El inusual fenómeno climático que atravesaron ésta y
otras ciudades cercanas, con torrenciales lluvias,
inundaciones y otros desastres, sumado a una altura
importante durante meses del río Paraná produjo que se
estirara un poco el plazo que nos habíamos puesto para
volver.
A principios de abril nos frustró la pesca de dorados
con mosca que pensábamos realizar y mostrar a los
lectores en este medio y, en el mismo, reflejamos
algunos aspectos relacionados con el lugar, sus
servicios y la "normal" buena pesca que se puede
obtener.
El majestuoso río Paraná en Esquina se encauzó en una
altura adecuada con aguas claras en bajante y nos
apuramos a volver temiendo que fríos repentinos pudieran
aletargar a los dorados más grandes que estaban
saliendo, según información recibida y en la que la
creciente de meses seguramente ha jugado un papel de
cierta importancia.
Si Ud., lector, no leyó la nota anterior, considero
conveniente lo haga para interiorizarse un poco más, en
enlace directo para leerla es:
ESQUINA – Pasión por los dorados más una promesa .
Tras un acuerdo rápido con Arnoldo Rohner, propietario
de Posada/Lodge Hambaré viajamos el 22 de mayo y
llegamos, Luciano Pezzoni y quien escribe, esa tarde con
anticipación a la caída del sol.
Tiempo suficiente para ubicar nuestro equipamiento en la
más que confortable habitación que cuenta con un
generoso baño privado, Tv, Wi Fi, calefactores, aire
acondicionado y todo lo necesario para una estadía muy
cómoda. El balcón con dominio a los jardines, al río
Corriente y el sector de riachos que conforman un delta
detrás del mismo permiten una visión privilegiada donde
las puestas de sol al frente son imperdibles.
Todo esto y muchas cosas más con que cuenta el Lodge
podría describirlas, pero en SERVICIOS figura la pagina
web correspondiente y el lector puede consultarla donde
encontrará todas las actividades. No me quiero extender
sobre ello porque seguramente Ud. lector, estará
esperando que le cuente un poco sobre la pesca que
fuimos a buscar.
Después de unos mates y fotos en el sector conversamos
con pescadores que llegaban en algunas de las 20 lanchas
pertenecientes al complejo, muchos de ellos lo habían
hecho con carnada viva (morenas), otros con señuelos y
alguno en Fly. La opinión general resultó que los
dorados estaban activos con gran cantidad de ejemplares
pequeños, muchos medianos y unos cuantos grandes
coincidiendo con la información previa que teníamos en
cuanto a que salían algunos entre 8 y 10 Kg mas alguna
excepción mejorando aún el tamaño.
Esa noche Rohner nos anunció que se pronosticaba una
disminución importante de temperatura por viento
proveniente del sector sur lo que podría generar que los
grandes se refugiaran en las profundidades donde el agua
se mantiene más templada que en superficie.
La pesca con mosca sobre el río Paraná suele hacerse
(quizás la opción más utilizada) efectuando lanzamientos
pegados a los palos de árboles o ramas que, por acción
de fuertes vientos o desprendimiento de sus raíces, han
caído sobre el río y producen así aumentos de velocidad
del agua y asimismo un cierto lugar de acecho para los
dorados que esperan peces que pasan descontrolados por
dicho aumento de velocidad en el flujo acuático.
En muchas partes los primeros metros contando desde la
costa pueden tener escasa profundidad, luego llega el
veril y las profundidades aumentan drásticamente.
En la superficie de esos primeros metros, con heladas o
bajas temperaturas, el agua es más fría que en las
profundidades y, por lo tanto, poner una mosca en
sectores bajos puede significar no tener pique o tenerlo
de pequeños ejemplares que no se sienten tan afectados.
En conclusión, contra lo que suele pasar con
temperaturas más altas, los dorados grandes seguramente
no estarán pegados a los palos.
Una preocupación para el mosquero que como nosotros
íbamos a buscar los grandes…
Una sabrosa cena a la carta y a dormir para estar
desayunando a las 7.00 AM.
PRIMERA JORNADA DE PESCA:
A las 7.45 y después de cambiar opiniones con Arnoldo
caminamos hasta el embarcadero propio donde nos
presentaron al guía Pedro Silva, especialista en
spinning, baicast y carnada pero no así en Fly Cast.
Rohner nos dijo que estaba instruido para el manejo del
motor eléctrico y que respetaría cualquier indicación
que pudiéramos darle para mejorar nuestro desempeño en
la pesca con mosca.
