Esta vez, mi destino de pesca fue
Osorno, en la décima región chilena, estuve invitado por Javier Roses y su
familia, el lugar prometía muy buena pesca y realmente así fue, más allá de
lo salvaje de las truchas y su buen porte, el paisaje constante de cada
lugar que visitamos fue siempre maravilloso, grandes bosques y montañas
tapizadas de verde intenso me decían que estaba pescando en Chile. En
varias ocasiones deseaba que el pique fuera más distanciado para poder
disfrutar del majestuoso azul y verde que tenía frente a mis ojos, un lugar
para soñar.
En tan sólo tres días, por falta de tiempo personal, recorreríamos un
puñadito de los lugares más importantes de la zona, sabemos que para
descubrir cada rincón necesitamos una temporada entera, pero nos dispusimos
a buscar pesca y diversión en un nuevas aguas, al menos para mi, digo esto
por que Javier Roses, quien me invito, es un conocedor de esta zona y
excelente pescador. Hablando con muchos pescadores chilenos y
argentinos, muy pocos han pescado estos lugares, y creo es por que otros
ambientes tomaron mas fama y se ubicaron en los destinos de los pescadores
nacionales y mundiales. Osorno esta
ubica a 913 Km. de Santiago, la capital de Chile, a sus
alrededores se encuentra en zona de influencia al sur el Lago Rupanco y al
norte el Lago Ranco, hacia el Este está el pueblo de Villa la Angostura
(Argentina) y al Oeste la misma ciudad de Osorno, esta cuenta con 128.000
habitantes y es una linda y pintoresca ciudad.
Nuestra pesca comenzó el primer día en una lagunita del parque nacional
Puyehue, a la que se accede en Float Tube o botes para poder pescarla, de lo
contrario no seria posible ya que tiene en todo su contorno infinidades de
juncales que la encierran y rodean dejándola así virgen para quien intente
pescar de orilla. Esta lagunita junto a dos más conforman un circuito de
tres ambientes más que selectos para divertirse a lo grande, cada una tiene
algo de especial y podríamos decir que uno puede usar variadas técnicas de
pesca, como también posee diversidad en cuanto a especies de truchas.
La primera laguna sólo posee truchas arcoiris en cantidad y calidad, es muy
generosa y con moscas del tipo de las ninfas, en este caso usamos una hare´s
ear beige que brindó más que éxitos, también funcionaron todos los modelos que
imitan ninfas de Dragon y Damsel, digamos que uno podría sacar más de 30
truchas en una tarde. Las técnicas de pesca fueron con línea de
hundimiento y casteando desde el bote a remos deslizándonos suavemente nos
aproximábamos a troncos caídos, hileras de juncos e infinidad de lugares
donde al acercarnos palpitaba el corazón sabiendo que ahí estaba una
arcoiris lista para atrapar mi mosca, todo esto embellecido por el
constante sonido del “chucao” (pajarito chileno).
Sobre el extremo Este, le ingresa un profundo Spring Creek, que entre
meandros y pastos largos va dejando una figura circundante hasta que vierte
sus aguas heladas en la lagunita, mirando hacia arriba se puede observar que
viene de muy arriba bajo la sombra del tupido bosque. En esta boquita
pescamos un cardumen de arcoiris que se dedicaban a tomar pequeñas ninfas
que venían por el agua, se encontraban formando una especie de punta de
flecha corriente arriba, la más grande tenia la delantera y hacia atrás caía
el tamaño de las demás, con finos lances y leaders muy largos de entre 10 y
12 pies con un terminal 5X podíamos engañarlas sin que sospecharan en lo más
mínimo.
Continuamos remando y buscando rincones mientras lanzábamos, en ocasiones se
veía el fondo como si fuera una pecera, algas, helechos, troncos, y truchas
nadando en busca de comida, sólo había que tener paciencia y dejar
caer prolijamente la mosca a unos 2 metros por delante de la trucha y de
inmediato se veía como ondulaba su cuerpo tomando velocidad y atacaba, la
pelea siempre fuerte y de grandes saltos, todo un placer para quien practica
pesca fina a trucha vista.
