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Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

     Escrito por: Casey Cravens   -   www.WildAngler.com
     Fotos e Imágenes:  Ricardo Ordoñez  -  rordonezdiaz@yahoo.es
 

      Como un visitante que llega por primera vez a la Patagonia, he luchado en esta primavera con agua fría, caudales altos, fuertes vientos y un nuevo paisaje muy distinto al lugar donde vivo en Nueva Zelanda.  Pero la hospitalidad patagónica y la maravillosa belleza de estas tierras y de sus aguas, me han más que compensado en mis primeros días de pesca en el sur de Chile.  A pesar del clima y el desafío de encontrar mi camino en una tierra nueva, debo testimoniar que he disfrutado de la gente, de sus  ríos, lagos y de los macizos montañosos de los Andes lo suficiente como para querer vivir aquí,  si es que no tuviera una vida familiar y negocios en otra parte encantadora del mundo, como lo es la isla Sur de Nueva Zelanda, lugar donde trabajo como guía de pesca con mosca.

      Así que cuando tuve la oportunidad de pescar con dos de los mejores guías de la Patagonia Norte, no pude menos que sentirme ansioso y muy emocionado, sobre todo ante la perspectiva de poder enfrentar una especie que en el pasado he encontrado muy difícil de capturar,  el Salmo Salar o Salmón del Atlántico.  Anteriormente había tenido dos veces la oportunidad de intentar la pesca del Atlantic Salmon en la Península Gaspe de Quebec en Canadá, y las dos veces había terminado decepcionado, aunque las fontinalis grandes del mar compensaron esos viajes.    La pesca que intentaría esta vez, serían los Atlantic del río Maullín, especie que probablemente comenzó a poblar las aguas de estas latitudes como un subproducto de las granjas de salmón en el Lago Llanquihue, y la que hoy representa una pesquería de gran calidad en desarrollo.

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín
 
Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

      Ricardo Ordóñez, guía de la ciudad de Valdivia y propietario de www.lavaguada.cl , me extendió la más cálida hospitalidad profesional para invitarme a pescar uno de sus ríos favoritos, el Maullín.  Como el nombre de su empresa sugiere, Ricardo es una gran confluencia de conocimientos. Sabe y conoce de todas las aguas cercanas y distantes al lugar donde reside, ha viajado mucho y conoce a todos los mejores guías que trabajan en la Patagonia.  Los pescadores, especialmente los profesionales, son muy herméticos, sobre todo cuando se trata de compartir sus lugares favoritos o secretos por obvias razones de conservación en un negocio competitivo.  Pero debo confesar que he estado constantemente sorprendido por la generosidad patagónica, la que me han dejado de manifiesto mis amigos de estas latitudes.

 

Tras los pasos de los Atlantic Salmon

      Después de comenzar nuestro viaje muy temprano, logramos hacer buen tiempo en la carretera Panamericana y llegamos a nuestro destino alrededor de las 8:00 AM.

      Marcelo Wilhelm de Wild River Chile Expediciones nos esperaba y al llegar nos saludó cálidamente. Marcelo lleva una barba corta y tiene los hombros anchos, al igual que la postura erguida de un barquero. Él nos ofreció un café y luego fue entusiasta para comenzar el día de pesca.  Habla inglés con fluidez, pero está feliz de participar con los clientes en el desarrollo y práctica del idioma español.

      Pronto terminamos de preparar nuestras cañas para la pesca embarcada.  Mi equipo fue formado por  una caña del número 5 Composite Development XLS, con una línea de sinking tip de hundimiento tres, sumado a un leader de dos metros de largo, terminando con tippet 2x, además de 200 metros de backing como reserva del carrete.   Ricardo utilizó una caña de ECHO Carbón de 9 pies con una línea Teeny 200, leader de dos metros de largo y tippet 2x.  Esta última línea al ser más pesada era mucho más apropiada para lanzar las moscas, comparada con la línea ligera que yo manejé en la oportunidad.  Para compensar el lento hundimiento de mi línea tuve que usar moscas más pesadas, con ojos de plomo al estilo de campanas cerradas.  No estoy acostumbrado a este tipo de pesca, por lo que lanzar tanto línea pesada con moscas lastradas, fui un poco torpe,  y se sentía como lanzar una boleadora.

      Fuimos variando las moscas durante el día, pero todos fueron streamers.  Los patrones incluyeron variaciones de los Woolly Buggers, Muddlers, Pancoras y Zonkers.  Algunos montajes tenían patas de gomas y brillos de Flashabou o Crystal Flash.  Mi patrón más productivo de la jornada fue un Zonker de color marrón, con una tira de conejo de la espalda, el vientre de color cromo, garganta roja y ojos rojos de plomo.

