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En Tierra de Gigantes |
La Pesca del Salmón chinook en el sur de Chile |
Como
viene siendo habitual cada año a principios de Marzo, junto con mi buen amigo
Patricio Rondini, con el que ya hace unos años que he tenido la fortuna de
compartir algunas jornadas de pesca memorables, acordamos realizar un par de
días de flotada con campamento por el río Petrohue en busca de los salmones
Chinoock.
Este año la temporada había sido muy dura, la gran sequía que afecto
a todo Chile durante el verano, hizo que todos los ríos vinieran
bajo mínimos históricos, todo esto origino que los Run de salmones
fueran prácticamente insignificantes para la fecha en la que nos
encontrábamos, dado que Marzo siempre es el mes de las grandes
entradas en el río Petrohue.
Quizás también pudo ser debido a un factor cíclico, y así como el
año anterior la entrada de salmones fue de las mayores que se
recuerdan hasta la fecha, este año le tocaba de una menor entrada.
Por lo que fuera pero lo cierto es que el panorama no era muy
alentador.
Hablando con Patricio los días previos a nuestro viaje me comentaba
que apenas había salmón en el río, se preveían unas lluvias para los
días antes con lo que nuestras esperanzas pasaban por que estas
hicieran entrar a los salmones que suponíamos esperaban en el
estuario.
Al fin llego el gran día, ya
había preparado todo mi equipo y dejado la camioneta lista para el
viaje la
noche anterior, a
las 03:00 AM sonó mi despertador, café bien cargado y partí viaje
desde Pucón a Ensenada donde a las 07:00 AM debía encontrarme con
Pato a la entrada de Camanchaca.
Llegamos a la entrada del río y sin perder ni un segundo, comenzamos
a preparar la balsa, todos los equipos y víveres para las dos
jornadas que nos esperaban, lo cierto es que yo ya no aguantaba mas
después de esperar toda la semana y el viaje de 4 horas lo único que
quería era pescar. Mientras ordenábamos los equipos Patricio me
comentaba que la lluvia hizo que el río subiera un poco y algún
salmón se movió que la subida, al parecer a Arturo Safores y Carlos
Binder el día anterior les había ido muy bien con sus clientes por
lo que teníamos probabilidades de pinchar algún salmón, si a eso le
sumas que mi anfitrión era nada menos que Patricio Rondini ( el rey
de los Chinook ) teníamos todo para que la jornada se diera
propicia.
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Con un guía de lujo! así, es imposible fallar.
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Comenzamos la pesca
el una corredera larga que hay justo a la entrada, mientras
preparábamos los equipos vimos saltar algunos salmones por lo que
acordamos hacer un buen desempeño en todo ese sector. Patricio
remonto hasta la cabecera para comenzar a pescar la parte superior
del pozo ya que el la parte de abajo donde mas movimiento de salmón
vimos había varios botes.
Comencé a pescar según las indicaciones que Patricio me dio, con el
equipo adecuado, las líneas y moscas correctas, pero por sobre todo
y mas importante, presentando y realizando la deriva de la forma
correcta el primer pique no tardo en producirse, solo un par de
sacudidas fuertes y se soltó, creo que fue un error mío al perder la
tensión un momento, con los salmones y pescando con anzuelo sin
muerte o rebaba el mas mínimo error se paga.
Patricio me subió el animo, no te preocupes me dijo, de seguro que
vas a pinchar otro estas haciendo bien las cosas y seguro que
pinchamos otro.
Patricio continuo remando y aguantando el bote en la corriente
mientras yo no paraba de realizar lances y correcciones buscando que
mi línea y mosca realizaran la deriva perfecta hasta que de nuevo se
produjo el pique. Este si, lo clave con contundencia y apreté para
no cometer el mismo error dos veces. La pelea fue increíble, es
difícil poder describir con palabras tal potencia y poder, llevar al
limite a tu equipo, caña y por sobre todo el freno del carrete para
no concederle ni un milímetro y sacarlo de la corriente principal.
Después de una tremenda pelea Pato lo metía en su Chinguillo tamaño
gigante.
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Un
primer plano de esta hermosura y mi reel, un Vision Deep
9-10 que cuenta con un freno IMPRESIONANTE |
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Y bueno..., que
puedo deciros, mi cara lo dice todo, una mezcla de alegría y
felicidad, de aprieta los dientes y saca la foto rápido que no puedo
con el.....ja,ja,ja.!!
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Recuperar lo un poquito y devuelta a su medio natural
para que pueda cumplir su ciclo |
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Después de las felicitaciones y las respectivas fotos era el turno
del Maestro Patricio Rondini.
