Cuánto daño ha hecho, internet y los vídeos de pesca a
mosca! Esto de tener una pasión que funciona a
temporadas, te deja muchas horas para monear por
Facebook, YouTube, o Vimeo durante el invierno, y claro
está, picamos. Cuántas veces no habremos visto el vídeo
de los ratones, el de los dorados en la selva de
Bolivia, o el de los tarpones desde pato. Son auténticos
virales que corren por los perfiles de las redes más
rápidos que un pura sangre en el Ascot Derby.
Desde que decidí venir a Chile, he dedicado bastante
tiempo a visionar cómo era la pesca por estos lares, no
miraba las películas, las estudiaba. Equipos y técnicas
llamaban mi atención, pero por encima de todo, yo
buscaba algo muy concreto, moscas. En todo ese minutaje
que me tragué, apenas encontré ningún montaje que me
resultara especialmente atractivo, si los vi muy bien
trabajados, hay auténticos virtuosos de foam, pero no
recuerdo haberle echado el ojo a nada que no fueran
"zapatillas", "matapiojos", todas las variantes posibles
de Royal, Adams y Humpy, más una colección de streamers
imposible de enumerar. Visto el panorama, decidí no
montar nada hasta que llegara a Coyhaique, sabía que
aquí iba a tener todo el cuarto de montaje del lodge a
mi disposición, así que me planté en Barajas como si
fuera a pescar al Tajuña, con las mismas moscas que allí
utilizo, con eso y un comodín, varias patas de liebre
ártica pues me daba miedo echar todas y que no me las
dejaran pasar en la aduana. Me había prometido a mi
mismo que la primera trucha que sacara en Chile iba a
ser con una doble collera de PLA (Pata de Liebre
Ártica), y eso fue lo que até a la orilla del Simpson a
los dos días de estar aquí. Liebre de La Alcarria
brincada en tinsel redondo cobre, con dos pencas de PLA
gris claro, y todo sobre un ATZ 230BL del 10. La primera
sensación; ojo que el río resbala bastante. Con toda
precaución del mundo busqué una postura cómoda entre
varias corrientes. Primer lance, rechazo; segundo lance,
nada, y en el tercer lance, una pequeña arco iris tuvo a
bien zamparse mi mosca, dándome la satisfacción de ver
mi plan cumplido. Moscas que pescan aquí y allí.
No lo podría afirmar con rotundidad, pero creo que desde
que he comenzado a pescar en Chile habré utilizado una
docena de moscas, y de ellas, si no me falla la memoria
he sacado truchas con nueve (cuando hablo de moscas me
refiero exclusivamente a secas y emergentes), que por
orden de aparición son: 1ª Doble collera en PLA, 2ª
Perla máxima en foam y PLA, 3ª Tabano en foam y PLA, 4ª
Ephemerella rojiza en tórax y PLA, 5ª Oreja de liebre
con poste de PLA, 6ª Hormiga roja, 7ª Pardón en PLA, 8ª
Emergente cobriza con falso hackle de PLA, 9ª
Saltamontes de foam y rafia. Sí, todas salvo el
saltamontes y la hormiga tienen liebre ártica. Aquellos
que me conocen saben que lo mío con este material es una
verdadera pasión, ya le dediqué en su día una entrada en
el Blog de FotoGuíaRíos, y tantas horas de dedicación al
PLA, me ha llevado a montar en algunas tiendas, y ser
invitado a la 1ª edición del Certamen de Montaje de
Madrid MoMad (perdón por los segundos de auto bombo).
Como podéis ver, no he utilizado ninguna de las moscas
que aparecían en los vídeos salvo una Royal, a la que
las truchas que entré no hicieron ningún caso. Por lo
general, he pescado bastante sobre cebada, buscando
peces en superficie, pesca al rececho que es lo que más
me gusta hacer. Y cuando lo he hecho al agua, he
utilizado saltamontes o la perla que antes os
mencionaba, lanzado a la orilla contraría y rayando la
superficie para crear la estela de un insecto en
movimiento. Tengo que decir que los ataques con este
tipo de presentaciones han sido espectaculares, tanto de
truchas pequeñas como de ejemplares que pasan el medio
metro, acumulando también muchos rechazos, sin haber
gran diferencia entre el comportamiento de marrones y
arco iris. En los momentos de pesca a trucha vista, que
son los que mayormente me interesan y me hacen sacar
conclusiones, la eficacia mis montajes habituales, a
excepción de un día que la cosa estuvo más complicada, a
rondado el 100%; destacando dos por encima de todas la
oreja de liebre y la emergente cobriza que ha funcionado
muy bien tanto a primera hora de la tarde como en el
sereno. Ninfas, streamers y otros juguetes.
