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Escrito por: Ricardo
Ordoñez D. |
Imágenes y contactos: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors
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Introducción
No es un misterio que muchos de los rincones que se esconden en el sur
de Chile y Argentina son lugares privilegiados para la pesca de
especies que habitan aguas frías, entre las que se encuentran peces
como truchas y salmones. La principal razón para esto no radica
precisamente en nuestros esfuerzos por conservar estos lugares de
privilegio en el mundo, si no más bien, en el gran numero de río,
lagos y lagunas que se encuentran a lo largo y ancho de casi todos
estos territorios y su particular geografía. En Chile, esta
interminable red fluvial es enriquecida al sur de la Región de Los
Ríos, al entremezclarse los afluentes de aguas dulces con las aguas
del mar, dando origen a zonas estuarinas donde las especies
salmonideas son capaces de encontrar una buena cantidad de alimento
sin tener que alejarse demasiado de los afluentes de aguas dulces,
frías y altamente oxigenadas que bajan desde los ríos con dirección
al mar.
Muchos de los ríos y arroyos ubicados en la zona central de nuestro
país se caracterizan por tener altas pendientes en sus tramos
superiores, esto se debe a que el mayor número de estos cursos de
aguas son de origen cordilleranos y sus flujos están condicionados por
el derretimiento de la nieve allí acumulada. Al escurrir en dirección
al mar, éstas bajan cargada de oxigeno y valiosos nutrientes
indispensables para la biodiversidad que se refugias en esta aguas.
No tenemos que ser grandes expertos para entender que el agua es el
elemento más importante para truchas y salmones, ya que es este es el
medio donde viven, se alimentan y se reproducen. Esta es una poderosa
razón que nos obliga como pescadores a mantener y conservar en buenas
condiciones nuestras fuentes naturales de este preciado líquido
generador de vida.
Por otra parte un pescador de moscas que pretenda obtener buenos
resultados es la pesca no puede menos que entender o conocer todas las
variables de los ríos y la conductos de los peces que allí se
desarrollan, ya que esto le permitirá concentrar su pesca en los
sectores más productivos de un curso de agua. Esto es lo que se llama
"Técnicas de Lectura de Aguas”, y no es otra cosa que la
interpretación adecuada de las señales que nos muestra la
corriente versus la conducta y costumbre de los peces.
El aguas, las truchas y su alimento
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El trabajo de Dave Whitlock en esta materia es más que interesante,
en los últimos años éste se ha vuelto un verdadero tratado para
entender la importancia de los ríos, el aguas y los peces, un material
que ha quejado plasmado en su libro “Guide to Aquatic Trout Foods”,
publicación del que me he permitido fundamentar gran parte de esta
nota.
A pesar de que en apariencia pueden parecer semejantes, usted debe saber
que no existen dos ríos ni lagos iguales, pero todos tienen ciertas
similitudes. La cantidad de agua y su calidad química influyen
importantemente en la cantidad y tamaño de las truchas que las
habitan. Esto depende, en gran medida, de la cantidad de alimento que
es pacas de generar anualmente por el volumen y la riqueza de los ríos
o lagos. La fuente de la que proviene el agua y los elementos del
medio ambiente con los cuales entra en contacto, determinan cuales
serán estas propiedades. Por ejemplo, las aguas provenientes de
deshielo, vertientes y esteros, serán radicalmente diferentes en su
composición química y pH.
Los minerales del suelo disueltos y los componentes
orgánicos provenientes de plantas y animales muertos que se hayan en
el agua reaccionan ante la luz solar, la temperatura y el aire creando
así un ambiente, que puede o no ser propicio, para las truchas y su
cadena alimenticia. El gran esquema de una corriente viva se forma
por la utilización del agua, sus componentes químicos disueltos,
energizados por el sol que crean vida. Comenzando por los más simples
animales y plantas de una célula, se genera una serie cada vez más
complejas formas de vida para crear la cadena alimenticia de animales
y plantas. Las truchas se encuentran en lo más alto de estas cadenas.
Existe un equilibrio natural o evolución para esto, si es que el
hombre no interfiere seriamente con los procesos de adaptación de las
especies. Esta adaptación natural al ambiente acuático es bastante
lenta pero produce una verdadera marca genética en las especies que
sobreviven y prosperan. La adaptación a los componentes químicos,
temperaturas extremas, enfermedades, parásitos, depredadores y tipos
de alimentos es poco menos que un milagro. El pescador que reconoce
estos mecanismos se ve enriquecido, recompensado y, ciertamente,
iniciado en el camino de convertirse en un conocedor de las truchas y
sus alimentos.
Las formas y tipos de aguas
Las aguas que generan ríos y lagos trucheros en generar
son productos de las acumulaciones creadas por las lluvias o nieves.
