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Llegamos muy temprano al río Carihueico, en el viaje había hablado
tanto de pesca que al llegar a nuestro destino sólo queríamos
embarcamos en la balsa para comenzar a flotar por estas aguas con
las que tanto había soñado he imaginando desde que comencé a
planificar este viaje de pesca por tres días en la Ruta de las
Marrones en Chiloé. Este mi último viaje de pesca antes de cerrar la
temporada de pesca 2010-2011.
Esta vez sería acompañado por dos clientes, Nico y Cristina, una
pareja entusiasta de la naturaleza y de las pesca con mosca, como
pocas provenientes de Santiago. Antes de comenzar a flotar,
como siempre, partí con las instrucciones para pescar y también con
las indicaciones de seguridad, haciendo mayor hincapié en estas
últimas ya que Cristina nos visito con un embarazo de 6 meses y
muchas ganas de aventura al igual que Nico.
Nuestro primer día de pesca se presentaba muy agradable, con
excelente clima y las truchas comenzaron también colaboraron con los
piques. La primera trucha relativamente bonita fue para Cristina que
con un lindo casteo alcanzo una corriente donde comía una activa
marrón, el pique fue casi al instante y la lucha posterior aun
mejor. Cristina muy contenta había logrado su tan ansiada trucha
marrón chilota en un entorno sin igual. El día siguió con piques de
truchas chicas y Cristina al igual que Nico no dejaban de mostrar lo
maravillados que se sentían por el entorno que estaban descubriendo
y comenzando a conocer. Llegamos al final del primer día de flotada
con unos 7 kilómetros de avance, me dedique a preparar la comida
mientras Nico y Cristina armaban las carpas para pasar la noche. La
cena fue muy conversada al calor de la fogata y envueltos por la
fuerza de una noche bajo la magia del bosques chilote.
Desperté a las 6:00 am y note que había bastante viento, al
levantarme me di cuenta que el clima había cambiado muy rápido, era
inevitable la lluvia en pocos minutos. Me apure en preparar el
desayuno y ordenar la mayor cantidad de cosas, a estas alturas Nico
y Cristina ya estaban de pie. Desayunamos y cuando cargábamos las
cosas a la balsa comenzó a llover como llueve en Chiloé: "mucho".
Antes de comenzar el segundo día pedí permiso al río para cruzar
esta etapa y además hicimos el tradicional ritual del canelo para la
buena suerte.
La lluvia a ratos era realmente intensa y no paraba. Debimos
soportarla hora tras hora. Yo creo que sólo nos motivaban los piques
que nos regaló el río ese día y pese a todo, aun no teníamos una
marrón grande. Cerca del medio día le propuse a Nico que mojara una
de mis grandes moscas especiales para las truchas de Chiloé, de la
cual sólo me quedaba una en la caja de mosca. Hay que tratar de
cuidarla le comente, ya que no tenemos materiales para hacer otra.
Nico tardo un poco en acomodar el casteo, lo que no es extraño, ya
que esta mosca es bastante difícil de levantar. Pasaron un par de
minutos y otros pequeños ajustes al lanzamiento y listo, no nos
dimos ni cuenta cuando había pinchado una linda trucha arcoiris en
la ruta de las marrones. Estas peces son minoría en este río y Nico
consiguió una de muy buen tamaño. Fue una gran inyección de energía
para seguir el resto del día buscando la trucha que nos movía, pero
el día termino y nos bajamos de la balsa sin poder verla hasta ese
momento.
Como si Chiloé nos hubiese querido dar un respiro dejó de llover
justo cuando instalábamos el campamento. Nuevamente mientras Nico y
Cristina armaban las carpas, yo me dedique a preparar la comida pero
esta vez también una gran fogata la que nos acompaño durante horas
de conversación. Nos fuimos a dormir extenuados por la lucha con el
rió y el clima de ese largo día, el que visto a la distancia, se
transformó en uno de esos días gloriosos donde pudiste salir
victorioso en la lucha contra los elementos. Al amanecer comencé
nuevamente con la rutina del desayuno, y a empacar las cosas. La
lluvia regreso con igual intensidad que el día anterior, pero eso no
importaba porque el ánimo estaba muy arriba para enfrentar el último
día de pesca, presentíamos que se nos venía algo muy bueno.
Nico venia aprovechando muy bien el río, lanzamientos largos que
ocupaban gran parte de sectores muy buenos, pero no teníamos ninguna
picada.
Antes le había mencionado a Nico que se daría cuenta inmediatamente
cuando pinchara una marrón grande, ya que el pique es muy fuerte y
luego viene una clavada a fondo bajo la balsa, la que es
inconfundible, y así fue. Luego de un certero lanzamiento entre
troncos, la gran mosca tenía una nueva víctima que hacia esfuerzos
por liberarse. Los minutos pasaban y Nico seguía trabajando para
levantar la trucha sin tratar de cometer errores. Transcurrido más
de 10 minutos por fin logramos ver a la gran marrón en la
superficie, sentimos una tremenda emoción y sorpresa, la que se
mezcló con los gritos eufóricos de Cristina.
Tres veces se escapo la trucha de la red, pero al cuarto intento
logramos levantar esta hermosa marrón chilota y fiel exponente de la
fuerza y lucha que entregan estos peces en el río de los trofeos. La
trucha y Nico estaban exhaustos, por lo mismo, luego de sacar
algunas fotos fue necesario dedicarle un tiempo extra para recuperar
la pieza antes de su liberación. Todo fue como un guión de película,
una larga excursión en busca de una gran marrón chilota la cual se
guardo para cerrar el último día de flotada.
Me sentí realmente contento en ver como Nico conseguía su trofeo tan
ansiado desde meses antes, cuando partimos organizando esta
excursión. Estoy seguro que Nico y su familia regresaran a La ruta
de las Marrones y con un poco de suerte podremos levantar nuevamente
esta trucha que vive en el pozón que llamamos Canelo, si aquel pozón
oscuro que siempre esconde sorpresas y que luego se transforman en
trofeos y alegarías.
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de pesca a Chiloé:
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Chiloé, puede hacerlo tomando contacto directamente con Paulo Caro,
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Outfitters.
Integrantes y
contactos:
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
Outfitters -
www.lavaguada.cl
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contacto@lavaguada.cl
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Pesca: 
La Vaguada