Coordinamos con Pedro, al ver el pasto blanco, producto
de la helada mañanera, que comenzaríamos con señuelos
para intentar activar los peces cazadores.
Río Paraná abajo comenzamos los lanzamientos. En un rato
tuve 5 aproximaciones y Luciano un par. Digo
aproximaciones porque la mayor parte no eran piques
francos. Dos de ellos si los sentí como pique, uno de
ellos lo acerqué hasta la embarcación y se soltó y el
otro pudo ser capturado. Ambos eran de pequeñas
dimensiones y uno de ellos prácticamente se tragó medio
señuelo Alfers banana de Baicast pese a su escaso
tamaño. No me agradó porque en esos casos aunque la
practicamos, la devolución puede resultar inútil.
Al rato, antes de lo previsto cambiamos los equipos y
los de spinning y baicast no se usaron más, ni ese día
ni el siguiente. Solamente nos dedicamos a pesca con
mosca.
Luciano con una Redington 890-4 Path Outfit SW 9 pies
Línea 8 y un reel de la misma marca y líneas Scientific
Anglers de distintos grados. En mi caso una Sage XP # 8,
4 tramos, reel Scientific Anglers 78L System II, Línea
Cortland Quick Descent 225 grains y una de flote tipo
Bass.
Bajamos un par de kilómetros el río y comenzamos a
castear con mejores resultados. En efectividad, no así
en tamaño. La voracidad de esos pequeños dorados les
hacía atacar moscas voluminosas, diseñadas para tentar a
los grandes y debido a ello las estropeaban bastante.
Luciano obtuvo varios seguidos y por mi parte de vez en
cuando alguno.
Entramos al riacho Correntoso donde hicimos un doblete,
aunque una pena el hecho que fueran chicos.
Retomando el Paraná y aumentando la temperatura
mejoraron un poco los portes sin llegar a destacarse.
Por mi cabeza pasaba preocupación pese a la actividad
porque no era lo que quería pescar y fundamentalmente
mostrarles a los lectores. Habíamos ido por grandes y no
se daban.
Pedro con actividad, se movió muchas veces. Los cambios
de lugar se repitieron y los grandes no aparecían.
Habíamos bajado 30 Km. desde el Lodge y Pedro sugirió
que fuéramos consumiendo la vianda mientras navegamos
con la intención de llegar a una isla cercana a Esquina
y luego sobrepasar la ciudad para pescar a última hora
el riacho Aguará.
Éste último, casi a la caída de la tarde, otorgó a
Luciano otro dorado pequeño y casi enseguida uno más
cercano a lo que buscábamos. Nos cambió un poco la cara
y la aproximación con la noche y el frio imperante
produjo el regreso al confort del lodge.
Esa primera jornada fue de mucho frio pero también
activa, con peces chicos y uno solo diferente.
Calculamos haber pescado y devuelto unos 15/20
ejemplares. Después del esfuerzo el cansancio se
nota en quienes no somos tan jóvenes y la ducha con
mucha presión y agua bien caliente fue un merecido y
valorado premio. Los salones del lodge y especialmente
el bar y el comedor para la cena completaron un cuadro
agradable.
SEGUNDA JORNADA DE PESCA:
Mientras tomábamos el desayuno se acercó el dueño y tras
los saludos nos anunció un cambio de planes: En el
embarcadero, a las 7.45 nos esperaba un guía
especialista en pesca con mosca llamado Fabián Marquez.
Ya en el embarcadero y habiendo tomado contacto con él,
mientras acomodaba nuestras pertenencias en la lancha
nos consultaba el recorrido que habíamos realizado el
día anterior y qué respuestas habíamos tenido.
Contrariamente a lo que supuse, comenzó un trayecto
similar con pequeñas variantes. Siempre hacia el Sur.
Comenzamos casteando en los primeros lugares, algunos
exactamente los mismos, que los que habíamos efectuado
el día anterior y con las mismas respuestas.
No le gustó y paró en la boca del riacho Correntoso
porque vio actividad, actividad que no conseguimos se
tradujera en piques. Minutos después por el mismo riacho
entramos por lugares difíciles para maniobrar la
embarcación y también para castear. Por algo lo habrá
hecho porque en 5 minutos clavé un poderoso dorado con
poco espacio para maniobra y, previendo ésto y los
tamaños que pueden aparecer, el tipett que había
colocado era 0,40. Luciano había hecho un largo cast en
un lance difícil cuando tuve el pique.
