En el mundo del montaje de moscas, existimos muchos tipos de atadores. Los hay puristas, cuyos montajes revelan, a simple vista, la pulcritud de un artista. Los hay otros más efectistas, que dan vida a sus patrones soñando con el río y el trofeo que los espera cuando los engendros de pluma y pelo hagan su trabajo. Otros, simplemente somos una mezcla en proporciones diversas de los dos primeros… claro, dependiendo de nuestras habilidades.

      Para algunos pescadores del primer segmento, quienes consideran que las proporciones, color, estética y muchas otros atributos de una mosca resultan más fundamentales que el sólo hecho que “pesque”, existen unas que definitivamente los sacan de sus casillas: ¡Los famosos Perdigones! Y es que no conciben que algo que escapa a lo clásico, pueda ostentar el privilegio de ser atado… y menos pescado. Y es que al lado de muchos patrones de culto, los perdigones dan la sensación de ser algún artilugio de ferretero, incrustado en un anzuelo, y pintado con colores más o menos llamativos.

 

Algo de Historia:

      Haciendo un poco de historia, los perdigones comenzaron a aparecer en Francia hacia fines de los años ochenta, cuando algunos avezados atadores que buscaban un mayor peso para sus ninfas, comenzaron a incorporar pequeñas bolas de estaño en la parte inmediatamente posterior al ojo de sus anzuelos y, posteriormente, a pintar estos montajes con barnices metálicos, buscando un menor roce con el agua y por supuesto una mayor velocidad de profundización. Imaginémonos frente a nuestra mesa de atado, provistos de una barra de estaño y un cautín, intentado hacer con ellos una bola de lastre en un anzuelo #16 o #18. Si no se lo imagina, le invito a ver el siguiente video: mediapeche.com .

      Claramente, esta labor se simplificó cuando unos años más tarde aparecieron nuestros conocidos "Bead Heads" en el mercado; primero fabricados de latón, luego de bronce, y últimamente de tungsteno, lo que añade un impresionante peso a cualquier ninfa.

      Sin embargo; los perdigones, como hoy los conocemos, aparecieron en España hace unos 14 años. La historia dice que por los albores de los años 2000, José Carlos Rodríguez (un pescador español de alta competencia), recibió de un amigo, el catalán José María Cros, una ninfa montada en anzuelo #18, con hilo brillante, una pequeña cabeza de tungsteno, unas vueltas de hilo de plomo, y barnizada con esmalte de uñas. Al poco tiempo bautizaron estas ninfas como "Las Chinas", aludiendo con esta denominación al barniz de uñas que compraban en las tiendas de los comerciantes asiáticos asentados en España. Finalmente, Rodríguez rebautizó estas ninfas como “Perdigones”, cuando le regaló algunas de sus "Chinas" a otro amigo pescador y este reaccionó diciendo: " ¿pero qué me dais aquí?, ¿perdigones? ".  Luego de esta anécdota y con el paso de los años, los perdigones han logrado una popularidad única entre los especialistas de la pesca a ninfa en el viejo continente.

      Hoy en día el "mercado mosquero" provee de una infinidad de materiales que nos permiten soñar, diseñar y atar tantos perdigones diferentes como piedras en un río. plumas de gallo de león, hilos iridiscentes, lágrimas y cuerpos de tungsteno, barnices U.V. y tantos otros que hacen que los perdigones hoy sean moscas obligadas en las cajas de casi todos los pescadores europeos y, últimamente, de muchos mosqueros chilenos.

 

Técnicas de Atado

      Pero: ¿Cuáles son las ventajas de un Perdigón cuando de pesca con ninfa se trata?

• Primero, se trata de una mosca que imita a una multiplicidad de "bichos", de esos que vemos habitualmente en los ríos. Ninfas de efemerópteros, larvas de tricópteros, dípteros, leeches y hasta plecópteros, pueden ser sugeridas a las truchas con estos raros aparatos. ¡Un verdadero comodín!
• Profundizan muy rápido, debido a su peso y su configuración hidrodinámica (bajo coeficiente de roce), lo que permite llegar más rápido al fondo en zonas de corriente fuerte.
• Son, en general, simples de atar (aunque los hay bastante elaborados), lo que favorece montarlos en anzuelos pequeños (#16, #18 o #20) sin mucha dificultad.
• Colores… ¡los que se nos ocurran y más!, brindando variadas opciones de contraste con el fondo, y aumentando también las probabilidades de detección por parte de los peces, si elegimos la tonalidad correcta. 

