Estaba
por cerrar mi bolso cuando me di cuenta que me faltaba
todo mi equipo de pesca, casi no me perdono. Mi primo
Juan y algunos amigos estaban esperándome afuera de mi
casa, apurándome para por fin partir a ese viaje que
tanto esperábamos. Eran las 6:40 am y necesitábamos
llegar temprano a la barcaza "la Mariela", ya que una
vez ahí cruzaríamos el lago Pirehueico y comenzaría
nuestro trekking hasta el Lago Lafit, un destino
legendario para los habitantes de Puerto Pirehueico. Con
las mochilas al hombro y el equipo de pesca listo,
comenzábamos caminando a las 9:47 am. Al pasar las horas
uno comenzaba a sentir el cansancio, pero ese
agotamiento tenía que irse pronto porque quedaban 24
kilómetros por delante. Recuerdo que bordeábamos un río
clarísimo, donde se veían a unos 30 metros los peces
nadar y alimentarse. Como explicar mi ansiedad por dejar
la mochila y comenzar a mojar las moscas.
Al fin
terminados los primeros 24 kilómetros, comimos un par de
dulces, panes y los infaltables huevos duros, estábamos
listos para comenzar la parte difícil. Había que hacerse
las ganas ya que se nos venían 12 kilómetros más de
caminata, 8 de estos en subida, sin accesos a agua y con
un desnivel de 800 metros, dejando solo 4 kilómetros de
bajada. Recuerdo que después del puente existían varios
senderos que ya se habían tapado, pero había uno en
especial que se marcaba muchísimo y daba para
confundirse con el sendero real. Lamentablemente nos
equivocamos y comenzamos a subir por un sendero repleto
de colihües, en donde mi machete iba haciendo la pega
difícil abriendo camino y buscando la manera de
encontrar el sendero real. Nuestra misión siempre fue
poder llegar en un día a este lago escondido entre
montañas. Al pasar las horas y ver que no se avanzaba
mucho, sujetándose de las ramas para dar el siguiente
paso y caminar sobre un suelo de colihües cortados,
comenzaron los problemas de equipo. "es por acá yo creo"
comentaba uno "no, por acá" decía el otro, mientras que
lo único que pensaba yo era en pescar. Finalmente
recordé un par de señales que me podían guiar al sendero
real que lo había caminado hace 4 años. Ya eran las
18:22 hrs. cuando finalmente llegamos al final del
bosque. Ya quedaba poco cuando vi por primera vez el
lago. Las energías brotaban por todos lados y comencé a
caminar, pero preocupado porque una parte del grupo
venia 1 hora atrás. Ya caía la noche y el camino era
poco reconocible. Recordé una cueva que me señalaba el
acceso a la bajada hacia la lago, 1 hora y media quedaba
para terminar nuestro objetivo. Siendo las 21:56hrs. me
baje la mochila de la espalda, rápidamente me saqué la
ropa y sumergido en el lago me quede. Saque mi equipo de
pesca, un par de lanzamiento y ya tenía mi comida. Un
lago sobrepoblado de peces era nuestra recompensa.
Este método de expedición la he realizado con botes y
bicicletas, nadando o a pata. Siempre con mi caña en la
mochila para que la naturaleza me de la oportunidad de
probar suerte en sus aguas. La pesca no solo es bajar en
un bote un hermoso río, ni tampoco es solamente subir a
un auto y armar los equipos en la orilla, este deporte
cambio. Ahora es un deporte complementario. Mirando lo
de esa manera considero que el mayor beneficio que me ha
dado la pesca es poder llevar mi equipo a todos lados.
Es liviano, pequeño y uno necesita solo un carrete, una
bobina, una caja de moscas y una caña, para poder
practicar la pesca con mosca. Por otro lado Chile un
país de infinitos paisajes, cuencas inexploradas, ríos,
arroyos, lagunas, lagos, mar y montañas, que nos invitan
constantemente a realizar diferentes deportes. De esta
manera yo complemento la pesca con mosca con caminatas,
mountain bike, kayak, randonee, Fotografía, etc. Esa es
la única forma de llegar a lugares únicos.
¡¡ Buena pesca y líneas tensas y
apretadas para todos !!
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