Las cenizas en la
cuenca del río Limay y sus posibles efectos sobre la pesca. La
erupción del volcán Puyehue afectó amplios sectores de las
provincias de Río Negro y Neuquén. Desde el punto de vista del
pescador recorrí durante el sábado 23 de julio el río Limay y su
zona de influencia, tratando de averiguar qué efectos tuvo sobre las
aguas que habitualmente pescamos. Primero detallo cada una de las
fotografías tomadas y luego haré una conclusión en base a las
observaciones.
El primer sitio relevado es el río Limay Superior a la altura de
Rincón Chico, a 28 km del centro de Bariloche - (lat.:
40°59'12.00"S / long: 71° 5'32.08"O).
Se puede apreciar que el agua es bastante transparente y no hay
cenizas depositadas en el fondo rocoso, salvo una pequeña franja
cerca de la costa. Sobre la costa sí hay una capa de unos 3 cm de
espesor, que al aumentar el caudal la corriente barre. Una muy buena
noticia es que encontré debajo de rocas sumergidas insectos tipo
caddis y mayflies, que pasan gran parte de su vida debajo del agua y
son una importante fuente de alimento para las truchas, lo que
quiere decir que no han sido eliminadas por la gran cantidad de
cenizas que arrastró el agua durante los primeros días de la
erupción.
El segundo
sitio es también el Limay Superior, cerca del paraje La Lipela, a 49
km del Centro Cívico - (lat.: 40°49'24.11"S / long: 71° 6'6.27"O).
Se ve un cambio en la tonalidad del agua, que adquiere un color
verdoso y pierde transparencia debido a la lluvia caída durante ese
día y los previos, que hizo crecer a los arroyos Corral y Carbón,
arrastrando una cantidad considerable de ceniza hacia el Limay.
El tercer
punto relevado es el Embalse de Alicurá - (lat.: 40°34'27.17"S
/ long: 70°47'29.46"O).
Donde se
pueden ver grandes extensiones de piedra pómez y cenizas flotantes.
La fotografía es sobre la ruta 40 (ex 237) a la altura de la villa
temporal donde vivía la gente que construía la represa. Aquí el agua
tiene un color similar al de la foto anterior del Limay. Se aprecia
claramente la movilidad que tiene el agua ya que las cenizas
avanzaron grandes extensiones y en algún momento continuarán hacia
el embalse de Piedra del Águila.
El cuarto
lugar es el Embalse de Piedra del Águila - (lat.: 40°26'13.18"S /
long: 70°39'7.74"O).
En la zona del puente de la ruta 40. Aquí el agua tiene menos
material en suspensión, siendo transparente aunque no a su nivel
normal. Esto denota que los ríos Collón Curá y Caleufu no están
aportando cantidades significativas de cenizas. El día que tomé la
foto había una temperatura muy agradable, como para estar sin
abrigo, y se veía una actividad importante de truchas alimentándose
en la superficie.
(lat.: 40°10'35.14"S
/ long: 69°59'31.71"O) corresponde a la zona del dique de Piedra del
Águila, el cual forma el embalse de la foto anterior. Aquí no se ven
acumulaciones de cenizas sobre el lago artificial, y aunque el agua
no tiene la transparencia habitual, no está tan afectada como ocurre
en Alicurá. Aquí nace el río Limay Medio, donde se puede apreciar la
fisonomía del fondo cerca de la costa.
La última foto (lat.: 40° 0'21.91"S / long.: 69°59'6.94"O) muestra
el río Limay Medio a la altura del puente de Pichi Picún Leufú, a
unos 29 km de la foto anterior siguiendo el cauce del Limay. Aquí el
agua está semi transparente ya que el embalse de Pichi Picún Leufú
tiene cenizas en suspensión, pero que solo llegan a cambiar el color
del agua sin enturbiarla.
Luego de
estas observaciones tengo optimismo con respecto a la pesca durante
la próxima temporada 2011/2012. El grado de transparencia de la
primera parte del Limay permite suponer que las cenizas son
rápidamente llevadas aguas abajo por la corriente, por lo que no se
acumularán indefinidamente en la cuenca.
Asimismo el gran aporte de agua del río Collón Curá, más importante
en su volumen que el del Limay Superior, ayudará a la renovación y
recirculación del agua de la cuenca. La presencia de insectos
acuáticos que representan una importante fuente de alimentos para
los peces, indica que los mismos no fueron eliminados por la gran
cantidad de cenizas que circuló en los ríos.
Es probable
que se hayan perdido camas de desove de truchas marrones durante los
días con mayor cantidad de cenizas, pero esto se sabrá a futuro si
es que no se producen capturas de peces que deberían haber nacido en
estos meses. También es posible que haya habido mortandad de peces
durante los primeros días. Es un fenómeno que ocurre habitualmente
en la naturaleza, especialmente durante las crecidas repentinas de
los cursos de agua, como sucedió en el Pichi Leufu hace sólo unos
meses. Esto hace que los peces que mueren dejan su espacio
disponible para otros peces, continuando con el ciclo natural de la
vida.
El efecto de
las cenizas en las branquias de los peces, sobre lo cual se han dado
pronósticos sombríos, no debería ocasionar problemas según mi
opinión, ya que en cuencas con gran cantidad de finas partículas en
suspensión que no decantan, como la del río Santa Cruz, existe una
buena población de truchas que sobrevive sin problemas. Además la
caída de cenizas en la zona de Esquel, producto de la erupción del
volcán Chaitén, no tuvo efectos catastróficos sobre la población de
peces. Solo el tiempo lo confirmará pero espero no equivocarme.
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