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín
 
Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

     Cuando preparamos nuestras cañas, fuimos preparando el resto de nuestros equipos como quien se viste para una fiesta.   El río en sí es precioso.  Las aguas claras, profundo, con fuertes corrientes, pero con muy pocos rápidos.   Un bosque frondoso de mirtaceous crece hasta el borde del agua y actúa a lo largo de la rivera como una fortaleza, manteniendo el río a salvo de la sobre pesca.  Hay muy pocos puntos de acceso público al Maullín, en su mayoría son una pista cercana al camino y, de vez en cuando, algún puente que cruza el río.  La experiencia más abrumadora es saber que el corredor del río ha cambiado muy poco en las últimas décadas.

      Debido a que la cabeza o nacimiento del río Maullín es en el lago Llanquihue, el tramo superior del río rara vez cambia los colores con las aguas altas, incluso después de las lluvias.  Aunque el caudal tenía un metro más de altura, el Maullín se mantuvo de un color claro como la ginebra.  El río es un hábitat excelente para los salmónidos, así como la vida bentónica.  En el lugar pude observar numerosas especies de Mayflies y Caddis muy activas.

     Marcelo nos trasladó por el río en un bote con propulsión jet,  unos cuatro kilómetros aguas arriba.  Inmediatamente me quedó en claro que él no era sólo un barquero, sino que además un excelente guía, pero también un compañero maravilloso.   En la tradición de los barqueros,  yo había leído en el trabajo de Roderick Haig-Brown, "El invierno de un pescador",  un libro que escribiera Haig-Brown cuando visitó Chile en 1952, expone que era imposible conocer los mejores ríos de gran tamaño o silvestres en el país, sin contar con los servicios de un experimentado barquero.  Al igual que los barqueros de Haig-Brown, Marcelo es intensamente consciente en el agua, experiencia que ha cultivado en algo más de dos décadas en las que lleva trabajando como guía profesional de pesca con mosca.  Él es meticuloso, rápido, fuerte a sabiendas, pero discreto, por lo que cuenta con las mejores cualidades de un gran barquero.  Cuando hay dos ramas del río, o se habían terminado el tramo de un ramal, o las aguas eran demasiado poco profundas en un lado, o se acercaban atascos de cuidado, él navegó a la perfección.

      La mañana era lluviosa, el bosque denso brillaba verde a la orilla del agua.  El aire estaba fresco y rico,  y la vida de avifauna visible abundante. Pronto vimos a los Atlantic Salmon.  El tamaño de los peces variaban entre uno a cuatro kilos.  Son magníficos peces de colores gris metálico, un poco de oliva en la espalda, con el vientre y los flancos de cromo,  salpicada con manchas de negro, con cuerpo esculpido para la velocidad con una cola como un gran tenedor.  Parecían fantasmas a lo largo del fondo del río, pasaban por debajo de los bordes del río y se asustaban con facilidad.

      Marcelo viró la embarcación como un caballero dobla un caballo, se ubicó de forma estratégica en la corriente, cortó el motor y le indicó a Ricardo que botara el ancla con suavidad.  Entonces me explicó cómo pescar con los streamers con la línea de punta de hundimiento. "Cast aguas abajo, corrige la línea rápidamente para que se hunda y trabaje la mosca a la brevedad,  luego se recoge con rapidez", dijo.

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín
 
Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

      Cuando yo no tenía una un pique o una tomada de inmediato, oí a Marcelo cantando "Come on, come on, come on."

      "Venga, venga, venga," le dije, recogiendo mi streamer.  Mientras que Marcelo sonreía.

     Es evidente lo que esperaba ya que el Maullín en gran medida es como si fuera su río.  Encendió un cigarrillo, se quedó pensante,  entonces nos ofreció chocolate y reposicionó la embarcación.  Esta vez quedamos ubicados más cerca de las aguas profundas y de la curva del río.  Ricardo y yo revisamos la estrategia de pesca con Marcelo y tiramos nuestras líneas a través de la correntada y hacia abajo, cada uno por un costado distinto de la embarcación.

      "Pica" dijo Ricardo en voz baja.  Pero el pez no quedó sujeto al alzuelo.

