Escrito
por: Ricardo Ordoñez D. - rordonezdiaz@yahoo.es
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Fotos e Imágenes: Ricardo Ordoñez
y Cristian Garrido |
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Habíamos llegado pasado el medio día a la casa donde nos
hospedaríamos unos días en río Puelo. Como siempre, don Miguel
nos esperaba con su cordial gentileza, además de ese humor simple y
cercano tan característico de los colonos que llegaron a establecerse
en las proximidades de este fascinante río de la comuna de Cochamó,
una cuenca que se ha trasformado en un destino emblemático para la
pesca deportiva en el sur de Chile, debido a su excelente pesca en un entorno natural
privilegiado, el que se traduce en uno de los ríos más hermosos de este
gran territorio de la Patagonia. Antes de arribar hasta allá
con Cristian Garrido, mi compañero de viaje, habíamos hecho escala
para pescar otros ríos antes de abordar el Puelo, y si bien la pesca
había estado buena, la fortuna parecía mirarme desde lejos haciéndome el quite sin remedio,
ya que en un desafortunado descuido mientras vadeaba, había perdido mi caja de moscas
arrastrada por la corriente, y en la cual guardaba todos los patrones
que había atado para pescar en este viaje.
Afortunadamente y sin preveer lo que me iba a suceder, había tomado
la precaución de llevar una prensa de atado y una cantidad limitada,
pero muy bien pensada, de materiales de montaje para armar algunas
moscas en caso de vivir algún imprevisto. Luego que
disfrutáramos de un exquisito almuerzo de carne de cordero, banquete
tradicional de la zona, preparado por la mano prodigiosa e inconfundible de la señora Albertina, pude sentarme a atar algunos patrones
para ir después a probar suerte al río. Mi buen amigo Paolo
Riquelme que había llegado unos días antes a pescar al sector, y por lo
mismo, ya le había tomado el pulso al Puelo y a sus truchas,
viéndome sentado frente a la prensa de atado, se me acercó y
gentilmente me entregó algunas recomendaciones e indicaciones de los modelos
de las moscas que debía montar, así como sus tamaños y colores. Esta fue una ayuda generosa e
invaluable, ya que me ayudó a acotar de forma certera las moscas que
debía fabricar para hacer frente las horas que íbamos a pasar en el
río a partir de ese momento.
De tarde nos fuimos al río para aprovechar de pescar con las últimas
horas de la luz de ese día. Por el río avanzaban algunas
embarcaciones trasladando pescadores corriente arriba. Cristian
se adelantó por alcanzar una correntada al final de la playa,
mientras que yo tomé
mi tiempo para que las embarcaciones se alejaran y quedase en silencio por unos
minutos el lugar antes de comenzar a pescar. Busqué con
cuidado entre los patrones que había atado un par de horas antes,
una mosca para unir a mi teppet con la esperanza de conseguir
algunos piques. Avancé por la playa sin prisas tratando de
detectar un lugar propicio para comenzar mi pesca, y lancé lleno de
esperanzas frente a una correntada que terminaba en un gran pozón ancho y
alargado varios metros más abajo de mi posición. Dejé que le
línea ganara profundidad antes de comenzar a recuperar la mosca.
