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Escrito por:
DAVE HUGHES - Publicado en la
revista Fly Rod & Reel, edición de Mayo/Junio de
1997. |
Imágenes y
contactos: Ricardo Ordoñez
rordonezdiaz@yahoo.es |
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Cuando comencé a pescar de costa algunos años atrás, pensaba que debía
pararme en la orilla y lanzarle a toda el agua que pudiese alcanzar desde
allí. Recién estaba aprendiendo a lanzar y sólo podía cubrir una distancia
de 6 a 10 metros. Atrapé algunas truchas y pensé que estaba haciendo las
cosas bien. Estaba abandonando el agua debajo de la punta de mi caña,
pensando que ninguna trucha estaría tan cerca del peligro.
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Un largo tiempo después aprendí que yo era el peligro que debía ser
removido. Una vez que dejé de revolver la orilla y de ondear mi caña sobre
sus cabezas, descubrí que la mayoría de las truchas están a pocos
centímetros, no metros, alejadas de la orilla.
Ahora sé que pescar la orilla significa arrastrarse por la orilla, entre los
sauces, manteniéndose bajo y escondido, casteando los mismos 6 ó 10 metros,
pero corriente arriba y no a más de 1 metro de la orilla. Si veo una figura
a 2 ó 3 metros de la orilla (digamos un borbotón quebrando la corriente), le
casteo tanto aguas arriba como aguas abajo, pero no lo considero pescar la
orilla. El agua de la orilla es una angosta línea donde la corriente es
modificada por la forma que corre a través de la orilla.
La orilla
de cualquier río es la línea de transición entre los medio acuáticos y
terrestres.
Stonefly y algunas ninfas de mayfly, más algunas pupas de caddis, migran de
las partes más profundas a la orilla para trepar por ésta para emerger.
Saltamontes, escarabajos, hormigas y otros organismos caen desde la tierra.
Las truchas los recogen en las aguas cercanas a las orillas, convirtiéndose
ésta en la gran tienda de alimentos.
Las truchas no se quedan en las orillas hasta que alguna forma de comida
aparece y logra atraerlas hacia allí. La mayoría de los colegas creen que
sólo los insectos terrestres atraen a las truchas hacia la orilla y dejan la
pesca de orilla para los meses de más calor del verano o principios de
otoño. En esa fecha las truchas estarán ahí, pero ellas están mucho antes de
éstas fechas.
Cada río tiene sus fechas, pero suele ser consistente año tras año. Ésta
puede ser a principio o a final de temporada, pero el arribo de las truchas
a la orilla es detonada por alguna condición fácilmente observable y
reconocible. Aprenda a reconocerla y sabrá cuando es el momento de prestar
atención a las orillas cada temporada, en las aguas que usted más frecuenta.
Luego habrá que aprender donde estarán los apostaderos de las truchas, ya
que sólo del 10 al 20 por ciento de las aguas de orilla tienen valor o valen
la pena ser pescadas; el resto se puede obviar y no pasará por alto
demasiadas truchas.
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Tres factores definen una buena orilla para pescar, y para ser buena debe
poseer éstas tres, no una o dos de ellas.
La primera, es al menos una modesta corriente que traiga comida. Una orilla
que carece de corriente generalmente carece de truchas.
El segundo factor es una profundidad o algún tipo de cubierta que oculte a
las truchas de sus predadores. Si el agua tiene una profundidad de 2 ó 3
pies, las truchas estarán ahí. Si el fondo tiene un declive de 1 ó 2 pies a
5 ó 6 pies de la costa, las truchas podrán estar un poco más alejadas de la
costa, pero no en el agua baja de la orilla a no ser por la presencia de un
tronco caído, una rama, un manto de algas o algún accidente en la costa,
como por ejemplo, una barranca socavada por el río, detrás de la cual se
puedan esconder.