El clima fue muy agradable, muy nublado sin viento y de a ratitos se hacia
presente una fina llovizna que no deja que los helechos y bosques se
secaran. Una reconfortable cena hecha por Nano, nos esperaba en la
casa de Javier, nuestra vista fue el apacible lago Puyehue.
En el segundo día nos esperaba la pesca de la segunda lagunita, esta
es más grande a mi parecer y se encuentra en un bajo, rodeada por
montañas al igual que la primera, sólo se puede pescar embarcado.
La diferencia es que acá tenemos truchas marrones y arcoiris, las
marrones son de mayor tamaño y se encuentra sobre el sector de juncos
más profundos que posee esta laguna, las arcoiris están en zonas más
bajas y a la salida del río que la desagua
Este día fue todo un festín de moscas secas. Comenzamos pescando
como en la otra laguna, con ninfas y vi que se acercaban pero no la
tomaban, mientras Javier remaba el bote acomodándolo en justa posición
para que yo realizara los lances, al no encontrar pique me dedique a
observar detenidamente el comportamiento de los Damsel Fly o Libélulas
volando sobre el agua, estos se asentaban de vez en cuando sobre los
juncos o el agua, no era muy distinto a lo que pasaba en la otra
laguna, pero algo me hacia pensar que teníamos diferencias marcadas,
hasta que vi como una trucha salto más de 40 centímetros para alcanzar
un Damsel que volaba sobre la superficie del agua. Este
grande pero frágil insecto se salvo por milagro y del susto se acento
rápidamente en un junco como para analizar la situación, cuando sin
darle tiempo salto otra trucha, esta vez una marrón, y lo despego del
vegetal con su boca, cayo nuevamente dejándose hundir entre los
helechos.
Con Javier nos miramos y no podíamos creer como lo había cazado,
evidentemente esta técnica de atraparlo en los juncos la tenia muy
bien dominada, lo que nosotros no podíamos hacer era asentar moscas en
los juncos pero si hacerla flotar muy cerca de donde comían los
reales. La decisión fue inmediata cambiar la línea de
hundimiento y pasar a la de flote, alargar el leader y buscar una
buena imitación de Damsel azul, para intentar copiar lo que habíamos
visto. En el primer lance que se ajusto entre los juncos, fue
inmediato, ví como salía la trucha de abajo a gran velocidad y llevaba
en su boca mi mosca, al caer se hundió y se enredo entre los canales
de helechos, por lo que el corte fue inmediato. Nos
miramos con caras de gran asombro e interrogación, ya tenemos la mosca
y técnica, sólo falta ahora hacer algo para la trucha no se enrede y
corte.
Finalmente, pensamos en engrosar el tippet, y no dio resultados, ya
que notaban que la mosca no era natural en su caída y menos al estar
posada, así es que regresamos al tippet 5X. Entonces
Javier pensó lo siguiente: apenas la trucha vuele en el aires con la
mosca en la boca clavarla y presionarla así nosotros, de esta manera
con la altura que vuela caerá de este lado del canal de helechos.
Sonaba interesante, así que espere el segundo pique y me anime a
darle más fuerza de lo normal y bien...!!!!!!! voló, cayo del
otro lado de los helechos. Javier remo hacia adentro de la
laguna para que yo la peleara en aguas más profundas y sin tantos
obstáculos, de esta manera obtuvimos unas cuantas truchas, hasta que
vimos un gran borbollón, este provenía de una trucha que comía en una
lagunita formada tras los juncos, se ve que ahí estaba llenándose de
Damsel que caían en su terreno, la tentación fue grande, pero sabíamos
que perderíamos la trucha por no poder pelearla. En este caso
supuse que se metería entre los juncos con seguridad, de todos modos y
por esas cosas que tenemos los pescadores de curios al igual que las
truchas, le tire como para ver que pasaba y esta vez sin dejar que
cayera al agua salió y tomo la mosca en el aire. Nos asustamos y
sin hablar vimos como los juncos se abrían y cerraban al pasar la
trucha y por su puesto que corto sin pedir permiso. Esto
no seria problema si no hubiésemos perdido la ultima mosca de Damsel
de color azul que teníamos, así es que ahora a buscar moscas que
fueren parecidas.
