Acaba de capturar una hermosa trucha marrón de no más de 800 gramos,
la que pese a sus proporciones, había terminado ofreciendo una gran
lucha. Me acompañaba Juan Ramón Astorga (Riospatagonicos.com),
quien me ayudó a sostener la trucha para sacarle la ninfa del
hocico. Ante mis dudas, fue en ese momento que se me ocurrió
preguntarle a Juan Ramón si la pequeña trucha correspondía a
un ejemplar macho o una hembra (¿?). Mi amigo tomó la trucha
con las dos manos, la acercó a su oído, y la movió ligeramente.
La volvió a dejar en el agua y me dijo que la trucha era un
macho. Le pregunté, cómo había concluido eso, y me respondía
que cuando la movió cerca de su oído, pudo escuchado como sonaban
sus "bolitas". En verdad fue un momento muy hilarante y
ambos reímos a carcajadas por un buen rato de esta buena humorada.
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Una ejemplar macho de trucha fario |
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Una ejemplar hembra de trucha fario |
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Pero lejos de esta singular broma que acabo de relatarles, hay un
hecho que es cotidiano y relevante, y lo cual muchas veces coloca en
serios aprietos a la mayoría de los pescadores, cuando se trata de
identificar o diferenciar a una trucha macho de una hembra. La
mayoría de las veces, cuando los peces no alcanzan tamaños
relevantes, hacer la diferencia de sexo entre las truchas que
capturamos, se hace una tarea muy difícil para un ojo sin
experiencia. En esta nota, le damos algunas claves para
facilitar esta tarea y las que le ayudarán a diferenciar más
fácilmente un ejemplar del otro.
Generalidades
Las diferencias morfológicas entre truchas machos y hembras son
apreciables con mayor facilidad cuando estos ejemplares alcanzan una
edad adulta, y por lo mismo logran su madurez sexual. En la
etapa juvenil de estos peces, las diferencias entre machos y hembras
son casi imperceptibles de definir, ya que son muy similares y rara
vez los pescadores se preocupan de identificar a los ejemplares que
han capturado.
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Cabeza de una fario macho |
Cabeza de una arcoiris macho |
Para diferenciar el sexo de los peces, hay algunas formas técnicas,
a veces muy complejas, y otras no tanto, que simplifican
notoriamente este trabajo. Dentro de las primeras están los
caracteres sexuales una vez que los peces comienzan a madurar.
Las truchas hembras no deforman la cabeza, el vientre de las mismas
es mucho más abultado y el color de los ejemplares no resalta
demasiado. Por su parte, los machos, cargados de hormonas, y al
contrario de las hembras, deforman notoriamente la mandíbula, lo que
es muy característico en las farios o marrones, mientras que en las arcoiris es más común apreciar un alargamiento de la mandíbula, en
lugar de la deformación. El color de los machos se vuelve
vívido y resalta más, mientras que en las farios el color es
mucho más pronunciado que en la arcoiris.
Todas estás características son generales para los peces y no
responden a factores ambientales, donde claramente los peces pueden
tomar algunas formas muy particulares que escapan de las
generalidades. Todos estos factores que he señalado son
apreciables a una edad avanzada de las especies.
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Aleta anal de una fario hembra |
Aleta anal de una arcoiris hembra |
En ejemplares menores, un punto en el que debemos poner especial
atención para distinguir un ejemplar macho, es que por lo general
estos desarrollan la protuberancia de la punta de la mandíbula
inferior desde pequeños. Por otro lado, el opérculo o aleta pequeña
del lomo es ligeramente más alargado en el caso de los machos.
Para visualizar estas diferencias, se requiere de un ojo entrenado,
el cual debemos ejercitar y cultivar día a día, para que esta tarea
nos sea mucho más rápida y simple.
Dos formas de
simplificar la identificación del sexo de las truchas
Revisa el hocico
de la trucha.
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Cabeza de una fario hembra |
Cabeza de una fario macho |
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Cabeza de una arcoiris hembra |
Cabeza de una arcoiris macho |
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Quizás la mejor manera de distinguir el sexo de una trucha es
examinar su boca. Todas las trucha hembra tienen una
nariz o maxilar superior corta y redondeada, mientras que los
ejemplares masculinos tienen un hocico más alargado. Si la
trucha tiene en la mandíbula inferior señales de un kype (mandíbula
de gancho), claramente y con seguridad es un macho. A pesar de que
la boca de las truchas hembras se hacen más grandes en la medida que
aumentan de tamaño y envejecen, jamás les crecerá un kype en su
boca. Cuando los machos alcancen la edad de madurez sexual,
comenzarán a crecer en su hocico un kype muy pronunciado y notorio.
Al principio, en sus primeras etapas de vida, éste elemento sólo
será un signo sutil, pero muy revelador para identificar el sexo de
los ejemplares. Es importante señalar que, incluso para las
truchas que aún no han alcanzado la madurez sexual, un pescador
puede revisar la boca de los peces y sacar conjeturas de lo mismo.
Si la mandíbula del pez tiene una forma uniforme, con una nariz
corta y redondeada, puede concluir que es una hembra; mientras
que un hocico alargado con indicios de protuberancia en la punta de
la mandíbula, es clara señal que se trata de un ejemplar macho.
La aleta anal es
fácil de analizar.
Para mi gusto, esta es la forma más simple de identificar el sexo de
una trucha. Tanto hembras como machos, ya sea para ejemplares
de farios como arcoiris, tienen aletas anales que los diferencian,
algo que se pronuncia con la madurez sexual de los peces. Un
ejemplar macho tendrá una aleta anal ligeramente convexa [en esta
forma "(" ], mientras que la aleta anal de una hembra
será de forma ligeramente cóncava [ en esta forma ")"
].
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Aleta anal de una fario macho |
Aleta anal de una fario hembra |
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Aleta anal de una arcoiris macho |
Aleta anal de una arcoiris hembra |
Esta forma de identificar machos de hembras es muy fácil y rápida de
realizar, por lo que sólo debe levantar ligeramente la trucha
sujetándola desde la cola y podrá verificar cuál es el genero de la
trucha que acaba de atrapar.
Nota final.
Estas formas de identificar el sexo de los peces es aplicable sólo
para las truchas. Los salmones tienen otras características
que distinguen a machos y hembras, y las que revisaremos en detalle
en una próxima nota más adelante.
Estoy convencido que ser capaz de determinar el sexo de una trucha
"no lo ayudará a pescar más truchas, ni lo convertirá en un mejor
pescador". Pero en lo personal, me parece
muy
interesante que como pescadores seamos capaces de conocer algunas
diferencias básicas para identificar las truchas que han llegado a
nuestras manos, y ese es precisamente el principal objetivo de
compartirles esta nota.
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