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Surubies y Dorados en Esquina - Argentina |
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La gran pasión para
quien escribe: EL DORADO, y si es con mosca mejor! , más que las
truchas y salmones, especies que le siguen en cantidad de viajes en
su búsqueda y otros peces que tengo menos oportunidades de ir a
pescarlos.
En esta oportunidad pescamos en buena parte de las horas disponibles
la zona de riachos cercanos al Paraná en sectores que en tramos
corresponden a la provincia de Corrientes y en otros a la de Entre
Ríos, a cortísima distancia de la margen que corresponde a la
provincia de Santa Fe.
Una curiosa situación climatológica, a la que pescadores de años ya
nos acostumbramos y aprendimos a adaptarnos, nos modificó toda la
idea original, llegando de todas formas a buenas respuestas
incluyendo, entre diferentes pescados, a los codiciados Surubíes en
sus variedades, el más conocido pintado que llega a tamaños
sumamente importantes y el atigrado, más chico, pintoresco y con una
fuerza que, en igualdad de tamaño, duplica al otro.
Tenía una invitación abierta desde fines de mayo y tras mi propuesta
los dueños del lodge anfitrión, aceptaron postergarla para “evitar
el invierno”. Sucede que normalmente entre principios de junio y
mediados de agosto, especialmente fuera de sus extremos, es posible
encontrar temperaturas demasiado bajas, tanto en el agua como en el
aire, lo que aletarga a especies cazadoras y pescadores.
Sobrepasado el ultimo limite teórico de frio viajamos junto a Bruno
Drago, recorriendo los 580 Km. que separan Villa Urquiza, barrio de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires con el Spree Lodge que se
encuentra en los comienzos de la ciudad correntina de Esquina.
Ariel y Karina Charles junto a su hija nos recibieron una tarde, la
del viaje (en el que alternamos lluvias de cierta intensidad con
sectores despejados). La temperatura al llegar era agradable, quizás
unos 23/25 grados, parcialmente nublado, algo de viento y río muy
bajo.
Ubicamos nuestro equipamiento dentro de la amplitud del dormitorio
que cuenta con cómodos y amplios placares, más todos los elementos
disponibles de confort que hacen a un sitio de categoría.
Un aperitivo antes de la excelente cena en el salón comedor nos
permitió programar la jornada siguiente junto a Ariel, quien
oficiaría de guía, un experto en motores náuticos y también en los
de aviación y muy conocedor del río.
La mañana tras el casi nocturno desayuno, permitió notar una
intensificación en el viento pero sin llegar a niveles de peligro
para comenzar pescando, al menos la costa Correntina del río Paraná
donde, aprovechando la hora y temperatura, iniciamos la pesca con
carnada en correderas. Un par de dorados, no grandes y alguna
palometa fueron cobrados y devueltos a su medio. Cuando empezamos a
notar presencia de estas indeseadas trituradoras de moscas y
carnadas y con algo más de temperatura navegamos hacia el sur,
buscando los palos, es decir arboles que caen al río tras el
socavado que produce la corriente en las barrancas. Son sitios
buenos para pescar “al golpe”. Se lanza contra la costa acantilada o
muy cerca de los troncos, donde se produce una aceleración de aguas
debido a estos obstáculos. Son lugares donde el dorado acecha y en
las barrancas arremete contra peces menores que, por cierta
protección costera, van pegados a la orilla.
El uso de equipos de mosca suele rendir bien en esos sectores
descriptos, también la pesca con señuelos, ya sea en baicast o
spinning pero pese a contar con una embarcación completa para esta
pesca, se hizo muy difícil debido a las ráfagas que hacían
peligrosos los lances. El Paraná comenzó a formar olas y la
prudencia nos indicó entrar a riachos interiores con protección.
Llegamos a un sector de aguas profundas en un riacho y el guía
indicó hacer pruebas en la modalidad trolling, afirmando que
algúnsurubí o dorado de buen porte conseguiríamos.
Un atigrado tomó una banana de paleta larga, señuelo de la marca
Alfers (industria argentina) y comenzó una lucha difícil de
controlar, no tanto por el tamaño del mismo sino porque casi de
inmediato se cortó uno de los remaches que en la base del reel
rotativo sujeta éste al portareel. De inmediato el reel se giró
tomando un ángulo desalineado respecto a la caña. El guía ayudó al
pescador tratando de mantenerlo en la posición debida mientras el
tambor giraba en sentido contrario por la potencia del pez.
Hasta que se cortó el otro y el reel quedó completamente separado de
la caña. El esfuerzo se multiplicó, uno alineaba la caña respecto al
reel y otro, de a poco y con valorable esfuerzo, conseguía ir
acercando al pez. Finalmente se pudo subir y fotografiar festejando
todos la primera pieza buena en una pesca compartida.
Un rato después conseguimos otro surubí, uno pintado y más chico.
La vianda y un rato de descanso en una isla tras bajar mesa
desarmable, sillas, conservadora y demás elementos, nos permitió
volver a apreciar el canto de diferentes aves y observar gran
cantidad de especies arbóreas de la zona. Un encanto para el oído y
la vista.
