Pesca: Artículos, Notas, Historias y Reportajes

  La Vaguada - Flyfishing, Outdoors & Outfitters

   
 

 

 
     Escrito por:  Jorge de la Torre Aninat    
     Imágenes y contactos:  Jorge de la Torre Aninat   - patagoniaoeste@gmail.com
                                          Oscar Vargas
 

     Estar en Punta Arenas durante más de cinco años y no haber podido pescar una Sea Run Brown Trout razonablemente grande en el Río Grande de Tierra del Fuego me parecía francamente increíble.  Esta sequía de capturas no fue por falta de intentos, ya que estando en estas tierras australes realicé múltiples viajes a Río Grande a principio de temporada, al fina, probando con moscas grandes, moscas chicas, líneas transparentes, de flote, shootings de 200 y 300 grains, etc, etc y NADA.  Sólo pude capturar truchas residentes, hermosas pero residentes.  Ya se me agotaba el tiempo y por razones laborales debía dejar esa maravillosa ciudad y trasladarme a "Santiago".  Con este nuevo horizonte para residir,  decidí que no podía alejarme de este sitio sin despedirme de todos esos hermosos y productivos ríos que tantas satisfacciones me dieron durante estos últimos años, pero principalmente tenia que sacarme la espina (o el anzuelo) que tenía clavado con el Río Grande en Tierra del Fuego.    Tenía varias de mis metas cumplidas, había sacado todo lo grande que se podía sacar en la región:  Salmones espectaculares en el río Serrano, en el seno Última Esperanza, en el río Grande de Isla Riesco, hermosas truchas café y arcoiris en las lagunas Diana y Sofía, pero principalmente todas las truchas del mundo en el río Penitente.  No conforme con esto, sentí que debía aplacar algo que me pedía a gritos mi espíritu, algo que no me dejaría alejarme tranquilo de estas tierras, ya que aún me faltaba el trofeo en "el Grande" de Tierra del Fuego, la espina, la piedra en la zapato (del wader), el némesis de muchos pescadores.

 
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Río Grande en Tierra del Fuego - Chile

   

     Estaba absolutamente preparado pare el combate.  Durante los meses de invierno del 2006 hice muuuuchas moscas pensando en ese magnífico río, y siguiendo la tradición (o los datos) todos los patrones que até eran "GRANDES", peludas, chasconas, con patas de gomas inmensas y por sobre todas las cosas, casi siempre NEGRAS de color.  Hice también un stock de moscas salmoneras (atlántico) que también funcionaban en el río, montajes pequeños en anzuelos salmoneros número 10 y 12; además até otras más grandes montadas en anzuelos número 4 y 6.  Tenía otra motivación para pescar el Río Grande,  quería alcanzar a estrenar mi caña de dos manos, una Redington Spey con su carrete Redington SV Nº 9-10, línea shooting floating Río Skagit de 550 grains con una puntera floating de 15 pies de largo y varias punteras de hundimiento, que yo mismo hice en diversos largos con T-14 de Río.

     Regresé de mis vacaciones en el "norte" (Valdivia mi ciudad de residencia) a Punta Arenas el 9 de febrero y el día 10 en la tarde estaba saliendo junto a mi amigo Oscar "Afiebrado" Vargas rumbo al Río Grande.  Tenía que aprovechar mis últimas horas en la región, al igual que la amistad y aprecio que me brindaron Rafael González, dueño del "Cameron Lodge", único operador en la parte chilena del Río Grande y Alejandro Cárdenas, el mejor Guía de pesca del lodge.  Con estos grandes amigos habíamos pasado muchas horas durante los inviernos conversado de pesca, moscas y más pesca.  Además de la "presión" que estos mismos hicieron para que fuera, ya que aprovechando un viaje a recibir unos clientes a Punta Arenas durante el verano (fines de enero), me llamaron contándome que el río estaba bastante bajo y que las truchas de mar ya estaban arriba, por lo que "había que ir".  No lo pensé dos veces para suspender mis vacaciones en Valdivia y regresar casi de inmediato a Punta Arenas.

