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Escrito
por: Andrés Alvarez |
Imágenes y contactos: Asoc.
Argentina de Pesca con Mosca |
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Las moscas estilo parachute, en las que el ala de hackle es
enrollado en un soporte fijado verticalmente sobre la pata del
anzuelo, como si ésta fuera un paraguas, gozaron de popularidad
desde su aparición; y si bien su origen es incierto, parecen haber
sido una creación comercial desde su inicio. Una casa escocesa
empezó a ofrecerlas en su surtido, y una patente comercial fue
solicitada por William Brush en Detroit, Estados Unidos, que le fue
otorgada en 1934. El éxito de esta modalidad de atado
posiblemente se deba a que, de los distintos estadíos por los que
pasa la vida de un insecto, la emergencia, ese breve momento en que
se encuentra suspendido en la película superficial a punto de
eclosionar resulta ser el más vulnerable; aquél que las truchas
aprovechan para comerlos con voracidad, y por ese motivo ha
despertado la imaginación de los pescadores a través del tiempo.
Esa es la apariencia que imita muy bien el estilo parachute, con el
cuerpo hundido horizontal sobre el agua semejando el exoesqueleto de
la ninfa, y el insecto emergiendo por la parte superior de ésta
junto a la caja de alas. Pero más allá de este estadío de los
insectos alados que pareciera representar en particular, el
parachute es un estilo de atado en sí mismo y un tipo de moscas muy
pescadoras, como lo acredita el hecho de que existen atados en
parachute todo tipo de insectos, aún los que no eclosionan en el
agua, como las hormigas. Es que se trata de una mosca que presenta
muy bien, tiene muy buena flotabilidad, y al ser eminentemente
representativa y no imitadora, las truchas no parecen ser demasiados
exigentes por su aspecto. Es una mosca que, cuando la trucha la ve,
siempre está a punto de salir volando.
Ian Moutter es un atador escocés, que como cualquiera de nosotros,
iba pensando, mientras manejaba su auto hacia su casa, como mejorar
algunas de sus moscas favoritas. Así fue que se le ocurrió,
partiendo de la idea de las parachute atadas sin poste, en las que
el hackle se enrolla sobre un lazo de hilo, que luego se repliega
hacia el interior del cuerpo dejando solamente visible el collar de
pluma. Llevar esta técnica un paso más allá, montar el lazo en la
caja de alas, enrollar el hackle sobre él, luego compactarlo hasta
llegar al largo de la caja, y posarlo sobre el lomo de la mosca,
atando junto a la cabeza y cortando el sobrante, como si se tratara
de un wing case de pluma.
El autor hace una comparación muy interesante, diciendo que este
procedimiento es similar a doblar sobre el tórax de una ninfa la
caja de alas, con la que se cubre el tórax y se fija junto al ojo
del anzuelo. Por esa razón el largo de la cresta de hackle debe ser
similar al largo del tórax que se va a cubrir, debiendo finalizar en
el punto de fijación junto al ojo del anzuelo.
Las ventajas de este estilo están en aumentar la flotabilidad de la
mosca, la posibilidad de usar plumas de saddle en lugar de cogote, y
según su criterio mejorar la silueta de la mosca sobre la
superficie. También, y según el lugar de la pata
del anzuelo en que el hackle se fije podremos pasar de un emergente
de quironómido colgado de la superficie y vertical en el agua, hasta
una mosca invertida, si lo colocamos sobre la curva del anzuelo.
Anzuelos: El autor recomienda el
Captain Hamilton de Partridge L3A, es un anzuelo de curva Round
Perfect, abertura ancha con ojo volcado hacia abajo; similar al
Tiemco 100. La abertura ancha nos mejora la capacidad de mordida en
este caso, dado que un 18 tendría la abertura de un 16, y no
perjudica las proporciones pues tratándose de un estilo parachute,
sin collar de hackle, no debemos guardar la proporción de éste con
el ancho de la abertura. El resto de las proporciones, como largo de
pata o grosor del alambre siguen siendo las de la medida que hayamos
elegido.
La única modificación que introduce la abertura ancha sobre la curva
Round Perfect es abrir más el ángulo de tiro -de clavada- del
anzuelo, poniendo mayor presión sobre la punta, dado que tenemos una
pata de largo 18 con una abertura de ancho 16. Por ello no resulta
conveniente utilizar anzuelos Light, como el L4A, dado que tendrían
mayor tendencia a abrirse, sobre todo si pescamos desde una
embarcación o desde costa.
La técnica de atado en paraloop consiste en fijar un lazo de
material resistente, el autor recomienda GSP (gel spun
polipropileno), o bien Superfloss o kevlar fijarlo a la herramienta
Gallows, fijar la pluma con el lado cóncavo, el más vistoso, hacia
el atador, enrollarla hacia arriba en vueltas firmes pero no
tocantes entre sí, y luego hacia abajo hasta la base. Ahí
desenganchar el lazo de la herramienta y engancharlo en la gomita
para que quede hacia atrás, fijar la pluma, cortar el resto y
completar el torax.
Luego se desengancha el lazo de la gomita, y se compacta el hackle
ejerciendo una presión razonable y se lo peina hacia atrás, hacia la
cola de la mosca. El gráfico resulta exagerado, por que las fibras
deben abrirse en un ángulo de 160º a lo sumo. Una vez compactado y
peinado se dobla sobre el torax y se lo fija en la cabeza de la
mosca.
También, y según el lugar de la pata del anzuelo en que el hackle se
fije podremos pasar de un emergente de quironómido colgado de la
superficie y vertical en el agua, hasta una mosca invertida, si lo
colocamos sobre la curva del anzuelo.
Otra modalidad es un parachute tradicional, pero con un poste
confeccionado de poliestireno expandido que abraza la pata del
anzuelo mejorando su fijación, y posiblemente también su
flotabilidad.
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
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