Junto a dos grandes amigos y amantes de la pesca con mosca decidimos
hacer una visita a la Laguna Parrillar el día miércoles 07 de
diciembre, con la intención de aprovechar al máximo el día
siguiente, fecha que en nuestro calendario local es día feriado, por
lo que una salida de pesca era la mejor forma de complementar dicho
día de descanso. La laguna Parrillar es una Reserva Nacional a
cargo de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) que se encuentra
ubicada a unos 50 kilómetros de la ciudad de Punta Arenas.
Esta laguna es muy atractiva para la pesca deportiva, ya que cuenta
con una interesante población de truchas de arrollo o salvelino,
Salvelinus fontinalis,
Arribamos a la laguna a eso de 8 de la noche, llevándonos la grata
sorpresa que el sitio de camping se encontraba desocupado en su
totalidad, cosa contraria a lo que pensábamos por el feriado del día
08 de diciembre. Lo cual nos pareció simplemente fabuloso
poder contar con el lugar sólo para nosotros.
Armamos nuestro campamento dejando todo preparado para tirar unas
carnes a la parrilla en la noche y rumbeamos hacia la laguna a hacer
unos lances aprovechando los últimos momentos del día. El
viento soplaba como endemoniado, con rachas que calculo superaban
fácilmente los 70 kms/hr.
Entre lance y lance, no nos dimos ni cuenta cuando se nos venía la
noche encima. Cuando ya pensábamos en retirarnos del lugar,
vemos a uno de nuestros acompañantes con la caña totalmente doblada.
Así que fuimos al rescate, y claro, a ver la captura, la que debo
decir, que fue la única de la jornada de aquella tarde.
Posteriormente decidimos volver al camping a preparar unas carnes a
fuego lento y a disfrutar de los últimos brillos del día al
lado de la fogata, bajo el cielo inconfundibles de las tierras
Magallánicas.
Al otro día la levantada fue temprano, aprovechamos de preparar una
fogata mientras tomábamos un buen desayuno, a la vez comenzábamos a
apreciar el arribo de otros visitantes que también llegaron al
camping en busca de su merienda.
Cerca de las 8 de la mañana pescamos las mochilas con los víveres
necesarios, nuestras cañas #4 y #5 y partimos hacia la primera
parada de pesca, ubicada a unos 20 minutos del camping. Al
llegar al sitio de pesca nos separamos un par de metros y comenzamos
a castear. No habrán pasado unos 5 minutos cuando diviso a mi
compañero que ya había enganchado la primera trucha del día.
Pasaron un par de minutos más de esa primera captura, cuando yo
logro clavar mi primera trucha, y detrás, mi compañera también. Todo
daba muestra que llegamos a la hora precisa del pique y lo que daba
para crearse buenas expectativas para el resto de la jornada que se
nos venía por delante.
Hasta el momento ya se veía venir una excelente jornada de pesca.
Pero la Pachamama siempre nos trae una que otra sorpresa, a veces
para bien y otras no. En este caso fue para bien. De repente
mirando hacia la orilla de la laguna a unos 2 kilómetros logré
divisar movimiento a orillas de ésta, sin tomarle mayor atención.
Luego de un par de segundos aprecio que lentamente se desplazaba
hacia nuestra dirección, por lo que con su avance logre ver que era
un hermoso Huemul. Para que les cuento el grado de satisfacción que nos dio
ver a este hermoso animalito. A esa hora la pesca paso a
segundo plano. Hasta que nos logró divisar estando estático
por unos momentos para luego internarse y perderse en el bosque.
Dada mi entusiasmo por verlo a este hermoso ciervo más de cerca, me interne en el bosque
en su
encuentro, si es que lograba pillarlo. Hasta que di más menos
con la ubicación que creía por donde se había metido, pero nada. Por
esas cosas de la vida, sentí que alguien estaba detrás mío, fue
entonces que me percate que el huemul que había estado siguiendo, se
encontraba a escasos metros de mí. Mi estupidez casi hace que se
espante por tratar de agarrar la cámara rápidamente para sacarle una
foto, pero como dije la pachamama a veces nos conforta con momentos
como este, logrando fotografiarlo. Lo admire durante unos segundos y
me aleje lentamente dejando tranquilo al animal en su entorno
natural, libre y salvaje.
Para que les cuento la emoción que sentí en ese momento. Pero
ya era hora de volver a lo que habíamos ido, a la pesca.
Cambiamos el sector de pesca y volvimos a lo nuestro, la emoción de
tener una trucha enganchada por "engendros" atados por nosotros
mismos y con equipos livianos, es algo realmente impagable.
Luego de una seguidilla de capturas decidí armar y probar una caña
#3 que había adquirido hace poco y dado que mi compañera tiene una
echo #3 con su línea correspondiente arme los artilugios y salí a
ver como se portaba con viento y si enganchaba algo, sería mucho
mejor todavía.
El pique a esa hora había bajado pero no perdía la esperanza de
enganchar alguna truchita hasta que de repente ese pique milagroso
llegó y comenzó la batalla. La caña y carrete ya daban indicios de
que había enganchado una trucha bonita, cosa que logre concretar
cuando tuve la trucha en mis manos, la cual bordeaba el kilo.
Lamentablemente a esa hora estábamos bastante alejados por lo que
sacarse una foto sólo muchas veces cuesta, por el simple hecho de
tratar de no tener expuesta a la trucha mucho rato fuera del agua.
Lo bueno es que me quedé con ese increíble gustillo de haber
atrapado una linda pieza con un equipo ultra liviano.
Ya había inaugurado al equipo #3 , lo que era mi idea.
Así que volví a la echo 2 #4 8’. Ya en la tarde
volvimos al lugar donde habíamos iniciado la travesía, con
expectativas que la laguna nos iba a entregar alguna truchita más.
Cosa que así fue y con buenos tamaños.
Demás está decir que la jornada de pesca estuvo excelente. El día, a
pesar del viento, se comportó como la mayoría de las veces que hemos
visitado la laguna. Con buenas y hartas capturas de truchas que
dieron fuertes batallas. Muchos ya me han preguntado en más de
alguna ocasión ¿una numeración tan baja no se verá afectado por el
viento de esa zona en el sur de la Patagonia? y a decir
verdad, la respuesta es NO. El tamaño de las truchas es de una
talla media que bordea los 800 gramos, por lo que un equipo #7/8, que
es lo común ver usar por visitantes que vienen de fuera de la región,
es un exceso. No niego que cuando comencé en el mundo de la
pesca con mosca, también utilicé equipos de esas características,
pero con el paso del tiempo, y la experiencia que he ido ganando en
este último tiempo, debo confesar y confirmar que con un equipo
entre los #4 a #6, es más que suficiente para pescar por estas
latitudes de la Patagonia en las tierras de Magallanes en el sur de
Chile.
Una muy buena pesca para todos...!!!
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
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