Por la tarde con agradable temperatura y buen sol, lo que hace
propicia la pesca del dorado, tuvimos dos o tres piques de este
magnífico pez, menos de los esperados por las condiciones y que
resultaría contrastante con la siguiente jornada en función de las
condiciones climáticas. Pero todos sabemos que así es la pesca.
El confort del lodge nos dio paso a ordenamiento de equipos, duchas,
aperitivo y posteriormente cena de calidad, para un posterior
descanso.
La noche transcurrió con lluvia y viento y antes de amanecer ya
estábamos alistando equipos para lluvia, mucho abrigo (hubo una baja
de unos 20 grados en la temperatura) y el desayuno nos encontró
deliberando ante la duda sobre si el intenso viento nos permitiría
hacer la jornada de pesca. Aquiles Charles, hermano de Ariel se sumó
y estaba dispuesto como guía para el día. Decidimos ir a la cercana
orilla del rio a comprobar su estado. No se veía tan mal como lo que
estimábamos desde la edificación del lodge y decidimos navegar ríos
menores más protegidos.
La llovizna intensa molestaba bastante, especialmente mientras
viajábamos, pero el guia encontró un recodo del riacho que nos
permitió tener cobijo y además conseguir varios doradillos o dorados
medianitos donde con carnada (imposible lanzar señuelos y moscas)
conseguimos varios, relativamente seguidos y en un par de casos, al
menos, simultáneamente en ambas cañas.
Volvimos a los pozos del día anterior y con señuelos de larga
paleta, los que nos permitieron nuevos piques de surubíes, esta vez
solo de los pintados, no muchos pero sumamos en número y especies.
Algunas palometas bravas (del tipo pirañas pero mucho más grandes),
destrozadoras de carnada que hicieron de las suyas, pero también
recibieron algunos pinchazos.
Otra parada en un islote nos permitió alimentarnos y protegernos un
rato de la lluvia y el viento. La verdad es que la temperatura con
esas condiciones climáticas se sentía muy baja.
Cruzando riachos, lagunas y otros sectores, que no puedo precisar en
su ubicación, nos encontramos con una entrada al Paraná. A lo lejos
y en un ángulo determinado se podían notar las altas olas
atemorizantes.
Entramos a él en un sector donde está dividido por un islote angosto
pero con un largo suficiente como para navegarlo del lado protegido,
ya que el islote mencionado estaba a unos 100 metros del sector de
ingreso y el Paraná en esa zona, del otro lado tiene muchos más que
un kilómetro.
Había un banco de arena sobre el que hacíamos los lances buscando
algun dorado de mayor porte y a continuación entrabamos en la caída
del veril. El lugar los repetimos ida y vuelta unas 5 veces y
cobramos tres buenos dorados. Algunos no los pudimos registrar
debido a la intensa lluvia del momento y en la práctica alguna foto
terminó resultando algo afectada.
Debimos salir del lugar pues las condiciones estaban aproximándose a
algún grado de riesgo y la prudencia es la que manda en el agua,
sobre todo en el gran ríoParaná. La noche se aproximaba lentamente y
la distancia para el regreso era importante.
El retorno fue con alegría, mucho frio, ropa de repuesto y refuerzo
mojada (por un descuido en el cierre de un bolso impermeable) y tras
un largo rato de lluvia llegamos a las reconfortantes instalaciones
del lodge con la satisfacción de habernos adaptado a las
circunstancias, pescado en diferentes modalidades distintas
especies, logrado algunos peces de considerable valor en tales
condiciones y con la decisión e invitación de los Charles para
volver a hacer una pesca orientada casi con exclusividad al Fly cast.
Es mi "obligación" destacar en la pesca el buen desempeño de los
guías, su tesón, su conocimiento y otras virtudes y en lo que hace a
las instalaciones y atención del lodge, cuanto menos sus desayunos,
buenas viandas, cenas exquisitas y completas, sus habitaciones con
baños privados y todos los elementos de confort como para sentirse
igual o mejor que en nuestras casas.
Cómo no destacar el buen trato personal, las agradables charlas y
detalles que hacen que el visitante se sienta magníficamente
atendido. Lamenté tener que dejar el lugar por mis tiempos y deseé
tener un pronto regreso para disfrutarlo nuevamente.
CONCLUSION:
Una pesca disímil, especialmente por los cambios climáticos y como
no también por la gran variedad de estilos practicados, aunque
algunos de ellos, quizás los mas habituales para La Vaguada fueron
realizados en escasos momentos y por ello no tuvieron la oportunidad
de mostrarse en el esplendor que pueden llegar a tener y que el
lector de este Portal internacional, algo ya conoce. Una oportunidad
aprovechada para mostrar otros peces y estilos.
SERVICIOS:
SPREE LODGE - Ruta nacional 12 Km. 682, CP 3186 Esquina –Corrientes.
www.spreelodge.com -
Info@spreelodge.com -
Info.spreelodge@gmail.com
Ariel Charles: +54 9 (3777) 597054, Karina Charles: + 54 9 (3777)
393673.
Cordial saludo para todos y
hasta una próxima nota...!!
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