Luego de abierta la temporada de pesca en el río Puelo, algo que
sucedió a mediados del mes de septiembre, fue cuestión de días para
que organizáramos junto a otros amigos un viaje para pescar este
imponente río del sur de Chile. Este viaje al río Puelo nació en una de esas conversaciones que tuve con
Edison Krause
por otro viaje programado para el inicio de temporada y por ahí
coordinamos con Andrés Mercado. Así se incorporaron otros
amigos y el grupo final de asistentes para este
fin de semana quedó compuesto de Edison Krause, Walter Krause (el hermano del primero),
Nicolás Núñez y yo, los que viajamos en un móvil, mientras que al otro
día se nos uniría Andrés Mercado con su señora en otro vehículo.
Comenzando en río
Puelo
Nuestra primera parada fue en la ciudad de Temuco. Llegamos un día
jueves viajando desde Los Ángeles. Aquí dejaríamos el auto que
llevábamos y nos iríamos en otro vehículo más grande. Nos
acompañó Patricio de la Jara, el que llegó llorando porque no sabía usar su recién
comprado GPS, así que le ofrecí ayuda para que conozca como
usar este equipo. Lo malo es que este amigo, esa noche, se
dedicó a comer y a hacer vida social durante la cena y no entendió nada
de lo que instalé en su notebook. Luego de este encuentro
reanudamos nuestro viaje al sur, previo cargamento de las cosas
que necesitábamos para esta travesía. Me tocó manejar hasta Puerto Varas desde Temuco, para que descansaran los
dos choferes alternativos, y poder llegar a buena hora
a Puelo. Desde ahí, Edison Krause tomó el volante y llegamos a
las 6:30 AM, mas o menos, al río. El zodiac armado (aunque no
llevamos una parte del piso rígido), motor nuevo, estanque lleno y
por fin nos metimos al agua. La primera parada río arriba fue en
el sector Las Gualas, esto
fue tipo 8:00 AM. Con los primeros lances y algunas moscas bien
probadas comenzaron a salir las primeras truchas. Nicolás tuvo
las primeras capturas y después
nosotros. Salieron hartas truchas con tallas entre 1 y 1,5 kilos.
De Las Gualas nos trasladamos al Pozón de las Bestias, ahí salieron unos salares y muchas truchas en
el mismo peso que las que pescamos en Las Gualas.
Desde este punto hacia arriba, el traslado fue difícil,
ya que el río traía mucha agua. Subimos por grupos, directo a
algunos de los
brazos que forma el río Puelo. Desconozco cómo se llama el lugar,
pero les puedo contar que ahí las cosas se pusieron muy interesantes,
ya que todas las truchas que salieron eran muy gordas y peleadoras.
Hasta este punto sólo llegaban los guías
de los lodges, y por ahora nosotros.
Al regreso
pasamos a pescar otro rato
más en Las Gualas. Para nuestra sorpresa llegó otro zodiac, en
donde venían inspectores de pesca, por lo que nos fiscalizaron;
parece increíble, pero es cierto. Un inspector municipal que,
según supimos después, era del Sernapesca, nos pidió las
licencias, lo que fue muy alentador que hagan este tipo de control
en un punto tan retirado del río. Hay que llevar
licencia si no quieres pasar un mal rato.
En la noche
regresamos a nuestra cabaña, comimos algo a lo rápido, ya que no había cocina
donde preparar nada. El cansancio nos doblegó y nos fuimos a dormir
como a las 22:00 horas. Al día siguiente supimos que
Andrés Mercado había pasado a visitarnos como a las 2:00 AM,
algo tarde, y como llevábamos casi dos días sin dormir y comiendo
a lo rápido, esa noche nos fuimos a dormir temprano. Como decía
Edison Krause, "vinimos a pescar, no a comer".
En la mañana
siguiente estuvo lloviendo, así que nos fuimos directo río arriba.
El Puelo
parecía Mall, ya que estaba lleno de gente por todos lados, así que dejamos el bote lo más arriba
que pudimos y nos fuimos a pescar donde nacen todos los brazos
del río y que es el límite de pesca, o hasta donde podíamos llegar
en nuestra embarcación.
Ese día la pesca fue toda nuestra, ya que salieron muchísimas truchas en
todos lados. Yo pesqué con línea floating y ninfas del número 12,
en una sola parte
logre sacar cerca de 15 ejemplares, tuve algunos cortes de tipex, al igual que Walter Krause que pescaba más abajo de
donde yo estaba.
Edison
Krause encontró un
pozón donde dejaba ir toda la línea mas unos 4 metros de backing y
pinchaba casi al instante. Qué puedo decir: una pesca
extraordinaria; el río Puelo es
increíble. Los guías de los lodges suben y bajan a cada rato
estas aguas, con sus botes y los motores jet, suben casi por las piedras,
verlos es casi un espectáculo
aparte.
Durante
el día, comimos unos
chocolates y nos refrescamos con unas cervezas. Pescamos
todo lo que pudimos aprovechar del día y regresamos a nuestra cabaña
para descasar. Ese día
era el partido de fútbol entre Chile-Colombia, por las
clasificatorias del mundial 2010, así que nos preparamos para ver el
partido, con una buena parrillada. Con el resultado 4 a 2 de
Chile sobre Colombia, se nos completó el día. Fue felicidad
total.
Regresamos muy contentos de este viaje, el río Puelo nos dio una gran
pesca y pudimos compartir con los amigos. Qué más se puede
pedir. Sólo regresar pronto a las aguas de este fascinante
río de la Patagonia Norte.
Otras Imágenes del
viaje:
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
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