La línea hizo una gran curva en el agua mientras se hundía, por lo
que traté de controlar el loop tratando de estimar que la mosca
nadara en la cabecera del pozón, lugar que había considerado ideal
para esperar el ataque de una trucha. Con la mosca en posición
comencé a recuperar la línea con una seguidilla de rápidos stripers,
para que la mosca recreara la acción de un pequeño pez que huye
despavorido de un depredador. En el instante que estimé que la
mosca había entrado en la cabecera del pozón sentí una energética
tomada, segura y seca; le prosiguió un rápido giro acompañado
de fuertes tirones y una rápida huida. La línea se tensó al
instante una vez que la trucha atacó la mosca y se alejaba nadando
agua abajo del pozón. Todo estuvo cargado de mucha tensión, ya
que por el pulso de los tirones, supuse que esta trucha no tenía
intensiones de entregarse con facilidad. Cada vez que recuperaba la línea y me parecía que ya estaba al alcance de mi mano, la trucha
acudía a su instinto salvaje y volvía a escabullirse rápidamente a
la seguridad de las aguas profundas del Puelo. Luego de varios
minutos el pez perdió fuerza y se entregó a su suerte. Fue
entonces que la pude alcanzar para extraerle el anzuelo, y comprobar
que era un hermoso ejemplar de Arcoiris de unos tres
kilogramos. La contemple por unos minutos mientras la
trucha se oxigenaba y recobraba su fuerza, luego se alejó nadando
de mis manos.
Todo había sido perfecto, casi un sueño. Aquellos instantes me
hicieron olvidar por completo la caja de moscas que había perdido el
día anterior. Tenía en mi bolsillo 4 patrones que me
devolvieron la certidumbre de todo el trabajo gastado antes de
emprender este viaje, y con la esperanza intacta seguimos
pescando hasta que la noche nos cubrió por completo. Ese
día logré capturar otras 5 truchas tan hermosas como la primera y
utilizando siempre la misma mosca que había atado en el transcurso
de la tarde.
La mañana siguiente, cariñoso como siempre, al despertar don Miguel nos esperaba
con los mates, mientras la buena señora Albertina nos preparaba un
exquisito desayuno con sopaipillas calentitas, mermelada casera,
huevo y queso de campo. Disfrutamos estos momentos del día,
tanto como las horas de pesca en el río. Los días que nos
siguieron fueron de mucha pesca. El Puelo se nos mostró
generoso y pudimos pescar en promedio veinticinco truchas por día,
todas piezas muy fuertes y luchadoras, con tallas que bordeaban entre
los dos y los cinco kilogramos. Me resulta difícil olvidar
esta expedición por las aguas del río Puelo, más todavía, me
resulta imposible olvidar la acogedora compañía de la cariñosa
familia de don Miguel Morales, así como sus consejos para tener una mejor
pesca en este río, su filosofía para llevar una vida más tranquila
como plena, y su incomparable compromiso con la pesca deportiva
como fuente para el desarrollo del valle del río Puelo. ¡¡ Que
más se puede pedir para pescar lo mejor de la Patagonia chilena !!.
Río Puelo
Ubicado a 150 kilómetros al sur de la ciudad de Puerto Montt, el
Puelo es uno de los ríos más atractivos para la pesca deportiva de
la región de Los Lagos, y motivos para ello los hay de sobra.
Este río forma parte de una cuenca trasandina, ya que si bien sus
aguas desembocan al mar Pacífico en el estuario del Reloncaví, en la
localidad de Puelo, su origen y nacimiento yace de las aguas del
lago Puelo, ubicado en el territorio de Argentina.
El Puelo es una cuenca
hidrográfica de 120 kilómetros de longitud desde su nacimiento y
hasta su
desembocadura en el océano. Este es un río de caudal mayor con un
promedio de 670 m3/s (metros cúbicos por segundo) y en sí constituye
la mayor fuente de agua dulce del seno del Reloncaví. Posee
un régimen de alimentación mixto, pluvial en la parte baja y nival
en el alto de la cuenca. En su recorrido recibe el aporte de las
aguas de los lagos Las Rocas,
Verde, Totoral y Azul. En la medida que se aproxima al
estuario del Reloncaví, su caudal aumenta con las aguas de sus
principales afluentes como lo son el río Ventisquero, Traidor, Manso
y Puelo Chico, además de otros numerosos arroyos menores.
