Pesca: Artículos, Notas, Historias y Reportajes.

  La Vaguada - Flyfishing, Outdoors & Outfitters

   
 

 

 
     Escrito por: Germán Sáenz
     Imágenes y contactos:  germansaenz@123.cl
 

      Mientras revisaba los apuntes que tomé durante mi viaje de pesca con Julio Meier, me di cuenta que el cuaderno estaba salpicado de personajes misteriosos y casi mágicos, de animales de desmedidas proporciones, de relatos que más parecían fantasía que realidad. Así surgió el título de este artículo, “La leyenda de Julio Meier”, que da cuenta de la experiencia surrealista que tuve al conocer la operación de este gran personaje. Como los pescadores tenemos fama de ser un poco exagerados a veces (sobretodo en lo que se refiere al tamaño de las capturas), valga la aclaración que todo lo aquí relatado no es producto de mi imaginación sino que se ajusta completamente a la realidad. Así lo pueden corroborar mis compañeros de viaje, Jorge Lama y Alejandro Infante (padre e hijo), con quienes en Noviembre de 2007 tuve el gusto de pescar y compartir en este viaje.

      La leyenda transcurre en la zona de Ñirehuao, ubicada al norte de Coyhaique en la undécima región de Aysén. Dicen por ahí que el nombre de esta región proviene del inglés “ice end” (donde terminan los hielos), pero para nosotros lo importante no era lo que aquí terminaba, sino lo que empezaba. Lo que se inició al llegar al aeropuerto de Balmaceda con unas ganas locas de pescar, de probar esas nuevas moscas que venían en nuestras cajas, de vivir una nueva aventura de pesca.

_ Rodeo Los Palos Lodge - Expediciones Coyhaique - Fly Fishing
   

     Pues bien, en esta mágica zona hay hermosos ríos, esteros y arroyos que serpentean y van poco a poco encontrando su camino. También hay lagos y lagunas, de las más diversas formas y profundidades, rodeados de suaves lomas y hermosos bosques. Y junto a un misterioso lago, y asediada por el constante viento patagónico, se encuentra una confortable cabaña que recibe el rimbombante nombre de "Rodeo Los Palos Lodge". La cabaña es cómoda y cuenta con todas las facilidades para que los pescadores disfruten al máximo su estancia. Luz eléctrica, agua caliente, dos dormitorios y dos baños, la cabaña acomoda perfectamente a cuatro pescadores. El living se ubica en torno a la infaltable estufa a leña, que acompaña largas jornadas de grata conversación acerca de las míticas bestias que cada día son pescadas. Y por supuesto muchas revistas y libros de pesca, así como una variopinta colección de moscas, muchas de ellas por fin descansando ahí luego de haber sobrevivido los rigores de largas jornadas de pesca. Y el comedor con una privilegiada vista al lago, cuya orilla está tan solo a unos metros de distancia.

      Como en toda leyenda, abundan los animales de fabulosas proporciones. Liebres que tienen el tamaño de un perro y que se asoman curiosas a la orilla del agua a ver a los pescadores. Visones que nadan en el agua con la misma facilidad con que corren afuera de ella, y que engullen alevines como si el mundo se fuera a acabar. Y lo más importante… las truchas. ¡Que impresionantes! En las orillas de estos lagos viven unas grandes marrones, que han alcanzado descomunales tallas gracias a las óptimas condiciones que ofrecen estos cuerpos de agua. En las orillas abundaban pequeños scuds o gamarus que las truchas engullían en grandes cantidades: al levantar una piedra en la orilla, aparecían cientos de estos pequeños seres. Las golondrinas que sobrevolaban el lago evidenciaban eclosiones que nosotros a la distancia no veíamos, pero que las aves (y las truchas) si. Era raro ver una marrón por debajo de las 20 pulgadas de largo. Lo normal eran medidas entre 22 y 25 pulgadas. Para ser catalogadas de trofeos, debían superar las 27 pulgadas; y cabe hacer notar que fueron varias las que recibieron este honor en este viaje. La verdad es que es difícil encontrar una pesca de esta calidad, no sólo por el gran tamaño de las capturas, sino por la forma misma de capturarlas.