      Hice el lanzamiento más lejos que pude, y cuando la mosca tocó el agua, agregué más línea de salida, y impulsada por la línea descendente, con unas cuantas pulsaciones de la punta de mi caña.  Cuando la mosca se acercaba a la cabecera por donde salían las aguas del meandro del río, recogí rápidamente la línea.  Tres tirones más tarde me encontraba con un pez muy fuerte al final de la línea. Tomó la mosca deliberadamente, como un metro al centro de la cabecera.  Podía sentir el poder de aquel pez.  Corrió con fuerza y rapidez, nadó corriente abajo y al doblar la cabecera del meandro, a pesar de mis esfuerzos y tippet tres X, muy a mi pesar se liberó.  Este salmón huyó al lugar donde las cosas se van en un trabajo perdido, como cuando un hermano ha muerto, o sientes que se ha ido tu ex mejor chica.  Fue un quiebre para mí.  Hasta tire la línea.  El sentimiento de la nada era pesado.  Se me han soltado peces de gran tamaño con anterioridad, pero de seguro que este fue el pez más grande que enganché en todo el día.  No me sorprendería saber que superaba los 4 kilogramos.  Así es la vida.

      Y ahora, que el tiempo ha pasado, y como todos los pescadores tenemos algo de exagerados, no recuerdo el resultado exacto.  Pero Ricardo y yo enganchamos un número ridículo de los Atlantic Salmon.  También perdimos muchos salmones.  El Salmo Salar tiene una boca suave, y cede con facilidad cuando usted los tira con mucha brusquedad.  Esto lo he aprendido aquel día. Los salmones que pudimos capturar, todos eran ejemplares vigorosos y hermosos combatientes.  Y como la temperatura del agua pasó de 13 a 15 grados, la intensificación de la acción en el río cambió dramáticamente, como si alguien hubiera pulsado un botón de juego del río.

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

 
Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

      En medio de la deriva, insistí para que Ricardo tome el asiento de la parte delantera de la embarcación, que es el mejor lugar para pescar en una embarcación.  Lo justo es justo.  Era su turno.  Pero de inmediato contesto con un rotundo "No";  protestando: "Tú eres el invitado".   Ricardo no sólo es un anfitrión maravilloso, sino que además un gran lanzador, poseedor de una técnica de precisión y de una muy hermosa presentación.  A pesar de mi posición privilegiada en la embarcación para poder lanzar en primer lugar,  Ricardo también pudo celebrar más capturas de los suyos.

      Durante el curso de la corriente, cuando tuve que volver agregar o cambiar leader y/o tippet, o cambiar una mosca, Marcelo estuvo siempre muy atento, pero no intrusivo. "¿Qué puedo hacer por ti?" solía preguntar, sólo una vez.  No estoy acostumbrado a ser el cliente,  de modo que en momentos me sentía algo confuso por mi cuenta.  Marcelo y Ricardo tuvieron la delicadeza de dejarme solo.  Sus atenciones se afinaron, siempre alertas, pero no excesivamente, este es otro sello de los buenos guías.

 

La increíble pesca de truchas en Maullín

      "Muy bien, ahora vamos a hacer algo un poco diferente," anunció Marcelo.  Entonces Ricardo se acomodó hasta la bragueta de la embarcación.  Es hora de la pesca de truchas.  

      Nos acercamos a un rápido, una sección del río con riffles entrelazado con bolsillos o pockets en la vegetación.

      "Lanza allí,"  me dijo Marcelo, señalando un pocket entre la vegetación al borde del río, el momento que me recordó un snook de agua salada en la Florida, o una entrega construida por un pájaro entre las ramas. "Agárrate fuerte y recoge la línea de inmediato cuando tu mosca llegue al agua".

      Obedecí y luego de realizar la primera presentación, una trucha salió de las sombras y atacó mi mosca. "¡Oh, es grande!", dijo Ricardo,  y Marcelo sólo alzó la cabeza y le guiñó el ojo.  El resultado fue una hermosa trucha marrón de dos pies de largo.  Pero estábamos moviéndonos rápidamente, así que devolvimos la trucha y seguimos pescando utilizando la misma estrategia.  Luego conseguí otra hermosa trucha marrón.  Entonces, luego de obtener un par de piques más, logré enganchar una poderosa y fuerte trucha, este pez resultó ser una majestuosa arcoiris.  Con esta captura, habíamos logrado capturar tres "especies" en un corto tramo del mismo río (Salmo Salar, trucha fario y trucha arcoiris).

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

      Seguimos pescando a través de los bolsillos o pockets entre la vegetación.  En una oportunidad tuve una picada rápida y furiosa,  tanto que le perdí la pista de la tomada.  Ese debe haber sido el pez más grande que perdí aquel día, quizás con una talla de más de 25 pulgadas,  pero el Maullín nos tenía reservado peces más grandes en el último minuto de pesca en un tramo inferior del río.  Yo terminé sudando un poco cuando finalizamos de pescar truchas en el río.