El Puelo en sí tiene su propia magia y paradigmas. Descubierto en
1.621 por el conquistador Juan Fernández, un español aventurero
obsesionado por la promesa de la riqueza y el oro, navegó desde la
Isla de Chiloé hasta la desembocadura del río Puelo en busca de la
mítica "Ciudad de los Césares". Desde ahí se desplazó
tierra adentro hasta llegar al lago Puelo. No encontró
la ciudad de oro, pero abrió una ruta a un nuevo territorio en el
extremo sur para Chile y Argentina. En mapudungún Puelo quiere
decir "Agua del Este" , nombre que caracteriza de forma gráfica
este torrente y el recorrido que da origen a esta cuenca trasandina.
Con un enorme potencial ecoturístico, el río Puelo recorre vastos
valles de origen glacial, sustenta ricos bosques siempre verdes y
alerzales, contribuye a modelar la tectónica andina, abona con
elementos orgánicos las planicies agrícolas y ganaderas que inunda
en sus crecidas, y fertiliza con sus sedimentos al mar interior del
océano Pacífico.
Los peces del gran
Puelo.
Esta es una cuenca de condiciones excepcionales para soportar y dar
albergue a una población numerosa de truchas y salmones
asilvestrados. Las truchas Arcoiris y Farios o Marrones son
algunos de los ejemplares asilvestrados que forman parte de la
población residente de peces en estas aguas, junto a otras especies
nativas de menores proporciones. Con abundante alimento,
sumado a una buena oxigenación y temperaturas óptimas de sus aguas
no es extraño que un pescador pueda capturar truchas con tallas que
van entre los dos y los cinco kilogramos. Las truchas
residentes se caracterizan por su fuerza, rapidez y su alta
combatividad. Una trucha de buen tamaño puede llegar a
sacar 60 metros de backing de un carrete en un par de segundos,
obligando a los pescadores a aplicar todas sus habilidades para
frenar estos arranques de los peces.
Su unión con el mar ha favorecido el asentamiento estacional de
varias especies de salmones que llegar a desovar en alguno de los
muchos arroyos situados en la parte superior de la cuenca del río
Puelo. Los King Salmon o Salmón Rey son los más grandes y
emblemáticos. Estos salmones comienzan a remontar las aguas a
partir del mes de septiembre y desde el mes de enero estos chinooks
ocupan gran parte del río en su desplazamiento hacia sus zonas de
frezadero, transformándose en un claro objetivo para pescadores que
buscan como premio la captura de unos de estos ejemplares en estado
aún silver. Muchos de estos salmones alcanzan tallas que
superan los 25 y más kilogramos. Gran parte de los operadores
que trabajan orientados a atender a pescadores deportivos en la
zona, ocupan parte de sus objetivos a las capturas de estos gigantes
migratorios.
Otros salmones migratorios que llegan a las aguas del Puelo, son los
salmones del Pacífico o Coho, y Salmón Atlántico o Salmo salar.
Las primeras corridas de estos salmones se registran a comienzos de
temporada, mientras que nuevas corridas se repiten a comienzos del
mes de abril y hasta finales de mayo. Los Cohos son
peces muy combativos y algunas de sus tallas son verdaderos trofeos
para un pescador que aprecia una buena pieza. Los Salar son
peces inconfundibles, depredadores por excelencia desenvuelven todo
su espíritu salvaje cuando se ven atrapados, por lo que con justa
razón puedo afirmar que estos son los salmones más increíbles y
perfectos para un pescador que gusta de los grandes desafíos
deportivos. Corridas de finales de temporada regalan
ejemplares de tamaños que pueden llegar a sorprender al más
experimentado de los pescadores de mosca.
El estuario de Reloncaví, a partir de los años 1980, se transformó en
el mayor reducto para las empresas salmoneras del planeta. Muchas
empresas establecieron balsas-jaulas para la crianza de truchas y
salmones en las aguas salobres del estuario. Por factores
climáticos y distintos otros motivos, muchos salmones se ven
liberados de las jaulas de las pisciculturas y quedan a merced de su
fortuna y adaptabilidad. Por lo mismo no es extraño que muchos
de estos peces lleguen a las aguas del río Puelo. Estos no son
peces de gran combatividad, pero entregan mucha entretención a los
pescadores, si se está en el momento oportuno cuando estos peces se
desplazan por el río.
