En el tiempo que lleva funcionado nuestro club hay algunos momentos y
situaciones que se han convertido en "actos solemnes". Uno de estos es la
tradicional salida de pesca con la cual, año tras año damos inicio a la
temporada,
y otra muy semejante es la excursión con la cual cerramos esta época.
Esta última es muy concurrida, ya que por alguna razón todos tenemos algún
motivo para asistir, quizás la sensación de no poder acercarse al río para
hacer uso de nuestro equipo de pesca, durante los siguientes seis meses que
dura la veda, sea tan poderosa que nos lleva como peregrinos al río y provoca
una alta convocatoria por parte de los socios de nuestro club para
participar de este tradicional día de pesca.
La fecha estuvo marcada por la lluvia, la que comenzó a caer
una semana antes del primer domingo de mayo y que nos recordaba que la
temporada estival estaría próxima a su fin. Conociendo el clima de nuestra región,
ubicada en la entrada norte a la patagonia Chilena, sabíamos que no
estarían las condiciones climáticas para viajar tan lejos con la intención
de cerrar la temporada de pesca del 2004-2005. En una reunión anterior,
habíamos acordado que la salida de cierre se haría si o si, sin existir
posibilidad
alguna para demitir de este decisión, así que los encargados de
planificar la excursión tuvieron el cuidado de buscar un lugar cercano y con
buena pesca para visitar ese día.
Finalmente el lugar escogido para esta ocasión fue el río San Pedro.
Por varias razones el río San Pedro posee un valor especial para
nuestro club, cercano a la ciudad de Valdivia, es uno de los ríos mas
grandes del sur de Chile, su belleza no tiene comparación y en sus aguas se
esconde una abundante y sana población de truchas. Puede que este río no
se encuentre entre los lugares de alta concurrencia para la pesca comercial
de nuestro país, no obstante, los que vivimos cerca de éste, sabemos que
en sus aguas todo es posible y que una jornada de pesca aquí se puede
traducir en un día lleno de adrenalina luchando con fuertes farios y
arcoiris.
El río San Pedro todos los años ve modificado su caudal, producto de las
grandes crecidas de las lluvias invernales y las aguas de los deshielos
en tiempos de primavera, por lo que sus riveras nunca se presentan igual de
un año para otro, esto obliga a que los pescadores que acostumbran a
visitarlo, lo observen con cuidado para descubrir el mejor lugar donde se ha
de refugiar uno de sus trofeos. Sin duda que este río olvidado y de bajo
perfil, para otros intereses, sigue siendo uno de los mejores de nuestra
región a la hora de hacer un balance de los resultados de la pesca en
cuencas de gran caudal.
La noche anterior a nuestro día de pesca llovió de manera torrencial y
el comienzo de nuestra jornada no fue diferente. Nos reunimos muy temprano
tratando de evitar quedar empapados antes de tiempo, a medida que
avanzábamos hacia nuestro destino la lluvia no se detuvo y no habían señales
para ello. Con el propósito de mantener algo de ropa seca y antes de
dirigirnos al río, pasamos a cambiarnos a la cabaña que amablemente nos
facilitara un buen amigo de nuestro Club, refugio que se encuentra ubicada
en el sector "La Laguna", camino al río San Pedro. Una vez cambiados de
atuendos, con nuestros equipos listos y las cañas armadas nos movilizamos
hasta el lugar de pesca, momentos después nos encontrábamos vadeando
lentamente el río, tratando de atrapar las primeras piezas de la jornada.
No cabe duda que pescar en estas condiciones es una experiencia
inolvidable, ya que la lluvia favorece sobremanera las posibilidades de
lograr un buen resultado, siempre y cuando el río no se encuentre bajo los
efectos de grandes crecidas. La lluvia es un factor que influye de manera
positiva en una jornada de pesca. La lluvia y el viento arrastran una
buena cantidad de alimento a las aguas, insectos de origen acuático y otros
de origen terrestre son arrastrados al caudal, donde los peces los esperan
atentos para atraparlos. La lluvia produce continuos cambios de temperatura
en el agua del río que favorece el desarrollo de las eclosiones de una gran
variedad de insectos y debido a la misma razón los peces se encuentran mas
activos para tomarlos. Las gotas de lluvia que golpean la superficie del
agua también la oxigenan, permitiendo que los peces cuenten con mayor
cantidad de oxigeno para su metabolismo. En estas condiciones los
pescadores no se ven forzados a mantener el acostumbrado silencio de los
días despejados y debido a la menor cantidad de luz de los días nublados se
producen menos reflejos en el agua, por lo que los peces se sienten más
confiados nadando cerca de la orilla o muy cerca de la superficie del
agua. Son muchas las "buenas razones" para pescar en días con estas
condiciones climáticas, así que sólo debemos hacernos el ánimo, vestirnos
adecuadamente y no dejar que la lluvia nos impida disfrutar de un buen día
de pesca.
