Encontrar una mosca que cumpla con todos los requisitos para que se
convierta en un comodín, que pueda ser utilizado de manera efectiva en
todos los ambiente, o casi todos, es un codiciado anhelo en el cual muchos
“mosqueros” emplean horas, tras la prensa de atado, buscando la
combinación adecuada de materiales para lograr una imitación que nos deje
conformes de su diseño y de su acción en el agua, y más importante
aún, que sea del agrado de las truchas.
Cuando comencé a pescar con mosca, de eso hace ya largo tiempo, jamás
imagine que llenaría mi única caja de moscas con pobres imitaciones, Wet Fly
y Streamers en su mayoría, que confabularon para que mi aprendizaje fuera
bastante más lento, respecto a mis expectativas. Pero así son las cosas
cuando no se tiene a una persona con experiencia, que te guíe, para que
el recorrido sea más fácil.
Cargado con este montón de folclóricas mosquitas, recorría los ríos
cercanos a la ciudad de Valdivia, haciendo
mis mejores esfuerzos para lograr una pesca arrolladora. No puedo
decir que no pescara, pero lo cierto es que por aquellos días no
lograba la productividad que me dejara conforme, aún cuando el sólo
hecho de pescar con mosca, era motivo suficiente para sentirme extasiado.
Un buen día, llegó a visitarme un viejo amigo, con el cual habíamos
recorrido una buena parte de los sectores costeros de la provincia de
Valdivia, buscando los mejores lugares de pesca en las playas del litoral
local. Motivos de trabajos, hicieron que éste tuviera que trasladarse
fuera de la ciudad, razón por la cual, hacia largo tiempo que no nos
reuníamos. Justo antes de despedirnos, me dijo : “
Supe
que estabas pescando con mosca , así que te traje un
regalito, que espero te sirva”. Agradecí mucho su
gesto, el cual sinceramente me sorprendió, por que
yo jamás le había mencionado que me encontrara iniciándome
en estas artes.
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Al revisar el contenido del pequeño presente, descubrí que este traía una
treintena de moscas, las cuales rápidamente trasladé a mi caja.
Jamás imaginé que dentro de estas moscas, regalo de un amigo,
vendría un patrón con el cual logré mi primer gran jornada de
pesca.
Días mas tarde, pescando en el río San Pedro, con un día caluroso y de
pesca floja, al revisar el contenido de mi caja, escogí un curioso patrón de
cola amarilla, cuerpo negro con tinsel plateado, hackle
amarillo y largas alas blancas, (una de las moscas que me
regalara mi amigo días antes) a fin de cuentas no tenía
mucho que perder, era cosa de intentar.
Lancé mi línea en forma perpendicular a la
corriente, dejando que la mosca derive unos cuantos metros
río abajo, antes de comenzar a
recogerla. Un momento antes de que la línea se
estire totalmente, por efecto de la corriente,
comencé a recoger con una serie de cortos y
continuos tironcitos de línea, no pasaron mas de
veinte segundos, cuando siento un fuerte
y certero ataque de una trucha, la que
finalizó con la captura de la misma minutos mas tarde.
Motivado por mi reciente captura, volví a repetir la estrategia
utilizada en forma previa y minutos después volví a sentir otro
poderoso ataque a mi mosca, él que luego dió paso a un increíble
lucha con un fuerte ejemplar de trucha arcoíris.
Seguí repitiendo la misma estrategia durante el resto de la
jornada, obteniendo en total doce capturas ese día y con sólo una
mosca, “ La Black
Ghost”.
Este increíble patrón, que llegó a mis manos como “regalo”, se
convirtió en mi mosca favorita y me acompaño por largo tiempo en
mis inicios de pescador a la mosca. La utilicé, con gran éxito,
en casi todos los ríos de la provincia de Valdivia y en
condiciones muy diversas, obteniendo siempre extraordinarios
resultados al final de cada jornada.
Con el correr de los años, la Black Ghost, fue quedando en el
olvido, para dar paso a patrones con una fuerte orientación
entomológica y que son los que utilizo hoy en día. Pero ésta mosca
se resiste a quedarse en el pasado y con gran sorpresa la he
encontrado en innumerables cajas de cercanos amigos y compañeros de
pesca. Hace un par de años, realizamos un entretenido intercambio de
moscas, con miembros de la agrupación “AmigosMosqueros”, y para mi
sorpresa, volvió a llegar a mis manos la Black Gnost, patrón clásico
siempre de moda, y como reviviendo aquellos días cuando me iniciara en
la pesca con mosca, la recibí como un presente de un amigo y en un
caluroso día de pesca, volvió a engañar a ocho hermosas truchas en
el Río Bueno.
Este patrón es un verdadero clásico entre las moscas y debe ser el
modelo más conocido en todo el mundo. Cientos de pescadores, durante las
últimas siete décadas, han podido comprobar su efectividad en aguas de
los distintos continentes. Este viejo modelo, simple de montar, sin
lugar a dudas, aún tiene algo para mostrar a las nuevas generaciones de
pescadores.