     Llegamos la noche del sábado al Cameron Lodge,  la verdad es que ya eran las 02:00 horas del domingo, por lo que armamos carpa dentro del jeep, ósea, nos pusimos los sacos de dormir y "buenas noches", hasta que como a las 06:30 hora, apareció "Rafa" al lado nuestro.  Después de los saludos y comentarios de rigor vino la operación "comando" de inspeccionar las moscas y líneas que estaban usando los Guías: líneas de flote, lideres laaaaargos y moscas en tandem.  El tandem debía estar compuesto primero por una salmonera con colores fluoresentes o una Wooly Bugger negra u algún otro monstruo con patas de goma en anzuelo número 6, para luego agregar, a unos 50 cms de la primera mosca, una ninfa pequeña montada en anzuelo del número 12 al 14,  montaje pequeño pero muy firme, con algunos brillos y nada de moscas grandes, según nos instruyó Rafael, ya que las Sea Run sólo estaban tomando las moscas más pequeñas.  Ante eso,  nos vimos obligados a dejar el sobre-stock de moscas peludas y llenas de patas de goma que llevábamos por "CAJAS" y recurrir a la alternativa "B", que gracias a Dios, también teníamos en ese momento.

     Rafael nos pasó la llave del portón (al que tantos le tienen ganas) y luego de las instrucciones recibidas para llegar hasta el cerco que marca la frontera...partimos.  A pesar de todas las veces que había ido al "Grande" por diversas razones, nunca había llegado tan lejos.  El "Pozón del 17", que es uno de los míticos del lugar, nunca lo había visto, así como tampoco "el Trineo 1 y 2", al igual que otros famosos lugares del río.  Sólo había llegado hasta el pozón del "cementerio", y muchas veces estuve horas "haciéndole empeño" en el pozón del "arcoiris o del arbolito".

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Pescando en Río Grande

   

     Partimos en el "Pazón del 17", todo era ideal, no había mucho viento, estaba semi nublado, la temperatura iba subiendo, eran las 07:00 horas y ya estábamos con nuestros tandems de moscas en el río.   Comenzaron a pasar las horas y nada, sólo truchas residentes.  Cambio de pozón....y nada.  En uno de los cambios nos encontramos con otro grupo de chilenos que estaban pescando en el área del "17",  los que nos comentaron que no les estaba yendo muy bien y que sólo habían sacado una trucha plateada de unos 5 kilos y nada más.  Según estos "afiebrados", las truchas estaban en los pozones de más arriba, más hacia el lado del lodge, así que como nosotros teníamos la posibilidad de recorrer todo, si TODO el río, nos encaminamos hacia esos pozones. Transcurrió casi todo el día sin que tuviésemos alguna captura "plateada", sólo residentes, y de esas sólo una de buen tamaño que dio una dura pelea sacándome línea y backing,  pero que luego se soltó cuando había llegado cerca de los pies de mi compañero que estaba a unos 40 metros mas abajo de mi posición.