      Difícil decidir cual modalidad de pesca era más entretenida. Por un lado, la mosca seca, de preferencia con la vilipendiada chernobyl ant u otras similares, ofrecía la inigualable emoción de ver la mosca desaparecer dentro de las fauces de la trucha, y el gran desafío era clavar en el momento correcto y con la fuerza precisa, ni más ni menos. Si la clavada no era perfecta, la mosca se soltaba, o peor aun la trucha cortaba el tippet y se iba "condecorada" con una mosca en sus fauces pero con el honor intacto. Julio se encargaba de llevar el marcador en forma implacable, contando los tantos a favor de las "locales" y de los visitantes. En mi caso la única vez que pesqué con esta modalidad sufrí una derrota humillante 15-5, lo que demuestra no sólo mis pobres habilidades como pescador, sino que la gran cantidad de actividad y lo entretenida y activa que puede ser la pesca con seca en estos lagos: 20 piques en una mañana! Valga reconocer que mis compañeros si lograron vencer a las locales por estrechos marcadores, destacando la dupla Infante e Infante que ganó 14-12.

La Leyenda de Julio Meier - Expediciones Coyhaique - Fly Fishing

      Por otro lado, la pesca con ninfas o pequeños streamers hacía que afloraran nuestros primitivos instintos de cazadores. Tradicionalmente cuando uno ocupa estos tipos de moscas, va "barriendo" las aguas en busca de algún pique. Esto era completamente diferente, era literalmente una cacería donde lo primordial era ubicar nuestro objetivo y luego ir tras él. Los lentes polarizados y la oportuna ayuda de nuestros guías nos permitían ver a estas enormes truchas en el agua. A veces una sombra alargada que se movía cerca de la orilla. A veces una aleta que se asomaba afuera del agua con un destello de brillo. Siempre muy cerca de la orilla, a veces incluso pegadas a los undercuts; y por lo general buscando la protección de árboles, ya fueran troncos hundidos que les proporcionaban buenos escondites, o ramas que colgaban sobre el agua y que les ofrecía sombra y protección.

      La mosca debía caer justo en el lugar preciso. Muy cerca y la trucha huía despavorida. Muy lejos y la ignoraba por completo. Pero cuando el casting nos acompañaba y la mosca caía donde efectivamente queríamos que cayera, la cosa cambiaba. La trucha se ponía alerta y cambiaba de dirección y velocidad, siguiendo a la mosca. “Ahí la vio, la viene siguiendo, recoge, más rápido, para, de nuevo, rápido, la tomó… CLAVA!!!”. Que momentos más emocionantes. Ver ese destello plateado cuando la trucha viraba. Ver ese hocico blanco que se abría y luego se cerraba en el agua. La explosión acuática que seguía a la clavada. Las dignas peleas de estas magníficas bestias que luego volvían al agua como si nada.

      Para el recuerdo nos quedan las fotografías de esas jornadas. En una mañana (o una tarde) no era raro ver unos 8-10 de estos truchones, y con habilidad y suerte más o menos la mitad de ellos eran retratados en manos del orgulloso pescador. Pero las fotos no capturan ni una pequeña fracción de lo que fueron esos momentos gloriosos, que nos acompañarán por mucho tiempo, mientras recordamos el último viaje y soñamos con el próximo.

La Leyenda de Julio Meier - Expediciones Coyhaique - Fly Fishing

      En una buena leyenda no pueden faltar los personajes notables, y en esta hay varios de antología. Cecilia, la hija de Julio, se lucio en la cocina preparando exquisiteces de todo tipo y para todos los gustos, incluyendo un memorable "tiradito" cuya receta aprendió de un cliente y que no tiene nada que envidiarle a restaurantes de lujo. Su hermano Julio Eduardo se está iniciando en las lides de la pesca y ya muestra grandes dotes de botero y guía, aprendiendo a pasos agigantados, con la intención de seguir los pasos de su padre. Matt, el guía norteamericano radicado en Chile, con gran experiencia y de un profesionalismo a toda prueba. "Combito", vecino del sector, se lució con el asado de cordero preparado al estilo patagónico. Las moscas las proporcionó un misterioso personaje conocido como "Tapia", de quien dicen que, cual monje, ha consagrado su vida al arte de atar moscas, y cuya efectividad pudimos comprobar fehacientemente. Y por supuesto siempre en las conversaciones estuvo presente Juanito, quien descansa en paz luego de haber sido el brazo derecho de Julio por muchos años, y habiéndose ganado el cariño de los clientes que año tras año vienen fielmente a pescar por estos lados.

      Mención aparte merece el personaje central de esta leyenda: Julio Meier, quien con el paso de los años se ha convertido indiscutiblemente en una autoridad en el tema de la pesca en nuestro país.