Volvimos a remontar la posición hasta la cabecera del pozo.
Siguiendo las indicaciones de pato en cuanto a la posición del bote
para acomodarlo a su forma de pesca, no paso mucho rato cuando el
profe ya tenia al otro lado de su línea un tremendo salmón.
La verdad que es increíble como Patricio pelea los salmones, como
consigue que en unos minutos un salmón de esas características se
entregue pero sin extenuar ni reventarlo, solo cansándole lo
suficiente para meterlo al chinguillo y hacerle un par de fotos
antes de devolverlo en perfectas condiciones.
Después de esto nos relajamos un poquito, todos los nervios y
ansiedad desaparecieron por arte de magia, ya habíamos sacado uno
cada uno así que era el momento de comer y beber algo, mientras
pensábamos en nuestra estrategia de pesca para lo que nos restaba de
día.
Decidimos tratar de subir al pozo de arriba para pescarlo bien, es
un pozo muy bueno donde también se aguanta mucho salmón por lo que
teníamos posibilidades de pinchar algo.
Remontar a remo hasta el siguiente pozo no solo requería de fuerza,
sino de técnica y pericia a los remos, he de decir que en ese
aspecto me manejo bastante bien por lo que con unas buenas remadas y
un buen ferry nos plantamos en santiamén en el pozo superior donde
solo los botes Jet de una operación habían podido alcanzar.
Ese es otro tema que no quiero entrar mucho en esta nota, pero sin
duda las autoridades deberían prohibir la navegación total con botes
a motor por el río Petrohue, si es un río protegido no se justifica
de ningún modo la navegación a motor, mas encima cuando algunos
guías y pescadores sin criterio, también conocidos como Orcos, pasan
a toda velocidad por donde tu estas pescando sin importarle lo mas
mínimo ni respetar, solo por el hecho de que se creen mas que uno
por trabajar para una exclusiva operación de pesca, y ojo que no
digo todos, por que si hay otros que tienen todo el respeto y bajan
la velocidad.
Después de la remontada y el consiguiente escrutinio del pozo, nos
decantamos por aparcar el bote y pescar de vadeo una zona donde
avistamos varios salmones saltando.
Hicimos un buen intento y lo pescamos durante un buen rato sin mucho
éxito, yo conseguí un pique pero lo perdí, parecía un presagio de mi
fin de semana, en fin ....que se le va hacer no siempre se gana.
Al final del
día paramos un momento para armar el campamento con luz, así de este
modo podríamos aprovechar hasta el ultimo rayo de luz de la tarde
para pescar y no perder el mejor momento de pesca de los salmones
que es el ocaso.
Parece como si todas nuestras conjeturas se hubieran cumplido al pie
de la letra, nuestro plan estaba funcionando y de que manera...
Justo como lo planeamos, lo mejor quedo para el final del día. Con
las ultimas luces Patricio pincho un salmón que comenzó a tirar como
un loco... era imposible pararlo, los Chinoock tiran como
locomotoras, pero este era distinto. Patricio me lo hizo saber desde
el primer momento, me decía que algo no era normal en ese pique, o
esta plateado recién entrado o es enorme o todo lo anterior junto,
pero no puedo con el, no puedo sujetarlo....
La pelea fue increíble, pescador y pez envueltos en una lucha
encarnizada en la que por momentos era el pez el que ganaba la
batalla y el pescador estaba a punto de no tener mas
fuerzas...imaginen.
En realidad las
fotos no hacen honor ni reflejan el tamaño que ese salmón tenia, se
lo puedo asegurar.
Y que mejor colofon para una jornada tan memorable que un asado de
tira
Después de la cena y un poco de conversa nos fuimos a descansar a
nuestras tiendas felices, con el estomago y el alma llenos.
A la mañana siguiente nos levantamos mucho antes de que amaneciera,
el plan era el mismo aprovechar las primeras luces para pescar lo
mas que pudiéramos y después desarmaríamos el campamento y
seguiríamos rió abajo buscando y viendo como estaba el resto del río
de salmones.
Y lo cierto es que
la mañana transcurrió sin pena ni gloria, bastante actividad de
salmones pero no querían nada con nuestras moscas. Recogimos el
campamento y nos fuimos dejando llevar por la corriente río abajo.
El resto de la flotada fue la confirmación de que apenas había
salmones en el río, solo en los pozos que hicimos mucho empeñe el
día anterior y algunos desparramados por sectores muy concretos como
el San Antonio donde tuve otro pique que perdí, el resto disfrutar
de la flotada y soñar con volverme a encontrar una vez mas el
próximo año.
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La
belleza del río Petrohue en su estado máximo. |
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