     Estaba avanzando la tarde cuando decidimos continuar nuestra rápida revisión de los pozones hacia arriba. Íbamos por el camino dentro de la estancia cuando vimos en una especie de península formada entre los curvones del río, precisamente donde esta el "pozón del cementerio", unas carpas bajo unos árboles, así que decidimos ir a ver si el pozón estaba ocupado o no.  Como no había nadie nos pusimos a probar suerte en ese lugar.  Pasaron unos minutos cuando se acercó la camioneta de Alejandro Cárdenas, otro Guía del cual sólo habíamos escuchado sus ronquidos cuando dormía placidamente en el lodge esa mañana, descansando después de una agotadora jornada guiado el día anterior (que envidia).  En este momento estaba guiando a tres galeses con uno de los cuales se acercó a saludarnos,  luego vino el interrogatorio de rigor.  Conclusión: en el "Trineo 1" a uno de los galeses se le había ido una plateada de buen tamaño y por lo que entendí en mi menos que regular "english", ésta era la única "sea run" que les había picado en los días que llevaban pescando, pero igual estaba felices y como esa era su última tarde de pesca me regaló la mosca con la que la había enganchado a la migratoria.  La mosca era un pequeño engendro mezcla de pheasant tail con bead head,  tipo escafandra de buzo y unas patas de goma pequeñas de color negro, la que agradecí como el "gentelman" que soy (ya ooyeee).   Alejandro me pasó algunas pequeñas y muy hermosas ninfas de su creación con brillos y algo de colores fluorescentes (que eran dato fijo), las que agradecí mucho más, dándome las mismas recomendaciones que nos había entregado Rafael en la mañana, ósea, línea de flote, lideres largos y deriva en tandem, luego de lo cual "me quitó" mi caña Redington y comenzó a probar la maravilla que es el shooting Skagit de Río, ya que el tiene el mismo tipo de línea pero en su versión línea completa, y la mía como running la puse con una amnesia fabricada también por Río.  Luego de ejecutar varios lanzamientos o mejor dicho disparos con los que cruzaba el río de un sólo casting (spey),  que me sirvieron de instructivo "in situ" para mejorar mi mediocre técnica poco practicada, pude recuperar la caña y nos encaminamos raudamente por dentro de los potreros hacia los "Trineos".  Estos son dos pozones ubicados en dos curvones del río que están prácticamente juntos y son casi idénticos.  Tienen las características típicas de todos los grandes pozones del Río Grande, son profundos, muy largos, de corriente muuuuy lenta y tienen su "canalón" con algo de corriente justo al otro lado, es decir bajo el paredón donde es muy difícil de llegar sin un buen casting (ley de murphy???).

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Jorge de la Torre Aninat

   

     Como ya se estaba oscureciendo nos apresuramos y comenzamos a pescar en la parte que nos quedó más cerca del jeep, y que resultó ser casi la cola del pozón.  Nos llamó la atención que había mucha actividad en la superficie, ya que las truchas estaban haciendo borbollones pero no salían del agua,  así que no podíamos apreciar su tamaño.  Como no pasaba nada y estamos pronto a quedar sin luz del día, decidimos cambiar a las líneas de hundimiento.  Yo puse una puntera T-14 de 8 pies de largo y Oscar puso su infaltable Teeny 130.  Dos o tres lanzamientos y Oscar tenía enganchada una "GRANDE", una enorme trucha que luego de dar tres o cuatro saltos, cortó la línea y se fue.  Quedamos atónitos con lo ocurrido y convencidos que la tomada fue un buen síntoma.  Sigo haciendo lanzamientos de spey que me permitían poner la mosca justo al frente, en el borde del paredón, para luego comenzaba a esperar, dejando que las moscas derivaren.  Sólo había que mantener la tensión de la línea y la caña de 13 pies lista para clavar, cuando de pronto sentí un fuerte tirón en la línea, levanto la caña y ya está, había clavado mi primera "Sea Run", y comenzó el "show".  Con gran fuerza y velocidad la trucha arrancó por el medio del pozón en dirección hacia arriba, vuelta hacia abajo y comenzaron los saltos fuera del agua. 

     La trucha dio varios saltos....uno...dos...tres...seis brincos espectaculares fuera del agua, y lo que más me impresionó fue que saltaba en forma recta de abajo hacia arriba, como un torpedo o un misil disparado desde un submarino, alcanzando una distancia de más de un metro fuera del agua.  Cada salto implicaba bajar la caña pero manteniendo tensa la línea, haciendo de tanto en tanto los ajustes en el freno para que no se fuese a soltar y me permitiera cansarla.   Luego de varios y largos minutos, logré hacerla llegar hasta la orilla y mi compadre Oscar, red en mano, se apresuró para levantarla.  Que bendición, no se cuanto pesó, tampoco me importa, era simplemente hermosa, la primera "The First".  Hay más grandes que esa, lo tengo claro, pero a esta no la olvidaré jamás.   Luego de rápidas carreras hacia el jeep para buscar las cámaras digitales, procedimos con la sesión de fotos, y de regreso al agua.  La trucha se fue nadando solemne y tranquila.

