Desde hace tiempo que tenía pendiente ir al río Limay medio en busca
de sus famosas marrones migratorias, lo cual pude concretar esta
temporada y, como se verá, no me equivoque. En cuanto al Limay decir
que es el desagüe natural del lago Nahuel Huapi y tiene una longitud
de 450 kilómetros hasta su unión con el río Neuquén, dando así lugar
al río Negro pero no sin antes recibir a sus afluentes los ríos
Traful, Pichileufú y Collón Curá. Agregar que sobre el Limay existen
numerosas represas (Alicurá, Piedra del Águila, El Chocón, Arroyito
y Pichi Picún Leufú) que regulan el caudal del mismo y por ende la
pesca.
Por lo antes expuesto, cuando se habla de las truchas
migratorias del Limay no se hace referencia a las sea run o
anádromas, es decir, no se alude a las marrones que tuvieron una
fase en el mar y que ahora remontan el río a desovar, como es el
caso del río grande en tierra del fuego. En el río Limay una trucha
no podría migrar desde el océano porque se encontraría con las
represas que le impedirían seguir su camino, de modo que son
migratorias por el hecho que migran desde algún lago hacia el río y
de ahí hasta donde las represas le permitan llegar. Específicamente
en el Limay medio se encuentra la represa de Piedra del Águila y
luego el embalse de el Chocón, razón por la cual en este tramo las
marrones migran desde el Chocón, especialmente en los meses de abril
y mayo.
En cuanto al equipo normalmente se recomienda una caña N° 8
de acción rápida, no tanto por el tamaño de las capturas sino porque
se requiere de un buen lanzamiento y de hundimiento rápido de la
línea, dado el ancho, la fuerza de la corriente y la profundidad de
algunas zonas del río. En mi caso preferí una caña N° 6 pero con una
línea de hundimiento rápido (Sharkskin Streamer Express 200 grain de
Scientific Angler) y un reel large arbor, junto con moscas
lastradas. Se debe tener cuidado porque si no se manejan estas
variables la salida puede terminar en un desastre al no alcanzar la
mosca la profundidad necesaria para que la trucha la tome. Al mismo
tiempo tuve armada otra caña con línea de flote con la cual
aproveche las eclosiones que se producen durante el día.
Antes se
seguir avanzando no quiero dejar pasar la oportunidad de resaltar
que para un chileno llama la atención la gran cantidad de pescadores
con mosca que se reúnen en torno al Limay y, en general, el respeto
y cuidado que demuestran. Además de la fuerte fiscalización
existente, mientras que en Chile la pesca con mosca es la excepción
y la fiscalización casi inexistente, a pesar que nuestro permiso de
pesca por temporada duplica en costo a su equivalente en Argentina.
En cuanto a la flotada elegí como guía a Mariano Srur
www.guiasmosqueros.com.ar , quien es un conocedor del Limay, un
excelente guía y un gran anfitrión con asiento en la localidad de
Piedra del Águila. A lo cual se suma que las flotadas las hace con
un drift boat de botes del Limay www.botesdelimay.com.ar , el cual
es una obra de arte en sí mismo. Solo añadir que apoya la operación
Claudio Díaz, quien resultó ser un buen complemento para Mariano y
un excelente chef.
Respecto a la pesca, indicar que no es tan fácil
pero una jornada de pesca se puede resumir en unas 10 capturas y
otros tantos piques pero que no se enganchan o se liberan. Entre las
capturas habrá 1 ó 2 marrones de entre 2 a 4 kilos, ya sea
migratorias o residentes y el resto promediará 1 kilo. Si bien la
mayoría son marrones también existen arco iris y percas. Ahora sobre
las moscas, el ideal son streamers lastradas con brillos, flash y de
bastante movimiento, tipo zonker o woolly bugger, a estas últimas se
les puede agregar patas de goma. También funcionan imitaciones de
pejerreyes. En lo tocante a las moscas secas nada en especial.
Finalmente, un río excelente en un paisaje lunar, de buena pesca y
muy bien atendido por Mariano.
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
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