La Black Ghost, a menudo es acreditada como creación de Carrie Stevens,
sin embargo, esta mosca
fue
creada por Herb Welch, en el año 1919, sin embargo la versión que hoy
se conoce, fue lograda en 1927. Esta mosca corresponde a un patrón de
streamer; generalmente es montada en anzuelo número 4 al 8; Su cuerpo
negro, aplicado con tinsel plateado y sus alas blancas imitan
perfectamente a los pequeños peces de agua dulce que forman parte de
la dieta de las truchas, incluso en nuestras aguas. El cuerpo de
este patrón, generalmente es confeccionado con Floss de color negro,
pero éste también puede ser reemplazado por dubbing negro ó
fibras de faisán, hecho que no constituye, un motivo para cambiarle
el nombre a este patrón clásico, como generalmente se acostumbra.
Utilizando estos últimos materiales, esta mosca puede ser confeccionada
en los números 10 al 12, transformándola
en un modelo atractor altamente efectivo y de una increíble
productividad.
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Materiales
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Anzuelo :
MTC 300, número 4 al 12
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Hilo
: 6/0 Negro - Ribete : Tinsel fino color plateado -
Cuerpo : Floss
(o seda) negro
- Cola : Fibras de hackle amarillo
- Hackle ( collar ) : Gallo amarillo suave - Alas
: Dos pares de plumas de cuello chino blancos
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1°. Preparamos
nuestro anzuelo, envolviendo una pequeña capa de hilo en torno a
nuestro anzuelo, comenzando desde el cuello de éste y en
dirección hacia el gancho del mismo.
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2°.
Para
hacer la cola de nuestra mosca, tomamos unas cuantas fibras hackle
amarillo y las atamos en parte de atrás de nuestro anzuelo, junto
donde comienza a formarse la curva de éste. El largo de la cola
debe ser de igual proporción que la curva de nuestro anzuelo.
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3°.
Amarrada la cola, volvemos el hilo hacia la cabeza del anzuelo
para atar fuertemente el tinsel plateado. Éste debe ser fijado
a nuestro anzuelo en toda su extensión, comenzando por el cuello
del anzuelo y hasta la cola del mismo. El tinsel mientras tanto
quedará a la espera de ser ocupado, mientras agregamos el Floss.
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4°.
Tomamos el floss de color negro y lo fijamos fuerte mente al
azuelo. Éste debe ser fijado en el cuello de nuestro anzuelo.
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5°.
Envolvemos el Floss al rededor de nuestro anzuelo, preparando
una capa pareja y uniforme, comenzando desde el cuello de nuestro
anzuelo y en dirección hacia el gancho del misma, para luego
volver con nuestro envoltura en dirección hacia el cuello del
anzuelo, donde lo fijaremos fuertemente y cortaremos el sobrante.
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6°.
Tomamos el Tinsel que estaba a la espera de ser ocupada y la
envolvemos alrededor de nuestro anzuelo y sobre la capa instalada de
floss negro. Este debe ser envuelto en forma pareja dejando espacios
uniformes entre una vuelta y la siguiente.
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7°.
En el
cuello de la mosca atamos el hackle de color amarillo, haciendo un
pequeño collar de dos o tres vueltas en torno al anzuelo. Luego
fijamos fuertemente el extremo del hackle y cortamos lo sobrantes.
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8°.
Tomamos
dos plumas de cuello de gallo chino, preocupándonos de que posean
igual dimensión. Estas plumas deben ser puestas contra caras
dejando la parte interior de las plumas hacia adentro de las
caras. Las plumas deben pasar ligeramente más atrás que la cola de
nuestra mosca. Una vez dimensionada las alas quitamos las fibras
inferiores sobrantes y amarramos el par de plumas fuertemente a
nuestro anzuelo.
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9°.
Para
finalizar, cortamos los sobrantes de material y peinamos las
plumas de nuestra mosca con los dedos hacia atrás. Para finalizar,
realizamos un fuerte nudo en la cabeza del anzuelo, el que
fijaremos con una gota de cemento.
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La presentación de las mocas montadas en anzuelos número 10
al 12, se realiza de la misma manera descrita en forma
anterior, con la salvedad, que el recogido se efectúa mediante
tres a cuatro pequeños y cortos tirones de velocidad uniforme,
para luego hacer una breve pausa, seguido de una recogida larga y
lenta. Este proceso se vuelve a repetir hasta recoger totalmente
nuestra línea. Con esta modalidad, es frecuente que la tomada
sea realizada en el tercio final de la recogida, razón por la
cual es absolutamente necesario mantener nuestra presentación hasta
recoger totalmente nuestra línea.
Al recordar este patrón clásico, ha venido a mi memoria, los
momentos más cálidos de mis comienzos en la pesca con mosca. La época
de oro de los streamers en nuestro país han quedado atrás y como a todas
las cosas, las comenzamos a olvidar rápidamente, sin preocuparnos
ni por unos minutos, el analizar porque eran buenas. Esta vieja
mosca, un creación extraordinaria, que conjuga la simpleza de
colores básicos, en materiales genéricos se resiste a ser olvidada.
Su fácil presentación y alta productividad, convierte a este patrón
en una buena elección que puede ser utilizado con gran confianza por
principiantes en la pesca con mosca. A su vez, constituye un As que
no puede faltar en nuestra caja de moscas, muestra tangible que todo
tiempo pasado fué mejor.
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