      Pronto nos encontramos de vuelta frente al Lodge de Marcelo, en el mismo lugar donde partió nuestro recorrido de pesca por el río.  "Bienvenidos a mi patio trasero", dijo Marcelo.  "Aún tenemos tiempo para pescar otro diez minutos".

      Mientras pescábamos este tramo del río le pregunté a Marcelo cómo llegó por primera vez a flotar el Maullín.  "Yo tenía sólo 15 años",  dijo.  "Yo no sabía lo que estaba haciendo".   

      "¿Cómo saber dónde sacar la embarcación del río?",  Le pregunté.

      "No", dijo. "Pero es curioso que me preguntes. Porque cuando terminé, salí por donde finamente se encuentra construido mi refugio en la actualidad".  Marcelo ha estado ligado a la pesca y flotando este río durante 23 años.

      En ese momento tuve una picada y a pesar de que conecté un hermoso Salmón del Atlántico, lo perdí .  "Suavemente," me recordó Marcelo.

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín
 
Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

      Luego, Ricardo sacó un salmón hermoso y brillante. Yo sentía que tenía que tener uno más, algo que no sentía hace mucho tiempo,  por lo que lancé muy cerca de la orilla. Unos minutos después un pez muy bonito mordió mi mosca y me sacó línea tan suavemente como un espíritu entre los juncos.  Luego de esa inolvidable captura, nos dirigimos de regreso al muelle para terminar nuestra jornada en el Maullín y permitir a Marcelo que atendiera sus obligaciones familiares.

      Si bien Marcelo nos guió por el río,  ese día también contaba con otro deberes como padre anfitrión de una fiesta de final de año escolar para su hijo y su clase.  Muchos vecinos estaban presentes, y era evidente que Marcelo y su familia son personas muy queridas en la comunidad.

      Antes de salir,  inspeccionamos sus dos cabañas, situadas en un espacio con jardines bellos y amplios.  Las cabañas son sencillas pero acogedoras,  bastante espaciosas, con buenas camas, cuidadosamente decoradas en un estilo que me recordó los bosques de Maine.

      Marcelo nos dijo que en la parte baja del río tiene excelentes salmones chinook, de tamaños grandes de hasta 25 kilogramos, así como truchas marrones y arcoiris más grandes, luego que avanza más en tiempo la temporada de pesca.  Hay tres diferentes secciones que usted puede pescar cerca del Lodge, sin repetir las aguas que ha de pescar.  Debo reconocer que guardo muchos deseos de volver a la río Maullín con Marcelo y Ricardo, y explorar las diferentes secciones en cada etapa de la temporada.

 

Tras los salmones coho

      Nuestra jornada finalizó apenas después de las 01:00 PM,  así que Ricardo me sugirió que trate de pescar una especie como objetivo, algo diferente a los peces que habíamos capturado en el Maullín.  Con ese objetivo, nos dirigimos hacia el Lago Rupanco, donde Ricardo capturó un gran número de salmones coho de tamaño no muy grades, con lo que completamos un total de cuatro especies de salmónidos capturados en sólo un día de pesca.

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

        Nunca he visto tantas especies de salmónidos capturados en un día. 

 

Nota Final

       Este extraordinario día de pesca en la Patagonía Norte, me entregó muchas recompensas difíciles de describir con palabras.  Este viaje terminó por transformarse en un día de muchos premios en lo personal y en lo profesional, ya que pude intentar y pescar varias especies de salmónidos en sectores distintos y no muy distantes uno del otro.  Tuve la oportunidad de conocer rincones de una esplendorosa belleza, y sumergirme en los rincones más salvajes del Norte de la Patagonía.  Pero lo más importante, es que pude compartir el días con dos personas increíbles, como lo son Ricardo y Marcelo, a quienes considero dos grandes nuevos amigos en este viaje que he emprendido por el sur de Chile. 

Los Premios de la Patagonia y el río Maullín

      Cuando Ricardo se enteró de que yo quería pescar en la región de Coyhaique, tuvo la amabilidad de ayudarme a planear un viaje de tres semanas partiendo de la ciudad de Valdivia a Bariloche, y hasta Coyhaique.  También me presentó a guías locales, que son sus amigos.  Si usted tiene alguna pregunta sobre la planificación de un viaje de pesca con mosca de Valdivia hasta el extremo de la Patagonia, le sugiero contactar a Ricardo Ordoñez en www.lavaguada.cl.   El es una confluencia de las aguas, peces y guías.

 

 

 

 

 

 
 

 

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