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Escrito por: Pedro
Pablo Gutiérrez Briceño |
Imágenes y contactos: Ricardo
Ordoñez y Sergio Sánchez
contacto@lavaguada.cl |
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Desde luego, obviamente
el NILAHUE no es mi río, pero para mí es como si lo fuera ya que en él
nacieron la mayoría de mis recuerdos de pesca, con los cuales me
acurruco en las noches de desvelo, para hacer mas expedito el retorno
a los brazos de Morfe.
Mis inicios en la pesca
me ubican en los diferentes ríos del sur de Chile, en los cuales, año
a año fue creciendo mi experiencia como pescador, aunque bajo las
normas, usos y costumbres del ferretero y, por supuesto, con sus
aperos típicos de múltiples anzuelos y arañas, tales como rapalas,
caimanes, orenos, cucharas, spinners y otros, todos especializados en
capturar y destrozar a los pobres animalitos.
En mi paulatino
desplazamiento desde Santiago hacia cada vez mas al sur buscando
mejores lugares para pescar, llegué a la casa de un querido amigo,
emplazada en la orilla oriente del lago Ranco, cerca de la
desembocadura del río Calcurrupe. En este río, durante muchos años,
antes de que existiera el puente que eliminó el romántico pero
incómodo balseo, me pasaba días enteros recorriendo sus orillas y
también a veces, según fuera el estado del bolsillo, bajándolo en
bote. Siempre respetando las normas de cantidad y tamaño de aquellos
tiempos, muchas truchas terminaron en la parrilla o en la caseta de
ahumado, haciendo la felicidad gastronómica de la familia y por
supuesto, mas que nada del que habla.
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Rio Nilahue |
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Para los pescadores
tipo “una-semana-al-año”, ocasionales, ignorantes y normales como yo,
el Calcurrupe es un río que no se caracteriza por sus grandes piezas
por lo que fue necesario salir a buscar más en los ríos cercanos de la
zona y así fue como de a poco, conocí los ríos Cumilahue, Cahunahue,
Riñinahue y desde luego el NILAHUE que, sin lugar a dudas resultó ser
el mejor.
Mi querido amigo dueño
de casa, me invitó un día cualquiera, a visitar este río que él como
lugareño, ya conocía por su belleza, calidad y fama. Sin aperos de
pesca, salimos un día de suave garúa, con rumbo hacia el famoso salto,
que está a solo 12 km del puente que remplazó al balseo del Calcurrupe.
A los 6 km. Hay que agarrar vuelo porque comienza la cuesta Miraflores
que por tener ripio suelto resulta bastante difícil de subir. La
cuesta culmina en una laguna de singular belleza pero sin pesca,
denominada laguna Verde y desde donde, hacia la derecha, se aprecia el
valle del NILAHUE y el río en toda su zona “pescable”. Continuando, se
pasa el puente Miraflores que cruza el río Temaleufú, afluente de
nuestro río y poco mas allá, en el km. 12 se llega a un puente,
actualmente de hormigón, pero en aquel entonces, de madera de roble
con incrustaciones de musgo verde, ya carcomido por los años, con
empotramientos de hierro de color naranja-óxido, que fue demolido poco
después de mi reconocimiento allá por el año 1983. Existen en el
lugar, varias huellas que discurren por entre los bosques aledaños,
que permiten asomarse a ver el imponente salto del NILAHUE en toda su
magnitud y belleza.
Algo así como 1 km. mas
adelante, por el mismo camino, se puede doblar hacia la derecha, para
retornar hacia el lago, pero por la ribera sur del río. A pocos metros
se llega a una casona que fue en su tiempo una fábrica de sidra, donde
pidiendo permiso, dejan pasar para, finalmente, llegar al río después
de una bajada bastante inclinada. Vale la pena hacer el trayecto
porque en esa parte, el río transcurre fuerte, profundo, con lindos
posones y siempre con vista al salto como telón de fondo.
