Con
mi amigo y compañero de pesca Jorge “El Negro” Quinteros teníamos
todo preparado para el miércoles 19 de enero hacer nuestra visita al
río Serrano, en Torres del Paine, Chile.
Parada obligada en Puerto Natales para la compra de la Licencia de
Pesca y aprovisionarnos de víveres. Como todos los años, llegar al
Camping Río Serrano es un sueño lleno de expectativas. Saludamos a
los amigos que allí tenemos y nos dispusimos a armar el campamento.
Por la tarde y con un cielo amenazador, partimos hacia el río para
ver con qué nos encontraríamos. En esta oportunidad armé una
Redington Red Fly II 15’ #10 con reel Redington CDL 11/12 Shooting
de hundimiento rápido, no menos de 7 ips como el Rio Big Boy 600 y
running de monofilamento para lograr grandes distancias. Las moscas
que utilicé fueron, en general, grandes pero con poco material para
poder lanzarlas sin mayor dificultad. Trailer hook con conejo negro
y cabeza fucsia anduvieron muy bien. Tubefly atadas en bronce de
diversos colores. El azul y negro fueron de los más rendidores.
El río estaba bastante alto y se veía mucha actividad de salmones en
superficie. Las nubes no aguantaron más y comenzaron a descargar una
lluvia muy intensa. Tal vez por el temporal, éramos los únicos en el
río. En estos momentos es cuando uno agradece tener indumentaria de
buena calidad y que te mantenga seco y caliente.
Bueno, qué decir. Los salmones dijeron “presente” y hubo una
seguidilla de piques como nunca he vivido. Tal vez hayamos tenido la
suerte de habernos cruzado con un run recién ingresado, pues todos
los salmones capturados estaban muy plateados y con toda la furia.
Por suerte, tenemos la costumbre de llevar siempre nuestro copo
gigante (chinguillo para los amigos chilenos) y el que captura un
pez es asistido por el compañero. Realmente lo utilizamos y mucho.
Creo que con estos peces tan potentes y combativos si no tienes
alguien que te dé una mano con el copo para sacarlo, se corre mucho
riesgo de perderlo en los últimos momentos. Aparte, no me gusta
pelearlo hasta su agotamiento, pues practico el catch & release y
deseo liberarlo con fuerzas suficientes como para que sobreviva y
cumpla con su ciclo reproductivo, aunque sepamos que después,
invariablemente, morirá.
El río corre de izquierda a derecha y el viento de derecha a
izquierda, lo que favorece el tiro, que generalmente se hace
corriente arriba para que la mosca profundice lo más posible. Lances
largos, con un promedio de 40 mts. Lo que obliga al uso de cañas de
dos manos.
El pique no es violento, diría que es, hasta muy suave en relación
al porte de estos peces. Cuando se siente que la línea se detuvo,
ahí sí, pegarle no sólo una, sino varias clavadas. Al igual que con
los dorados, la primera clavada la hago con la línea, sin levantar
la caña. Una vez enganchado el salmón, agarrate, porque se vienen
corridas impresionantes y con peces que pueden superar los 20 kg.
Una pelea normal puede durar no menos de una hora.
Volvimos al campamento más que felices por el resultado del 1er. día
de pesca.
Al día siguiente, viernes y con mejor clima, logramos tres capturas
solo en la mañana.
El sábado y ya con mucha compañía en el río una sola captura por la
tarde.
A partir de allí y hasta el viernes no tocamos un solo salmón! Qué
paso? No lo sabemos. Ellos estaban allí pues los veíamos saltar.
Ninguno de los tantos pescadores que estaban en el río pudieron
pescar alguno y eso que llovían cucharas por doquier.
Al no encontrar respuesta por tantos días, decidimos levantar
campamento e ir a Punta Arenas a visitar los muchos amigos que allí
tenemos.
Quedará para la próxima temporada concurrir nuevamente a tan hermoso
río, pero lo haremos en dos oportunidades; diciembre y enero pues
con una sola visita tuvo sabor a poco.
Consultas a: La Vaguada - Flyfishing, Outdoors &
Outfitters -
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