Durante todo la mañana y las cinco horas que duró esta jornada, se
presentaron continuas eclosiones de efemerópteras, tricópteras y grandes
dípteras. Unos pocos minutos de pesca fueron suficientes para lograr las
primeras capturas, las que se fueron incrementando una vez que todos los
pescadores entraron al agua y comenzaran a ser gala de sus mejores
imitaciones, lanzamientos y presentaciones. Un buen observador podría
sacar muchas conclusiones de esta diversidad en escena, ya que se
encontraban personas pescando con líneas de flote, hundimientos y otras con
tip de hundimientos. Algunos pescaron con streamers, muchos con ninfas y
otros con emergentes. Se pueden obtener muchas conclusiones, si lo que
queremos es mejorar los resultados de nuestra pesca, esa es una de las
ventajas de pescar en grupo, la mayoría de las personas no valoran esta
posibilidad, pero aquí está, la hemos probado, sabemos que funciona y la
hemos aprendido a cuidar.
Las moscas más productivas fueron las ninfas Prince, Pheasant Tail,
Stone leg of rubber, Hare´s Ear y larvas Caddis en colores verde y café
claro. Dado las condiciones de continuas emergencia, las moscas del tipo
"emergente" resultaron muy efectivas y patrones como
la Soft Hackle, la
Sparkle Pupa y la Cripple lograron engañar a un buen número de peces. Los
streamers tuvieron momentos de alta productividad y moscas como la Woolly
Bugger en color café y verde oliva, Zonker y la San Pedro Bugger fueron
verdaderos comodines que demostraron por que nunca deben faltar en tu caja
de moscas, toda vez que visites este río.
Sin lugar a dudas, este día de pesca se convirtió en una de las
mejores jornada que ha realizado nuestro Club, la cual tiene varios méritos
que destacar, ya que pese a las fuertes lluvias de la noche anterior
logramos una alta convocatoria de socios y aún cuando la lluvia no dejo de
caer durante toda la mañana, la pesca estuvo muy productiva y entretenida.
Todos o casi todos los asistentes lograron la captura de una y más piezas,
siendo cuatro las capturas promedio por pescador. Sobre el noventa y siete
por ciento de los peces fueron devueltos a su medio en buenas condiciones,
demostrando gran vigor una vez liberados, este promedio es muy alto
considerando que en esta jornada se lograron sobre cincuenta capturas.
Los peces capturados fueron mayoritariamente truchas marrones, siguiéndolas
en número las truchas arcoiris y en menor grado los pejerreyes Argentinos.
El tamaño de las piezas, para el caso de las truchas, varió entre los 700
gramos a los 1,8 kilogramos y los pejerreyes del orden de los 300
gramos, todos los peces muy fuertes y luchadores.
En esta oportunidad pudimos entregar instrucciones a tres pescadores
nuevos del club, dos en etapa de mejorar su casting y presentación, y un
tercer integrante que se encuentra en su etapa inicial, siendo esta su
primera pesca con equipo mosquero, el cual le fue facilitado por los
compañeros del club. Esta experiencia nos fortaleció como pescadores,
todos tuvimos la oportunidad de apreciar una variedad de técnica con
resultados diferentes. La camaradería fue siempre una fortaleza que estuvo
presenta en toda la jornada y que nos permitió compartir a ratos una grata
conversación a orilla de este río de aguas mágica.
Durante las primeras
horas de la tarde se detuvieron las picadas y comprendimos que era hora de
retirarnos del lugar para dejar que el San Pedro y sus peces descansaran de
nuestra presencia. Del lugar específico donde estuvimos pescando he de
guardar reserva para mantenerlo en justa custodia. Este río olvidado por
muchos pescadores nos recordó lo cerca que se encuentra de nuestra ciudad
un paradisíaco rincón escondido, en donde disfruta de un inolvidable día
de pesca.
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