Nuevamente en el auto,
retomamos el camino hacia el lago y después de una bajada corta, se
llega a un puente de troncos que cruza un hilo de agua que cae a muy
pocos metros sobre el NILAHUE. Estacionamos el auto y bajamos
caminando al río para recorrer sus orillas y tomar nota de los lugares
mejores para pescar los días siguientes. Río arriba el río corre lento
y profundo bajo un acantilado desde el cual se pueden ver los salmones
mientras se pasean con su irritante calma y típica indiferencia. Hacia
abajo, el río se hace mas bajo y correntoso, sin ramas en las orillas,
con todas las características ideales para mi gusto, para la pesca con
mosca, desde ambos costados del río el cual, dependiendo de la época
del año, se puede cruzar con el auxilio de un bastón en un bajo
existente justo al frente del puente donde dejamos el auto. Por la
ribera opuesta, también se puede bajar hasta la orilla del río
cruzando, potreros y abriendo trancas y colihuachas, hasta llegar a
una explanada donde se debe dejar el vehículo y bajar a pié en caso de
no tener 4x4, con el cual se podría llegar hasta la orilla misma del
río.
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Salto del Nilahue en
el río del mismo nombre |
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Sin lugar a dudas este
es un lugar espectacular por su belleza, donde el río se encajona
sirviendo de bocina para los reclamos de las bandurrias y también, por
la calidad de su pesca, en que pican grandes farios, arcoiris y
también cauques, pero que como todos los ríos, dependiendo de múltiple
factores, a veces suele ser ingrato en cantidad y tamaño.
Pero en Mi Nilahue, no
todo termina aquí ya que continuando hacia el lago por el mismo
camino, existen algunos accesos al río por los cuales se puede entrar
solicitando permiso a los responsables de los predios que en general
tienen muy buena voluntad. El río a estas alturas ya está mas calmo y
angosto, con características variables de tramo a tramo, a veces con
grandes troncos sumergidos, a veces bordeando a un gran talud de
arena, a veces de fondo barroso, siempre cambiante y cada vez mas
calmado hasta llegar finalmente al lago, en cuya barra, el río te
regalará al atardecer los arreboles mas rojos que puedas recordar. Desde el salto hasta la barra hay aproximadamente 7 km de espectacular
río donde desarrollar todas las técnicas de pesca con mosca y gozar de
maravillosos paisajes.
Pescando aguas arriba
del salto, nunca me ha dado resultados y esto lo he atribuido a la
imposibilidad de las truchas de remontarlo, limitando su hábitat a un
río te tamaño regular, sin acceso al lago, lo que afecta a la
población en su tamaño y cantidad. Sin embargo, me he enterado que
otros pescadores, seguramente mas insistentes y con mejores técnicas
que yo, han logrado buenísimas pescas en esas aguas. En todo caso, por
el camino que nace en el puente y sube junto al río por su ribera
norte, después de unos 5 minutos de viaje, se llega donde Carlos quién
vende delicioso queso mantecoso para calmar las penas en caso de que
la pesca esté mala.
La razón fundamental
por la cual lo llamo mi Nilahue, es porque en él, hace “solo” 20 años,
en un arranque de curiosidad, hice mi primera pesca con mosca y para
mi gran sorpresa, en el segundo acto con pretensiones de lanzamiento,
saqué mi primer arcoiris de algo así como 1.5 kg. y mi hija menor, 15
años después, a la edad de 8 años con una woolly worm atada por ella,
también sacó su primera trucha en este maravilloso río, que aunque fue
poco mas grande que un Rapala, la convirtió en otra gran fanática de
la pesca con mosca, que gracias a Dios, solo ha conocido el catch &
release.
Pero como vivimos en la
Tierra, no todo puede ser tan bueno; Les recomiendo no sacar el ojo de
encima al auto ya que a mi, el descuido me significó un parabrisas
roto, robo de mis documentos, cámara fotográfica, ropa, zapatos y
también… mi primera arcoiris mosquera, que en un arranque de flojera
fui a dejar al auto para no tener que traficar pescando con ella.
¡Castigo para un predador!
Imágenes del Nilahue:
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Salto del Nilahue |
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Río Nilahue |
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Trucha del Nilahue |
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Río Nilahue |
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