Técnicas de pesca
para el Puelo.
El Puelo es un río clásico para la presentación de streamers.
No se engañe, muchos pescadores llegan hasta allá pensando que este
es un río simple. Como todas las aguas de la Patagonia, el
Puelo presenta una serie de complejidades que hay que saber y
aprender a sortearlas para lograr una buena pesca. Aquí radica
el acertijo de las aguas del gran Puelo y de algunos de los
paradigmas de su pesca sublime y técnica.
El equipo ideal para pescar las aguas del Puelo consiste en una caña
de media acción entre los números 6 y 7, siempre con un mínimo
de 9 pies de largo. Este le permitirá llevar sus moscas a la
distancia requerida para alcanzar a los peces y mantener un buen
control de la línea una vez en el agua. Un carrete con
buena capacidad para almacenar backing de reserva y con un buen
sistema de freno es el complemento ideal para su caña. Los
frenos de disco siempre son de gran ayuda para esta pesca, aún cuando no son
indispensables para estas aguas, ya que en general el río no
presenta estructuras complejas para combatir una trucha que huye a
refugiarse en las profundidades. Una línea de hundimiento
uniforme de 120 grains, o del tipo sinking tip entre los 120 a 200 grains
resulta indispensable para llevar las moscas a la profundidad donde
las truchas esperan su alimento, al igual que leader de 9 a 10
pies, y teppet con resistencia de 1x y 2x.
Una viaje al río Puelo puede transformarse en su mejor viaje de
pesca en una temporada. Sus truchas y salmones son luchadores
instintivos
en cada carrera, tratando de liberase de las líneas que los retienen,
son ayudados por el gran caudal de agua que desplaza el río.
Para tentar a un pez de proporciones sobre los dos o tres kilogramos
la opción correcta aquí son los streamers. La
profundidad del río, sumado a las fuerza de las correntadas, los
grandes pozones, así como las estructuras amplias donde pueden
encontrar refugio los peces, transforman al Puelo en un río clásico
para la presentación de streamers y grandes ninfones.
Una caja de moscas nunca estará completa para pescar estas aguas si
no contiene algunas Woolly Wogger, Leg Rubert Woolly Bugger, Muddler,
Zonker, Galloup's Wooly Sculpin, Fuzzy Guzzy, Muddler Maribou
o Muddler Zonker y Zoo Cougar, en varias combinaciones de
colores donde el negro, verde, blanco, rojo y amarillo no pueden
estar ausente.
La experiencia me ha demostrado que la presentación de grandes ninfas es otra
forma de pescar con streamers. Para el río Puelo esta tesis
aplica como anillo al dedo. Grandes ninfones con patas de
gomas (Leg Rubert) son otros de los patrones que no pueden faltar en
su caja de moscas para este río. Bitch Creeck, Rubber
Kauffman Stone, Rubber Montana, Rubber Nymph, Yuck Bug y
Sparkle Bitch Creek montadas en anzuelos del número 4 al 8 y en
varias combinaciones de colores son siempre una buena elección.
Hay momentos donde el Puelo presenta facetas enigmáticas y se prestan todas la
condiciones para pescar con imitaciones de emergentes y patrones de
mosca seca. Esto no es lo normal, pero a finales del verano y
comienzos del otoño esta puede ser una técnica que entrega buenos
dividendos a un pescador dispuesto a romper las reglas. En
este caso una línea de flote y algunos patrones de Sparkle Pupa,
Drake Flasback y Pheasant Tail Emerger es una combinación perfecta para
pescar algunas horas de la mañana y durante la tarde.
Algunas secas como la Elk Hair Caddis, Blue Wing Olive,
Queen of Waters y Royal Coachman en anzuelos no menores al
número 10 resultan moscas que dan muy buenos resultados.
