Dentro de la gran cantidad de escenarios que enfrentamos en la pesca
con mosca, hay uno particularmente entretenido y no por ello menos
técnico, llamado pesca en Spring Creek. Se entiende por Spring Creek
a aquellos cursos de agua que tienen su origen en vertientes o
manantiales, los cuales poseen aguas cristalinas, de gran pureza,
generalmente de poca profundidad y poco ancho, con presencia de
algas, lo que al conjugarse cada elemento antes nombrado como un
todo, tenemos como resultado un hábitat perfecto para las truchas y
para los organismos que sirven de alimentos para éstas.
En Tierra del Fuego existen una gran cantidad de estos cursos de
agua, los que debido a su tamaño poco importante no son abordados
por la mayoría de los pescadores. Estos arroyos poseen una población
importante de peces de diversos tamaños, encontrándose desde el
clásico llavero, hasta truchas que bordean los 2 kilos y medio,
teniendo en cuenta esto, la elección de nuestro equipo es
fundamental, debido a que la pesca que se lleva a cabo, es una pesca
delicada, de precisión y técnica. La numeración de nuestro
equipo no debe ser dejado al azar, una numeración #4 o # 5, un
término medio estará bien, ya que más baja se nos hará más difícil
nuestro cast y presentación, debido a los vientos intensos de Tierra
del Fuego y por el tamaño de algunas truchas, lo que provocaría un
mayor estrés en el animal, al alargar la pelea de ésta por
liberarse. Y una numeración mayor no se justifica debido al
poco ancho que presentan estos arroyos y por que no aportaría a la
pesca fina que se lleva a cabo en estos escenarios.
Como primer punto a considerar en la pesca de un Spring Creek, es la
estructura que presentan estos cuerpos de agua. Al acercarnos a
ellos tenemos que poder identificar en qué tipo de estructura
pescaremos, ya que presentan bancos de algas, orillas socavadas,
pozones, pasillos con algas y castoreras, los cuales tienen un punto
en común, que sirven de refugio para las truchas que queremos
atrapar.
Un segundo punto importante, es, qué organismos
encontramos en el agua, y qué sirven de sustento para los peces. Los
más comunes que podemos observar son las larvas de mosquitos, scuds
(fuente importante de proteínas), caracoles, en menor número
estadios juveniles de odonatos, insectos terrestres tales como los
coleópteros, y pequeños peces. Aquí va la importancia de qué
patrones usaremos para engañar a nuestras amadas truchas (que a la
mayoría de los mosqueros nos quitan el sueño durante el tiempo en
que no podemos pescarlas).
Los patrones más comunes que se usan son pequeñas ninfas como
Pheasant Tail, Kaufmann Stone, Scuds, Hare's Hair, entre otras. Y
para la pesca en superficie, patrones tales como Adams, algunos
Parachute, Caddis, Royal Humpy, y las infaltables Chalas. La
presentación de los patrones subacuáticos en la mayoría de las veces
se debe hacer en deriva, cuando la estructura del arroyo lo permita,
y cuando no, se presenta la imitación corriente abajo, recuperando
la línea con pequeños y pausados tirones. En relación a los patrones
de moscas secas, la presentación de estas debe ser de manera
delicada, tal como lo haría un insecto de poco tamaño cayendo a la
superficie (delicadez que estará ligada a la intensidad del viento
que nos acompañe en nuestra jornada). En los patrones terrestiales,
como lo son la imitación de escarabajos, algo de chernobyl, por
nombrar algunas, se debe realizar de manera un poco más brusca, en
el sentido de que logremos mayor realismo en nuestra presentación,
al imitar la manera en que estos insectos caen al agua, y dando
pequeños tirones, para simular un posible reflejo de nado.
La manera en que nos acercaremos a la orilla de un Spring Creek de
la zona norte de Tierra del Fuego es de vital importancia, debido a
que la flora en esta zona, es mayoritariamente de coironales, y
pequeños arbustos, y no tenemos la ventaja de disimular nuestra
figura, como cuando nos encontramos en presencia de árboles y
arbustos tupidos. Por lo tanto, la mejor manera de abordarlos es de
forma agazapada, para así disminuir nuestro perfil y disimularlo con
el ambiente y no romper el horizonte ni proyectar nuestra sombra en
el agua. Nuestro acercamiento debe ser de manera delicada y lenta
para no transmitir las vibraciones de nuestros pasos, que puedan
delatar nuestra aproximación a la orilla del arroyo.
El viento, nuestro fiel compañero en la Patagonia, es otro punto a
considerar, ya que la intensidad de éste va a determinar nuestra
delicadez y precisión en la presentación de nuestra imitación, por
lo que saber cómo utilizarlo a nuestro favor va a ser una carta que
tendremos bajo la manga. La manera en que usamos el viento está
ligado a, en qué lado de las orillas pescaremos. La mayoría de las
veces usaremos la orilla en que nuestra espalda quede hacia el
viento, así de esta manera el viento nos ayudará a realizar nuestro
cast con mayor facilidad y no luchar contra esta fuerza para poder
lanzar.
Una vez que se tienen en cuenta todos estos puntos, nos estaremos
acercando al éxito de nuestro día pesca, y ¿porqué digo acercando al
éxito?, porqué la última palabra la tienen los peces y no nosotros.
Nosotros sólo usamos los elementos que como pescador y la
experiencia nos han brindado, las truchas utilizan su naturaleza
indomable y los millones de años de evolución y sobrevivencia, que
de seguro en más de alguna vez fuimos derrotados.
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
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