      ¿Qué materiales utilizar?… bueno, hasta malla de papas… sí, de esas rojas o amarillas que encontramos en los mercados.

      Se pueden atar en muchas configuraciones de anzuelos, y debido que su peso no está dado por la estructura de éstos, podemos usar incluso anzuelos para mosca seca -si es que no tenemos para ninfa- y con los cuales, dicho sea de paso, se logran un muy buen perfil y mejor clavada, en función de su menor espesor. En general, cualquier anzuelo estándar para ninfa o seca es adecuado.

      Además, actualmente está la posibilidad de utilizar anzuelos tipo Jig, que navegan invertidos y –créanme- bajan a frecuencias insospechadas los enredos entre las piedras del río.

      Existen perdigones de antología, como por ejemplo "El Español", "La Portuguesa", "El Coca Cola",  "La Falangista", "El Gasoil", entre tantos otros. Todos ellos nacidos de la experiencia de competidores europeos en los diversos campeonatos de Pesca con Mosca que se realizan en el viejo continente. Sin embargo, es reconocido por los grandes competidores de esas tierras, que la efectividad de diferentes configuraciones de colores y tipos de brillos, se correlaciona significativamente con los escenarios de pesca, claridad de las aguas, condiciones de iluminación, entre otros factores. Bueno, demás está decir que el factor más importante en cualquier tipo de pesca es el "personaje que sostiene la caña".

      Los podemos montar con o sin cola. Si decidimos colocarlas, la mejor opción son fibras de Gallo de León en cualquiera de sus tonalidades, cuyo brillo es realmente incomparable y, a mi parecer, muy efectivo.

      El hilo a utilizar va a depender principalmente del tamaño del anzuelo, y del efecto que le queramos dar al Perdigón. Existen actualmente hilos iridiscentes, que por sí solos dan brillo y atractivo al montaje. Sin embargo, también se pueden utilizar hilos normales, ribeteados con tinsel, alambre, raquis de fibra de pavo real desbarbado, o lo que se nos ocurra.

      Para el saco alar podemos simplemente verter una gota de barniz de uña en el lomo de la mosca. Yo lo hago luego de una primera mano de barniz o resina U.V., para evitar que el esmalte de uñas difunda entre las fibras del hilo y arruine la potencial belleza de mis engendros. Ahora, si queremos un nivel mayor de elaboración, también podemos hacer un saco alar tipo Copper John, con alguna lámina de color y un tinsel holográfico o perlado encima, o bien agregar, luego del bead head, una mostacilla de esas que encontramos en las botonerías (de un color ad hoc a nuestras creaciones), logrando así un sugerente efecto de transparencia.

      Si bien es cierto está bien investigar en la web, no hay que tener en absoluto temor para inventar nuestras propias fórmulas. Si pudiera hacer una estadística de efectividad de todos los inventos que he realizado con Perdigones, diría que el 85% o 90% de ellos ha pescado, y los que no, siguen a la espera de las condiciones apropiadas.

      Para barnizar, nada mejor que una buena resina U.V., pero a falta de ese pan, las tortas resultan similarmente efectivas como por ejemplo barnices vitrificantes y hasta barniz de uñas… ¡si es que sus parejas se lo permiten, claro! Sin embargo es bueno aclarar que el barniz de uñas se deteriora rápidamente con el roce de las piedras. Cuando se trata de barnices de base acrílica, es conveniente aplicar como mínimo tres capas, y dejar secar unas 24 horas por cada una. Ojo… no hay que bañarlos, sólo una capa delgada por mano; de esa forma se puede controlar mejor el perfil final de la mosca y evitamos que el barniz escurra arruinando nuestras "pescadoras artesanías". La resina U.V. es una opción más rápida y cómoda. Sin embargo, es necesario acotar que la mejor linterna de luz ultravioleta del mundo es el Sol. Las linternas U.V. del mercado hacen un trabajo parcial. Se pueden colocar varias capas sucesivas entre cada proceso de curado con linterna; sin embargo, siempre es necesario dejar las moscas al sol por unas 4 horas, para quitar esa especie de consistencia grasosa que queda en un primer momento, y para que el barnizado tome esa dureza tipo vidrio que deseamos.

 

La Pesca con Perdigones

      Hoy en día estas ninfas genéricas vienen dando excelentes resultados en las corrientes criollas, y para muchos están abriendo todo un abanico de posibilidades al momento de encontrar un patrón que deslumbre a nuestras queridas competidoras: Las Truchas.