Estas aguas fluyen hacia los ríos y lagos en forma directa o
indirecta, empujada por la fuerza de gravedad hacia una intrincada red
de corrientes. Estas aguas que bajan de las montañas se mueven a un
ritmo, velocidad y diseño determinado por la forma de la tierra que
atraviesa.
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Todas las aguas que fluyen desarrollan las mismas propiedades físicas
generales, más allá del tamaño de la corriente. Estas son comúnmente
llamadas riffles, correderas (runs), pozones (pools), aguas bajas y
chatas (flats) y colas (tails), y aparecen naturalmente en este orden.
La variación de la pendiente y la fricción generada por la
resistencia del fondo forma la corriente, determinan el tamaño y la
frecuencia de las mencionadas características.
Para cada pendiente existe una variación en la velocidad de la
corriente debido a la fricción del agua contra sí misma y la
superficie estacionada que ésta atraviesa. En un arroyo hay una
disposición común de la velocidad de la corriente, siendo ésta más
lenta en el fondo y más rápida en la superficie. En el fondo la
corriente encuentra mayor resistencia en el lecho del río, por lo que
pierde fuerza y es mucho más lenta que en la superficie, donde la
corriente gana mayor velocidad producto de la influencia que ejercen
los elementos como el agua y el aire sobre su masa. Esto ocurre en
cada parte del río donde el agua puede correr. Estas variaciones son
uno de los factores más importantes que usted puede conocer sobre una
corriente, ya que contiene la clave para entender y conocer la mayoría
de las distintas formas de vida que habitan ahí dentro.
Cada parte
del río representa un gradiente o fondo en particular que es la causa
de la reacción del agua. Sedimento, arena, grava, pequeñas piedras y
estructuras terrestres (como árboles y arbustos) son los materiales
con los que se construye la anatomía de los ríos. Este patrón de
corriente tiene una forma muy parecida a la de una ola.
La vegetación acuática aparece en el río en la medida
que las propiedades del agua lo permiten. Las plantas son sumamente
importantes para la salud de las aguas y crean un ambiente fértil para
las truchas y sus alimentos. Son una de las dos fuentes principales de
oxígeno puro y absorción de dióxido de carbono. Un lago o río sin
plantas acuáticas es un lago o río de aguas muertas. Los arroyos
ubicados a gran altura, originados por agua de deshielo rara vez
alojan vegetación compleja. Arroyos de pradera y arroyos de aguas
quietas como los spring creeks, por tener corrientes más lentas y tranquilas,
comúnmente están superpoblados de plantas acuáticas y terrestres.
El conocer
los tipos de aguas y las propiedades particulares de cada una le dará
al pescador de mosca claves para la elección una imitación adecuada.
En cada sección del río los peces podrán encontrar alimentos
distintivos, según la adaptación de los mismos. Las ninfas nadadoras
o rastreras de mayfly que viven en las rápidas corrientes de las
correderas son reemplazadas en los pozones por mayflies amadrigadas.
Las stoneflies necesitan aguas rápidas y muy aireadas para sobrevivir,
por eso es raro encontrarlas en abundancia en las aguas profundas o
lentas de las correderas, pozones, flats o colas. Los alimentos
capaces de movilidad mucha mayor a los insectos como los peces
forrajeros y scuds, se trasladan diariamente hacia donde encuentren
las mejores condiciones de agua y alimentación.
Las secciones de un río
Los riffles o rápidos
Los riffles
normalmente son turbulentos debido a la resistencia del agua para
comprimirse al chocar contra grandes obstáculos del fondo, tales como
rocas o piedras bocha. Normalmente, el agua en estos sectores del río
es más baja y estrecha comparada con el agua río abajo. Es similar a
la diferencia que existe entre la cresta y la base de una ola.
La
mayoría de los riffles de los ríos trucheros pueden reconocerse por su
superficie irregular, cortada, encrespada y de movimiento rápido. Las
rocas, piedras redondas, y otras obstrucciones en la superficie hacen
que el agua se revuelva y se llene de oxígeno. En general son zonas
ruidosas y brillantes que parecen bailar a la luz del sol.
Los riffles purifican el agua filtrándola. Expelen el exceso de gases
como el dióxido de carbono producido por la rotura de las plantas y
los deshechos animales. También, el agua recibe oxígeno y otros gases
del aire. Esta hipercirculación promueve el establecimiento de las
mayores colonias de alimentos de truchas, tales como insectos
acuáticos, peces forrajeros, caracoles y crustáceos. Sólo las grandes
camas de vegetación acuática son tan ricas en alimentos para las
truchas como los son riffles.
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La corredera o runs
La sección
del río que comúnmente sigue a un riffle es la corredera. Aquí el agua
se hace más profunda y lenta a medida que se acerca aguas abajo a la
próxima sección, el pozón. El cauce puede ser más cerrado o más
abierto que el riffle pero siempre será más profundo y lento.