Hace poco Luis Quesada me pedía por Facebook que hablara
sobre los bajos de ninfa. Aunque conozca las técnicas de
competición, creo que no soy la persona más indicada
para comentar ese tema, pues normalmente no las utilizo,
y lo que busco son términos medios que se ajustan más a
mi modo de pescar, así pues, os contare como lo monto
yo. Cuando voy al río llevo únicamente una caña y un
carrete y con eso me tengo que apañar. Parto de la base
que siempre voy a pescar a seca, pero no todos los días
lo hago a ninfa, y si utilizo las dos técnicas tiene que
ser rápido y que no me lleve muchos engorros. Para
resolver esto lo que preparo es lo siguiente. De
partida, utilizo un bajo de alrededor de cinco metros
terminado en un 2x, ese es el punto de inicio para la
pesca a seca. Por otro lado me fabrico unos pequeños
conectores/indicadores a partir de bakcing fluorescente
de unos veinte centímetros de largo con una pequeña coca
en cada punta, y en una de ellas ya llevo montado un
aparejo de aproximadamente un metro y medio de longitud
con dos ninfas, que va atado a una de las puntas del
conector. De este modo cuando llego a una zona en la que
me apetece pescar hundido, únicamente tengo que quitar
la seca y atar el sedal a la otra punta del conector y
desenrollar el aparejo, menos de un minuto para pasar de
seca a ninfa. Cuando se acaba la zona que me apetece
pescar, enrollo de nuevo las ninfas en la bobina o, las
pincho en el chaleco y pasándome el resto del hilo por
el cogote dejo caer el extremo en el que va el
indicador, y ya tengo otra vez libre mi tippet para
anudar una seca, y otra vez a lo mío. Y esto lo repito
tantas veces y en tan poco tiempo como me apetezca
pescar de un modo u otro. Mi variedad de ninfas es tan
escasa como lo era en España, y hay dos denominadores
comunes entre ellas, suelen ser grandes, y todas llevan
dubbing. Al igual que allí, con las ninfas parto de la
base que quiero pescar en zonas profundas, de ahí el
peso, y esto también me ayuda a tener siempre tensión
sobre ellas. De todas formas cuando tengo dudas sobre
pesca a ninfa o montajes pregunto al maestro Milan
(capitán en varias ocasiones de la selección Checa de
pesca a mosca), aprovechando que lo tengo en la
habitación de al lado.
Sobre streamers no tengo mucho que decir, puntualmente
los he utilizado y alguna trucha ha salido, pero me
queda pendiente un día completo de pesca con línea
hundida y cacharros grandes, que problamente sea cuando
comience el remonte de las steelhead. Está por decidir
si voy con caña de una o dos manos. Desde que estoy aquí
procuro hacer cada día por lo menos durante un rato
cosas diferentes, y una de esas cosas era pescar con
ahogada al estilo ingles, con patrones inspirados en las
clásicas leonesas, solo puedo decir una cosa,
divertidísimo. He sacado bastantes truchas pescado las
salidas de corrientes de este modo.
Otro rato muy entretenido fue el que pase pescando con “moscarilla”,
ese mix entre mosca y cucharilla creado por el bueno de
Cholo y que tiene una vida propia que hace que la pesca
con él sea una verdadera risa.
Equipos y bajos
Principalmente utilizo dos cañas, una
Sage One del 3 y otra del 6, ambas en 9´. La primera la
llevo a ríos pequeños o al Simpson cuando quiero
alternar seca y ninfa. La segunda para cualquier sitio
en día de viento. Ocasionalmente cojo alguna otra caña,
una Sage Accel 390, tremendamente agradable y dulce, o
una Sage ESN 2100, con bajo de competición cuando he
pescado exclusivamente a ninfa. La verdad, es una suerte
poder probar tantas cañas, carretes y líneas diferentes,
ya os iré contando según pasen por mis manos.
Personalmente y salvo que tenga que lanzar en “casadios”,
me siento más a gusto con equipos ligeros y son los que
uso de forma habitual, pero hay que reconocer que en
condiciones extremas, una caña del seis te da mucha
ventaja.
Siguiendo mi línea, aquí utilizo hilos
gruesos, 2x cuando entro a truchas grandes, 3x en
aquellos lugares en los que las truchas de tamaño no son
tan habituales, y 3x y 4x para pescar a ninfa,
prácticamente igual que cuando pesco en España, la única
diferencia con respecto a allí es que al pescar más a
ninfa he alargado los bajos de línea.
Mitos
y leyendas
De los
días que he pescado por aquí, aunque un poco prematuras,
creo que puedo sacar algunas conclusiones. Antes de
llegar y a tenor de lo que había visto y oído, pensaba
que la pesca aquí se reducía al foam y cuatro cosas más,
después de lo que he vivido tengo claro que hay que
andar mucho más fino con los montajes. Por supuesto que
todas esas moscas pescan, sin duda, no hay mucha
diferencia entre esas atractoras y la perla máxima
montada en un anzuelo del ocho, pero teniendo en cuenta
lo efectivo que me están resultando las moscas que llevo
conmigo desde hace años al pescar sobre cebada, creo que
ha sido un acierto el no haberme puesto a montar como un
loco todo esos patrones de foam antes de venir.
Todavía me queda mucho por vivir aquí,
llegarán los días de las chernobyl y matapiojos, pero
estoy convencido de que en la pesca sobre cebada no
serán tan eficaces como lo están siendo las moscas que
estoy utilizando hasta ahora, y si lo son, no tendré
ningún problema en decir que estaba equivocado, al fin y
al cabo así es como aprendo a pescar, a partir del
ensayo y error.
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