      Para pescarlas, se debe considerar que la teoría que da origen a este tipo de mosca, tiene que ver con 3 condiciones bien definidas:

• Lograr una rápida velocidad de hundimiento.
• Hacer derivar la mosca en la corriente de la manera más natural posible (evitar el "Drag")
• Aumentar la probabilidad de detección de la mosca por parte de los peces, a través de diferentes combinaciones de brillos y colores.

      Un rápido hundimiento no significa que nuestra ninfa caiga "como plomo" al lecho del río, pues recordemos que posteriormente nuestro Perdigón debe realizar una deriva lo más natural posible. Para ello, la experiencia nos irá orientando acerca del peso correcto a utilizar, versus la intensidad de la corriente en un tramo determinado de río. Para lograr las dos primeras condiciones, un tippet fino es lo más adecuado. 4X, 5X ó 6X –dependiendo del tamaño promedio de los peces- son una buena opción para asegurar un hundimiento rápido y un menor efecto de dragado. El razonamiento es simple, con un tippet más delgado obtenemos un menor roce con el agua tanto en la etapa de hundimiento como en la de acción de pesca (deriva libre).

      Al combinar adecuadamente colores, logramos un mejor contraste con el medio circundante, principalmente con el color del lecho del río y con la tonalidad predominante del agua. Esto último es de gran utilidad, especialmente cuando pescamos en aguas turbias donde, por ejemplo, el brillo de color plata es muy útil. En mi zona (los alrededores de Concepción), existen varios cursos de agua pequeños ubicados en la Cordillera de la Costa, donde habitualmente las aguas no son de lo más diáfanas. Allí me han dado muy buenos resultados las cabezas y lágrimas de tungsteno plateadas, así como abdómenes en el tono. Existen colores ya bastante probados en Europa, cuando de pescar se trata. Las mezclas rojo-negro, anaranjado-negro, oliva-rojo, perlados semitransparentes, amarillo-negro, entre muchas otras. Para las tardes, nada mejor que Perdigones oscuros, que contrastan bastante bien con las aguas en horarios cercanos al ocaso. En todo caso, lo más provechoso es probar y probar, ya que verdades de pescador hay tantas como granos de arena en las playas.

      Otro punto importante es el equipo a utilizar. Recomendable es una caña de acción media a media rápida, de numeración 3 ó 4. Un blank rígido nos dificulta la protección del tippet en una lucha con un pez de tamaño considerable (que precisamente siempre andamos buscando). Se puede utilizar un leader normal de 9 a 12 pies. Pero alargarlo hasta longitudes superiores a 20 pies, hace una diferencia en lo que a control de deriva se refiere.

      Respecto de la técnica en sí misma, en lo personal, prefiero la pesca con un tándem de dos ninfas e indicador de pique. Un perdigón en punta o “Anchor Fly” (el más pesado) y otro en un reinal a unos 50 ó 60 cm más arriba ("Dropper"). La distancia del indicador de pique al perdigón de punta dependerá, en forma directamente proporcional, de la profundidad del río y la velocidad de la corriente. En mi opinión, el indicador de pique nos permite controlar la deriva de la forma más óptima posible. Para su uso, les invito a leer las notas escritas por Pablo Rodríguez de Mendoza Fly Shop, y Ricardo Ordóñez de www.lavaguada.cl , en los enlaces siguientes:

• Pescando con indicadores de pique

• Fly Nymphing, 7 Tips para mejorar su pesca con ninfa

• Indicadores de Pique

      Así dicho, los invito a probar algunos perdigones en la próxima temporada, claro, siempre que la ortodoxia mosquera se los permita. Atarlos es simple, ofrecen la posibilidad de dar rienda suelta a nuestra creatividad, siempre pescan y permiten utilizar desde los más sofisticados materiales de atado que ofrece el mercado, hasta económicas alternativas de librerías, supermercados y materiales que están disponibles en nuestros hogares.

 

      Les dejo las recetas de los patrones que se muestran con el texto de esta nota, con la intención de dar algunas ideas de los colores más utilizados, e invitarlos a aventurarse en este nuevo mundo:

 

 

¡ Aguas Claras y Buena Pesca !

 

 

Consultas a:  La Vaguada - Flyfishing, Outdoors & Outfitters    -    www.lavaguada.cl    -    contacto@lavaguada.cl