satisfecho no quise pescar más y le pasé unos minutos mi caña al guía quien pudo clavar otro grande que se le desprendió de inmediato.

     Ya con el sol bajo emprendimos muy abrigados el regreso. Mi mente volaba por cálculos y vivencias y tras consultar llegué a la conclusión que ese día habíamos cobrado unas 35/40 piezas y perdido unas cuantas. También, sintiendo el frio que se magnificaba con la navegación, pensaba en lo importante de llegar a un lugar con buena atención, excelentes servicios y confort. Minutos después estaba bajo la ducha caliente y luego en los salones, bar y posteriormente comedor.

 

OBSERVACIONES:

     El río Corriente y su delta tienen grandes condiciones para la pesca del dorado con mosca, aunque el Paraná suele dar las piezas más grandes. El Corriente es un río de aguas mas cristalinas (nace en los Esteros del Iberà) con muchos bancos de arena, menor profundidad (por lo tanto más susceptible a los fríos y por eso en esta oportunidad no lo pescamos). Es otra de las tantas opciones que tiene Esquina.

     Por otra parte la ciudad tiene un encanto especial. Cuando se va con tiempo vale la pena conocerla. En nuestro caso (yo hace 30 años que la llevo recorriendo) en esta oportunidad no fui pues en Posada/Lodge Hambaré, un lugar más solitario y tranquilo, hay de todo lo que uno pueda necesitar.

 
  

     La pesca del dorado se realiza todo el año, exceptuando por lo general noviembre y parte de diciembre, época en que generalmente se aplica la veda total.

 

SERVICIOS:
 
   POSADA/LODGE HAMBARE, Ruta 12 Acceso Norte, Esquina, Corrientes, Argentina.
 
    Web donde obtendrá más información: www.posadahambare.com.ar
 
   Telefax 54-3777-460270 // 54-3777-460664. Celular: 54-9-3777-15-622477
 
   E-mail: contacto@posadahambare.com.ar  // arnoldorohner@hotmail.com 
 
 
 

 

 Hasta una nueva nota y deseos de buenas pescas..!!!

 

 

 

 

 

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