El tercer factor que define el apostadero es alguna obstrucción para la
corriente constante que trae la comida. Si encuentra canto rodado en el
fondo, algún accidente en la costa, ramas y raíces que quiebren la
corriente, encontrará truchas. Si la corriente barre la costa como una
escoba, las truchas no podrán estar allí, porque no son lo suficientemente
fuertes como para luchar contra una corriente constante.
Así que busque la convergencia de la corriente con la costa, profundidad o
algún tipo de cobertura que les permita esconderse y alguna obstrucción que
quiebre la corriente. Encuentre las tres juntas y habrá encontrado truchas.
Ya está listo para pescar.
Cuando quiera pescar las orillas deberá estar bajo control. Primero deberá
controlar su lanzamiento por el entorno reducido que encontrará pescando las
orillas. Tendrá arbustos, pasto alto o rocas alrededor suyo.
Segundo, deberá tener control sobre dónde caerá la mosca. Si no le puede
acertar bastante seguido a su sombrero desde una distancia de 6 a 10 metros,
no le podrá acertar a esos pequeños pockets, por lo que cosechará más
frustración que otra cosa.
Siempre tómese un tiempo para practicar lanzamientos de precisión y si es
necesario, hágalo de rodillas.
El tercer tipo de control que necesita, es sobre la deriva de la mosca una
vez que ésta cae al agua. Si falla en tener una deriva sin arrastre de al menos
2 ó 3 pies, espantará más truchas de las que pescará. Para mejorar el
control sobre la deriva, se deberá acercar lo más que pueda al supuesto
escondite, para reducir el número de corrientes conflictivas entre usted y la
trucha; poner un líder de al menos el largo de la caña y un tippet de por lo
menos 60 cms. y de un grosor acorde a la mosca que pescará, además de poner
flotamoscas a la mosca y al tippet. Lo del flotamoscar disminuirá la
fricción del tippet y la mosca con el agua y nos ayudará a evitar el drag.
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Para tener las tres clases de control, usted deberá tener una caña, una línea
y un líder balanceados. La caña debe ser liviana y rápida. La línea deberá
ser flotante (DT o WF) lo suficientemente pesada como para cargar la caña en
un lanzamiento corto. Si usted tiene problemas con el control en tiros cortos, la
primer cosa que deberá tratar, es de utilizar una línea mayor en la misma
caña, se dará cuenta que le será un placer para pescar las orillas.
Solía pescar sólo con Elk Hair o con Deer Hair Caddis cerca de las orillas.
Aún las utilizo, pero ahora presto más atención a cualquier insecto (en el
aire o en la vegetación costera) y trato de imitarlas, al menos
aproximadamente. Si nada es predominante, pruebo diferentes moscas, pero en
tamaño 14 y 16 donde solía usarlas en tamaño 10 ó 12. Ésta disminución en el
tamaño crea un sorprendente incremento en el nivel de capturas.
Las moscas secas resuelven la mayoría de las situaciones de pesca de orilla,
porque la trucha ve mucho más la comida que le llega desde arriba. Pero
también incrementaría sus chances si ata una pequeña ninfa, del anzuelo de
la mosca seca, con un tippet de 20 pulgadas. Asegúrese de no perder control
en el lanzamiento si le agrega la ninfa (dropper), si esto sucede no dude en
sacarla.
También pesco las orillas con una ninfa bead head en tamaño 14 ó 16 debajo de
un indicador de piques, a una distancia de 3 a 5 pies. Esto trabaja
espacialmente bien en costas con pastos u orillas erosionadas. La ninfa
cuelga a la profundidad justa para que sea vista por la trucha.
La modificación más grande en mi pesca de orilla ha sido la velocidad con
que me muevo. Antes casi pasaba corriendo a lo largo de la orilla, ahora me
tomo un tiempo esperando y mirando el agua antes de pescarla. Busco truchas
que se expongan mediante subidas, un destello debajo del agua o un remolino
en la superficie que indica una tomada justo debajo de ella. Éstas cosas
revelan a la trucha y también revelan que mosca podrían aceptar. Y una vez
que las encuentre y sepa que mosca les gusta, usted podrá recoger truchas
como frutillas.
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