En los relevamientos como equipo pescamos, filmamos y
fotografiamos ambos, igualmente pasa con los otros
componentes del equipo. Por ello le pasó enseguida su
caña al guía y se ocupó de la cámara mientras por mi
parte sostenía una batalla en distancias cortas a puro
freno y exigencia a la XP para evitar enredos y cortes.
Simultáneamente el guía, cuando venia sacando la línea
de Luciano tuvo pique de otro buen dorado pero de
dimensiones menores.
Los tres ocupados, realmente nos desorganizamos un poco
y pese a la buena voluntad seguí solo con mi dorado a
puro rigor hasta que se pegó a la lancha y siguiendo el
leader llegué al terminal de acero. Cuando me dispuse a
tomar el pez por la cola consiguió, antes que yo
obtuviera mi propósito, desprenderse de la mosca que lo
tenía atrapado. Se fue y me dejó un cierto sabor a
frustración.
El guía le pasó la otra caña a su dueño con el dorado
prendido y pronto estuvo arriba para las fotos.
Ya hicimos mucho ruido, a la tarde volvemos dijo, y
retomamos el Paraná.
Uno tras otro los dorados chicos salían y de paso
estropeaban bastante las moscas, la temperatura
comenzaba a ser más agradable pues el mediodía estaba
cerca. Probé unas moscas chiquitas (para evitar
destrozos en las grandes) y el guía me sugirió no
hacerlo anunciando que “en cualquier momento puede haber
una sorpresa y la sorpresa se puede dar con una mosca
grande de las que estabas usando”.
Pedí un descanso de 30 o 40 minutos en tierra firme para
almorzar y descansar pues me sentía agotado y llevaba ya
un rato de hacer las cosas mal.
Consumimos la vianda después que Fabián y Luciano
bajaron mesa plegable, sillas, conservadora y todos los
elementos necesarios mientras, con permiso, yo solamente
comía y descansaba.
Fue una transformación para mí.
Subieron todo a la lancha y retomamos la pesca. La
precisión y el alcance más un ánimo alto y una mejor
temperatura significaron el cambio muy importante en mi
rendimiento.
El guía me recordó algunas instrucciones que me había
dado antes y en algo parecido a una hora de tiempo
conseguí tres dorados de buen porte, uno de ellos
solamente un poco menor que el que había perdido esa
mañana.
Cabe señalar que he pescado mucho en el sur argentino y
chileno y que, según mi criterio, en igualdad de tamaños
de truchas y salmones por un lado y dorados por el otro,
este último gana en potencia y fiereza y ya piezas del
porte conseguido son un desafío y un placer para
pescarlas.
Una mosca cabezona que diseñé, “la argentina” fue la
carta que jugamos y que correspondió en un alto
porcentaje a la pesca de los dorados más grandes. Me
quedaba una y se la pase a Luciano que venía por
entonces sacando chicos y medianos y con esa mosca
consiguió otro de los buenos.
Volvimos al Correntoso donde consiguió uno mediano y yo
ya cansado y satisfecho no quise pescar más y le pasé
unos minutos mi caña al guía quien pudo clavar otro
grande que se le desprendió de inmediato.
Ya con el sol bajo emprendimos muy abrigados el regreso.
Mi mente volaba por cálculos y vivencias y tras
consultar llegué a la conclusión que ese día habíamos
cobrado unas 35/40 piezas y perdido unas cuantas.
También, sintiendo el frio que se magnificaba con la
navegación, pensaba en lo importante de llegar a un
lugar con buena atención, excelentes servicios y
confort. Minutos después estaba bajo la ducha caliente y
luego en los salones, bar y posteriormente comedor.
OBSERVACIONES:
El río Corriente y su delta tienen
grandes condiciones para la pesca del dorado con mosca,
aunque el Paraná suele dar las piezas más grandes. El
Corriente es un río de aguas mas cristalinas (nace en
los Esteros del Iberà) con muchos bancos de arena, menor
profundidad (por lo tanto más susceptible a los fríos y
por eso en esta oportunidad no lo pescamos). Es otra de
las tantas opciones que tiene Esquina.
Por otra parte la ciudad tiene un encanto
especial. Cuando se va con tiempo vale la pena
conocerla. En nuestro caso (yo hace 30 años que la llevo
recorriendo) en esta oportunidad no fui pues en Posada/Lodge
Hambaré, un lugar más solitario y tranquilo, hay de todo
lo que uno pueda necesitar.
La pesca del dorado se realiza todo el
año, exceptuando por lo general noviembre y parte de
diciembre, época en que generalmente se aplica la veda
total.
Hasta
una nueva nota y deseos de buenas pescas..!!!
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