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Oscar Vargas

   

     Obviamente seguimos pescando, cada vez veíamos menos.  Tres o cuatro castings del Oscar y ¡PAW!...otro pique, pero esta trucha no se mostraba.  Inició una carrera por el canalón contra la corriente hacia arriba, sacando línea y backing.  Como sentí que el carrete de Oscar prácticamente no frenaba, un Sistem One con el que lo armé hace varios años atrás cuando lo inicié en esta "fiebre", me acerqué para ayudarlo y entonces nos percatándonos que el backing había llegado a un enredo,  por lo que estaba trabado.  En estas condiciones no podía seguirle dando más línea a la trucha.  Ante eso le "ordené" a mi compre que saliera del río y comenzara a correr detrás de la trucha, en dirección  río arriba,  recuperando toda la línea pudiera, ya que estaba casi en estado de catarsis, absorto en el punto donde la línea se hundía y avanzaba alejándose de él mientras cortaba el agua.  Luego la trucha inició su carrera río abajo, con Oscar detrás,  pero no saltó, siempre clavada en el fondo del río, así que no supimos como era o de que porte era,  sino que hasta después de finalizada una buena pelea.  Por fin logró acercarla a la orilla y ahora fue mi turno de usar la red, en ese instante pudimos apreciarla en todo su esplendor.  Una trucha grande y hermosa,  le sacamos algunas fotos, le entregamos algo de reanimación y la regresamos al agua.

     Después de que la diosa fortuna nos tocara con su magia el primer día de pesca, algo que a muchos pescadores que han visitado el "Grande" nunca les ha sucedido (lo sé porque también nos sucedió), optamos por retirarnos a nuestros aposentos  muy, pero muuuuy felices.  En un quincho abandonado hace años armamos carpa y nos sentamos un rato al lado del fogón.  La verdad es que yo estaba feliz y con ganas de seguir comentando lo que nos había sucedido, pero a mi compadre Oscar lo agarró un mutismo extraño, algo hizo que se "fuera para dentro", como que se "choqueó" con la trucha o con la experiencia vivida.  Tanto buscarlas, tanto hablar de ellas, tanto tiempo invertido y sueños gastados y ahora ya las habíamos obtenido de verdad, habían dejado de ser un sueño lejano para transformase en el trofeo más hermoso que hemos logrado hasta ahora en este deporte que tantas alegría nos ha entregado.   Después de comer algo y tomarnos un escocés para celebrar,  mi amigo se fue a acostar, dejándome a solas en la oscuridad de la noche,  contemplando la "cruz del sur" en ese hermoso cielo de Magallanes, viendo a ratos LA TRUCHA alejarse por entre las estrellas y constelaciones que forman el Río Jordán.

     Al día siguiente nos levantamos temprano y recorrimos pescando otros pozones en donde tuvimos varios piques espectaculares.  Algunos de estas tomadas concluyeron con el corte del líder, lo que nos demostraba que en el río habían Sea Runs activas,  hasta que a media mañana, clavé otra de estás habitantes del Río Grande.  Esta trucha, era algo más pequeña que la anterior pero más plateada, hermosa y fuerte, con miles de historias en sus escamas.  Me pregunté cuantos viajes al mar habría hecho antes de que la captura.  Le sacamos algunas fotos y la regresamos al pozón y nosotros de regreso a Punta Arenas,  ya que comenzó a "malear" el clima, se me acababa el tiempo y creo que no podía pedir más (por ahora).

 

Imágenes de Río Grande en Tierra del Fuego - Chile:

Vista del Río Grande - Chile

 

Trucha de Río Grande

 

Trucha de Río Grande

 

Pesca en Río Grande

 

Descanso en viejo refugio de Tierra del Fuego

 

Trucha de Río Grande

 

Trucha de Río Grande

Trucha de Río Grande
 

Trucha de Río Grande

 

 

 
 
 
 

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