Si bien encontramos algunas imitaciones, nos quedó la duda de que si
hubiésemos tenido el Damsel azul pescábamos más y más grandes.
Bueno, pero es un pensamiento de un pescador ....¡no!.
Nuestro tercer día fue elegido el río Gol Gol, éste junto con el río
Allipen ubicado más al norte, son dos de los ríos que me encantan, por
su indiscutible belleza, conformación, estructura, tipo de aguas y
paisaje circundante.
Nuestra idea fue pescarlo flotando, así que elegimos el tramo desde la
ruta internacional que une Entre lagos (Chile) con Villa la Angostura
(Argentina). Este sector deja abierta la posibilidad a navegarlo
en un corto periodo de tiempo como fue el caso nuestro, entramos al
río a las cuatro de la tarde y llegamos a su desembocadura en lago
Puyehue aproximadamente a las nueve y media de la noche. Javier
remaba el bote y yo pescaba, en el primer pozón que nos detuvimos ya
que las truchas se vieron muy activas y obtuve dos o tres arcoiris
chicas. Si bien mi esperanza era un salmón coho o una trucha
marrón residente que alcanzan muy buenos portes, también disfruté de
truchas cercanas al medio kilo y un poco más. La pelea de estas
truchas es muy fuerte y no se dejan dominar con facilidad.
Viendo que dio muy buen resultado decidí continuar con esta técnica,
consistía en derivar pequeñas ninfas por las corrientes centrales
siempre que pasara cerca de los viejos troncos que se encuentran
caídos a orillas de este hermoso río. Cada pozo nuevo, cada
lugar donde Javier me indicaba con su dedo índice, cosa que hacia que
se me disparara el corazón... tuvimos buenos piques o vimos truchas
moverse.
Aproximadamente poco antes de la mitad del recorrido le cae el río
“Mocho”, un río tributario del Gol Gol. En esta junta apareció
el gran pique que uno siempre espera, fue una trucha marrón de lago de
aproximadamente unos 3 kilos, muy gorda y de muy buena salud. La
pelea se extendió más de lo esperado y con todo gusto pudimos
fotografiarla y devolverla al agua. Pasada esta linda
experiencia me dedique a pescar desde arriba del bote "ninfeando" las
costas y disfrutando del paisaje. No tuvimos pasusas en los
piques, ya que se mantuvo constante, como para no dejar que
cayera la adrenalina al sentir vibrar la punta de la caña y menos al
visualizar paisajes tan llenos de naturaleza, bosques cercanos, viejos
árboles que tapizan el horizonte y cascadas que fluyen de lo alto de
las paredes circundantes.
Sobre el atardecer llegamos a la boca del lago Puyehue y con los
últimos lances cayo la noche, así que Nano y Javier remaron
hasta la orilla donde se recuperaron los botes y con mucho para contar
y disfrutar, cene junto a estos dos buenos amigos. Contamos
historias de pesca y planificamos un nuevo viaje a la zona de la
décima región en la provincia de Osorno.
- Quiero invitarlos a esta nueva ventura en Osorno, ¿Se anima a que
pesquemos juntos estas lagunas y el río Gol Gol ?
- Contácteme directamente al e-mail pablo@mendozaflyshop.com, yo
programaré todo el viaje. Esta es una pesca fina y
especial por lo que me gustaría que sólo seamos dos pescadores.
Quiero agradecer especialmente a la Familia Roses por permitirme
conocer este lugar encantador y brindarme todo su apoyo, como así
también a Nano por su amistad y conocimiento de la zona.
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