En la
corredera o runs, la turbulencia será menor como resultado del efecto
producido por las aguas más profundas. En la superficie se verá el
típico movimiento de oleaje provocado por la velocidad y turbulencia
del riffle y la presión hacia atrás del pozón. El color del agua
se oscurece a medida que el agua se vuelve más profunda. Si no hay
protuberancias en la superficie, busque objetos oscuros en el fondo o
remolinos de agua provocados por objetos tales como piedras o
salientes que puedan darle un indicio de cómo es el fondo.
La corredera es una zona especialmente importante para alimentación y
estacionamiento de las truchas, sobre todas las más grandes del río.
La profundidad, lentitud y corrientes menos turbulentas hacen que esta
zona sea, después de los riffles, casi perfecta para las truchas. No
hay nada como encontrar una larga y tranquila corredera llena de
truchas alimentándose. Estas truchas son comúnmente las más fáciles de
pescar con cualquier tipo de mosca.
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El pozón o pools
La zona más
profunda y abierta de un río es el pozón (pools). Se encuentran justo después
de la corredera y el riffle. Los pozones se originan por la
turbulencia erosiva en periodos de mucho agua. Como el pozón es
normalmente más amplio y profundo que otras partes del río, el agua
corre más lenta llegando a veces hasta retroceder dependiendo de la
cantidad de agua que traiga el río.
En los
pozones las truchas se encontraran en distintas profundidades (arriba,
al medio o bien abajo) dependiendo de la disponibilidad de comida,
protección y las estaciones. Normalmente los peces patrullaran estas
áreas con un patrón determinado durante el periodo de alimentación.
Es común que se muevan río arriba o abajo del pozón, si es que allí
encuentran más comida disponible, pero después de alimentarse vuelvan
al mismo.
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Los flast o bajos
Los flats (aguas bajas y chatas) es la zona que se encuentra a un lado
o entre el pozón y la cola. Es una parte calma y baja del río. Aunque
se trata de una zona rica en alimentos las truchas no la frecuentan
tanto como a otras zonas, sobre todo durante el día. Los flats se
forman de la misma manera que un delta, producto del desplazamiento
del pozón por la turbulencia del riffle. La acumulación de arena,
limo, grava, vegetación acuática y terrestre debido a la poca
corriente, levanta el fondo. La sedimentación provoca que el agua se
esparza. Los ríos de mucha pendiente no tienen aguas chatas extensas
ni de manera regular. Los mejores flats se encuentran en los ríos de
aguas tranquilas (spring creeks), ríos de llanura y en los grandes
ríos.
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La cola o tail
La última
parte de la anatomía de un río es la cola. Es la parte baja y estrecha
que viene luego del pozón o del flat. También se la llama “slick”(resbaladizo)
por su superficie, ya que cuando no es perturbada por piedras bochas o
ripio, tiene una apariencia aceitosa. Las colas
son sectores fascinantes de pescar. La convergencia de la corriente
del pozón y una primera acelerada antes del riffle, la convierte en
una excelente zona de alimentación para los peces. Su corriente
suave y constante hace de la cola o slick un lugar tranquilo donde las
truchas más grandes pueden estacionarse y buscar comida de un lado a
otro.
Además de ser un buen lugar para alimentarse, las colas son zonas
elegidas para el cortejo y desove. Las truchas eligen las colas para
armar sus nidos (camas) y depositar sus huevos porque ofrecen las
mejores ventajas para un exitoso depósito, fertilización e incubación
de los mismos. En consecuencia, justo antes y durante la temporada de
desove encontraremos muchas truchas adultas en la zona de las colas.
Es una
característica de las truchas remontar los ríos donde residen hasta
arroyos o secciones más pequeños de los ríos donde el agua es más
adecuada para el desove y supervivencia de los alevines. Aún en estos
arroyos, las colas son los lugares más elegidos para desovar.
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Sin importar
cuan grande sea el río ni cuan pequeño el arroyo, todas las corrientes
tienen estas zonas distintivas (riffle, corredera, pozón, flat y
cola). Resultan extremadamente importantes para la vida de las truchas
y sus alimentos, y por lo tanto deben ser uno de los temas principales
de estudio, observación y análisis del pescador con mosca.
Río de llano o sprink creek
Arroyos de
pradera y arroyos de aguas quietas como los spring creeks, por tener corrientes más lentas y tranquilas,
comúnmente están superpoblados de plantas acuáticas y terrestres.