      Julio Meier puede decir con toda propiedad que ha pescado toda su vida. Su padre era hidromensor de Endesa y su trabajo consistía en recorrer y monitorear los ríos de la región. Julio lo acompañaba desde muy pequeño, y evidentemente comenzó a pescar a muy temprana edad. Su incipiente espíritu emprendedor se manifestó desde su juventud, y su primer negocio fue una verdulería. Pero todos en Coyhaique sabían que este verdulero conocía mejor que nadie las aguas de la zona y su pesca, y es así como inevitablemente los foráneos que llegaban hasta Coyhaique en esos años terminaban en su local, no comprando, sino que preguntando donde pescar. Y a veces Julio se entusiasmaba y los acompañaba. Y así de a poco se fue dando cuenta que el tema del turismo tenía más potencial que los tomates y las lechugas, y cambió la verdulería por una agencia de turismo. La agencia poco a poco se fue especializando en los viajes de pesca, y llegaba gente de todas latitudes, y paulatinamente Julio fue montando la operación que hoy dirige.

La Leyenda de Julio Meier - Expediciones Coyhaique - Fly Fishing

      Fuera de conocer como la palma de su mano la región y sus cuerpos de agua, Julio es un gran observador que no deja de aprender y que va enriqueciendo su experiencia año tras año, río tras río, trucha tras trucha. Sorprende la gran cantidad de actividades en que se involucra, como por ejemplo el liderazgo del gremio que agrupa a los operadores de la zona, su activo rol en las discusiones de la nueva ley de pesca que está en trámite en el congreso, su participación en estudios ambientales, etc.

      Pero lo que más llama la atención es su capacidad de articular, de movilizar recursos y personas en pos de un solo interés: conservar la pesca. Es así como Julio ha sido un activo "corredor de propiedades" en la zona, ofreciendo los mejores terrenos a gente que el sabe que comparten su filosofía de proteger sin excluir, de conservar pero sin cerrar. También es así como ha financiado su operación, asociándose con gente que comulga con sus intereses. Ha conseguido recursos para educar y fiscalizar, y esos grandes letreros que vemos en las mejores zonas de pesca de Aysén que rezan "Pesca, Disfruta y Devuelve" son en parte fruto de sus esfuerzos. Eso explica también su incesante afán de educar a los vecinos del sector: Julio le enseña a los lugareños el valor de los recursos naturales, les enseña a cuidar la pesca pues esta actividad en definitiva es su fuente de ingresos. Depredar significa pan para hoy pero hambre para mañana, y esta sencilla verdad la han comprendido los vecinos de Julio, a diferencia de incontables sectores de nuestro país que han sido depredados por completo. Y los esfuerzos no han sido en vano: los clientes fieles, que año a año se repiten, aseguran que la pesca mejora cada año que vienen.

      Recuerdo que esa memorable mañana de la derrota 15-5, pescando con Julio en el lago, me fijé que con bastante frecuencia levantaba la vista y miraba al cielo. Yo miraba también e intentaba descifrar que buscaba él en las nubes. ¿Acaso veía en las nubes la condición del lago? ¿Medía el viento o buscaba signos de lluvia? ¿Qué clase de poderes mágicos tenía este tipo? Ninguno, por supuesto. Después supe que tras sus lentes polarizados se escondían sus lentes bifocales, los que lo obligaban a levantar la cabeza para bajar la mirada y poder ver el agua. Cuando yo esperaba otra genialidad, otro despliegue de talento fabuloso, vino el cable a tierra que me mostró que al final nos encontrábamos con una persona, como cualquiera de nosotros, con sus virtudes y limitaciones.

      Un hombre que ha dedicado su vida a la actividad que lo apasiona. Que dirige una operación que vale la pena visitar. No sólo por la excelente pesca que allí se realiza, no sólo por la excelente atención que van a recibir. Sobretodo, por la oportunidad de conversar con Julio, de escuchar sus historias, y en definitiva por la oportunidad de apoyar a un hombre que se la ha jugado por conservar y mejorar la pesca en nuestro país.

La Leyenda de Julio Meier - Expediciones Coyhaique - Fly Fishing
 
La Leyenda de Julio Meier - Expediciones Coyhaique - Fly Fishing

 

 

Datos de interés:

 

 
    Estación de pesca:  Inicio Octubre - Término Mayo     Fishing season starts in October and ends in May
 
    Salmones en ríos: Diciembre a Marzo     Salmon in rivers: December to March
    Truchas en río con mosca seca: Diciembre a Abril     Trout in rivers with dry fly: December to Abril
   Truchas trofeos en lagos: Octubre a Mayo     Trophy trout in lakes: October to May
   
Contacto e informaciones: Contact information:
 
    Expediciones Coyhaique Fly Fishing

   The outfitting Coyhaique Fly Fishing Expeditions

   Dirección: Portales 195 Coyhaique Chile    Address: Portales 195 Coyhaique Chile
   Web: www.coyhaiqueflyfishing.com    Web: www.coyhaiqueflyfishing.com
   Correo electrónico: julio@coyhaiqueflyfishing.com     Email: julio@coyhaiqueflyfishing.com
   

 

 

 

 
 

 

 

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