Tres factores a
considerar para una pesca exitosa.
Lectura de las aguas: El Puedo es un río que necesariamente exige
a los pescadores poner en práctica todos sus conocimientos de las
técnicas de lecturas de aguas. El gran caudal de este río
transforma esto en una necesidad, si no se quiere estar pescando a
ciegas en un río que de momentos parece un rompecabezas imposible.
Detectar dónde depositar su mosca en el agua es una tarea que deberá
estar revisando de forma constante para no perder un día de pesca.
Lanzamiento y control: En el Puelo los peces no tienden a
apegarse a las orillas como en otros ríos, por lo que la tarea es
llevar sus moscas hasta donde estén los peces y controlar su línea
para lograr una buena presentación. Los lanzamientos largos y
bien dirigidos son una necesidad para no perder tiempo precioso de
pesca en el Puelo. Controle la línea de manera que su
mosca logre la profundidad adecuada e imite una presa atractiva para
las truchas y salmones que ven pasar mucho alimento por su entorno,
pero sólo atacaran aquellos que a sus ojos resulten más convincentes
o atractivos.
Desplazamiento por el río: El extremo Oeste del río Puelo es
el sector que concentra las mayores expectativas de los
pescadores que visitan la localidad de Puelo en la comuna de
Cochamó. Aquí el río se une al mar en el estuario del
Reloncaví y el sector ofrece buenas posibilidades de capturas.
Pero no sólo este punto del río es apto para la pesca. Desde
el lago Tahua Tahua hasta su desembocadura existen aproximadamente
19 kilómetros de río, todos con condiciones particulares de pesca
por tramos. Estas mismas condiciones son las que han
favorecido el establecimiento de varios Lodges a lo largo del río.
No siendo un año de grades lluvias, a lo largo del río se forman
varias playas accesibles para realizar una pesca de vadeo. No
obstante, una pesca acuciosa no es posible de hacer sin contar con
una embarcación que permita el desplazamiento y remontar las
correntadas que se forma a lo largo de esta parte del Puelo.
Sin esta opción, un pescador se verá muy limitado en su campo de
acción.
Afortunadamente existen varias posibilidades para acceder a una
embarcación en la zona. En este sentido los Lodges de la zona
contribuyen con un completo servicio de pesca y estadía. Si
su fin es pescar la zona por sus propios medios, en la localidad
existen algunas hosterías, hospedajes y camping donde puede
establecer su área base para trasladarse hasta el río para comenzar
a pescar. En el lugar también existen varios boteros locales,
que han transformado la atención de los pescadores es su forma de
ganarse la vida, realizando un excelente servicio a costos
regulados por la demanda de la temporada.
Todas estas prestaciones en la localidad generan una importante
actividad laboral que impulsa en gran medida la actividad
económica de la zona. Este es un modelo simple y el cual tiene
mucho que mejorar si se quiere lograr una buena gestión del
turismo de intereses especiales. Cualquiera sea su
opción para visitar la zona y pescar en esta aguas emblemáticas de
la Patagonia, recuerde que tendrá muchas más opciones de convertir
su viaje en una excursión de pesca memorable si es asesorado por un
guía que conozca bien el río, o en su defecto, por alguien que
tenga la experiencia suficiente y los medios necesarios para
facilitar su expedición de pesca por las aguas de este atrayente río
Puelo.
Pesca las
aguas del Puelo con La Vaguada:
Para disfrutar toda la magia del río Puelo, así como de su pesca
técnica y deslumbrante, te invitamos a preparar tu próxima
expedición a este emblemático río de la Patagonia con el apoyo y
la asesoría de La Vaguada - Flyfishing, Outdoors & Outfitters y
nuestro equipo de expertos. Contamos con una
amplia cartera de servicios para pescar todas las aguas de esta
zona, visitando algunos de los mejores Lodge de la comuna o si lo
prefiere, con la asesoría y compañía de experimentados
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