Los spring creeks
generan condiciones ideales para que las truchas se desarrollen
de manera adecuada, aprovechando el alimento que se encuentra en
el río y los que llegan por accidente desde la vegetación que
rodea estos cursos de aguas. |
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Lagos y
lagunas tienen muy poca o prácticamente ninguna corriente generalizada
o movimiento. Más allá de que este tipo de aguas tiene muchos puntos
en común, como los ríos, no existen dos idénticos. Cada uno tiene,
salvo algunas excepciones, una entrada y una salida de agua. Así que,
de alguna manera, podríamos relacionarlos con el pozón de un río.
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Salmo salar de lago |
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Pecando en una laguna |
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Ciénaga costera |
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Según sus
formas y superficies, estos cuerpos de agua atrapada son identificados
como lagunas, ciénagas y pequeños o grandes lagos.
Una laguna es
un cuerpo de agua de forma más o menos circular u ovalada, y ocupa un
área menor a una hectárea de superficie. Las ciénagas son de un
tamaño similar, aunque un poco más largas. Las ciénagas son aguas
quietas que alguna vez formaron parte de un canal de algún arroyo, las
cuales quedaron acumuladas luego de que el arroyo por algún motivo
cambiara su curso. Los pequeños lagos alcanzan dimensiones que van
desde dos hectáreas a varios cientos de hectárea de superficie. Los
grandes lagos son aquellos que alcanzan 1,5 Km. o más.
Muchos de
los pescadores de moscas prefieren pescar los ríos a los lagos. Hágase
de un tiempo para conocer de manera adecuada la pesca en los lagos,
éste es un trabajo que le ayudará a pescarlos de manera exitosa y
placentera. La pesca en lagos es una tarea tan desafiante, rendidora
y agradable como la mejor de los ríos que he pescado.
Como los
ríos, los lagos tienen alimentos naturales específicos, fuentes de
donde proviene el agua, estructura física e influencias ejercidas por
el medio ambiente. Esto determina su valor como pesqueros. Los lagos
grandes, medianos y chicos funcionan de manera similar a los ríos,
pero los más chicos son más fáciles para encontrar truchas, leerlos e
interpretar sus aguas. Cuanto más grandes son, más impredecibles se
vuelven con relación a la ubicación de las truchas y su
comportamiento. Pero esto, sin embargo, es también una ventaja ya que
les proporcionan a las truchas “santuarios” no accesibles a los
pescadores. Estos lugares normalmente generan más cantidad de truchas
y de mejores tamaños que las de los pequeños lagos y ríos.
Los ríos que
desembocan en estos lagos reciben comúnmente truchas que los remontan
para alimentarse o desovar, lo que los hace mucho más tentadores que
aquellos que no desembocan en este tipo de lagos.
Normalmente, a una misma edad, las truchas residentes de un lago son
más grandes que las residentes de un río. Esto se debe a lo que de
alguna manera podríamos llamar, un mejor estilo de vida. La
recolección de comida es más sencilla, hay menos depredadores, y los
lagos sufren menos los cambios ambientales como inundaciones, sequía y
excesos de temperatura. En promedio, una trucha de río de 1,8 Kg.
pesaría entre 3 y 3,5 Kg. en un lago del mismo nivel de fertilidad.
Tanto la superficie como la parte intermedia y el fondo del lago
pueden ser leídos o estudiados de la misma manera que un río. El
objetivo es reconocer los factores más importantes y necesarios para
identificar, imitar y pescar alimentos de las truchas de manera
efectiva cuando y donde las truchas se estén alimentando.
La forma que tome la superficie de un lago no nos dice mucho sobre el
agua, su profundidad o el fondo, como ocurre en un río. Sólo el
viento, objetos cercanos a la superficie, los cambios de color y las
estructuras de las costas nos dan señales sobre que es lo que hay
debajo de la superficie.
Durante los periodos de poco viento, especialmente a primera y última
hora del día, los peces que se alimentan en superficie remolinos, aros
o chapoteos que generalmente revelan la presencia de grupos de
truchas. Y si les prestamos atención, nos dirán en que dirección están
cruzando y bajo que patrón se están alimentando.
Si el agua es calma y transparente, tendremos la posibilidad de leer
su estructura e, inclusive, ver algún pez a cierta profundidad.
Cuando las truchas buscan algún alimento en particular o se estacionan
a cierta profundidad que les resulta confortable, eligen estructuras
del fondo que contemplen sus necesidades. La grava, el ripio, la
arena, el limo, el musgo y otras cosas similares son importantes y
deben ser reconocidas en la lectura de aguas, ya son los que crean el
"paisaje" del fondo del lago.
Pescar al azar las aguas calmas, sobre todo en los grandes lagos, rara
vez resulta algo productivo. En cambio, el estudio cuidadoso de los
alimentos de las truchas, imitar sus acciones y características
físicas y la lectura de las aguas genera excelentes resultados en la
pesca. Por lo demás, la posibilidad de pescar una trucha realmente
grande es mucho mayor en este tipo de aguas que en un río.
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